Nou Dise, 23 de noviembre
Marisol Hoyos.
"La memoria histórica no se puede construir en contra de la República"
Recientemente, las universidades francesas han elegido la novela Maquis , de Alfons Cervera, como lectura obligatoria para la reparación de las oposiciones a lengua y literatura española contemporánea. Esta novela, segunda parte de la tetralogía del autor formada por El color del crepúsculo , La noche inmóvil y Aquel invierno , describe en breves escenas el mundo de dolor, silencio, miedo y muerte que vivió un pueblo del interior valenciano durante los años cuarenta, cuando supuestamente la guerra ya había acabado en el resto de España. Alfons Cervera, que dirige el Foro de Debates de la Universitat de València, confiesa que se sintió sorprendido y halagado cuando se enteró de esta elección. Ahora está haciendo un recorrido por diversas universidades e Institutos Cervantes para participar en coloquios dedicados al estudio en profundidad de su obra.
–En qué consiste esta oposición de lengua y literatura española en la enseñanza francesa?
–Pues bien, en Francia existe la oposición a Cátedra de Instituto de enseñanza Secundaria, que allá se nombra como Agregation. En primer lugar, hay una modalidad de acceso interno, después de ejercer cinco años como profesor titular de enseñanza secundaria, y otra modalidad externa, a la cual se puede acceder directamente cuando se acaba la carrera. Dentro de la oposición de lengua y literatura españolas se propone un conjunto de textos de lectura obligatoria de los cuales se deben examinar los opositores. cada año. La comisión encargada de elegir estos libros ha propuesto en la sección latinoamericana Doña Bárbara , El Lazarillo , la poesía de Valente y Maquis .
–Y eso te ha llevado a recorrer las universidades galas para hablar de tu novela.
– Algunas universidades francesas, o algunos de sus profesores, preparan a los opositores para los exámenes. Entre algunasde las actividades que organizan, hasta febrero, proponen también varios coloquios con los opositores. Durante el mes de octubre ya he participado en la Universidad Paul Valéry Montpellier III, en la Universidad Stendhal de Grenoble y en el Instituto Cervantes de Lyon. Durante el mes de noviembre tendrán lugar otros coloquios y mesas redondas en el Instituto Cervantes de Toulouse, en la Universidad de Toulouse-Le Mirail y en la Universidad de Rennes 2. Posteriormente, en diciembre, se presentará el último coloquio en el Colegio de España de París, con la colaboración de París III Sorbona Nouvelle, París IV Sorbona y París X-Nanterre.
–De entre todas las posibilidades, por qué piensas que han elegido Maquis como lectura para la oposición?
–En primer lugar, Maquis ya era una novela que se estudiaba en algunas universidades francesas. De hecho, desde hace tres o cuatro años se han desarrollado diversos estudios, trabajos de investigación o tesinas de licenciatura sobre la tetralogía. Muy especialmente sobre El color del crepúsculo, pero también sobre Maquis . Así y todo, fue una sorpresa muy agradable cuando me enteré de que habían elegido esta última novela .
–Qué es lo que despierta tanto interés en esta novela?
–El acercamiento de algunos profesores franceses a lo que escribo tiene lugar mucho más desde el punto de vista literario que político o ideológico. Aun así, es verdad que en los departamentos de Literatura Española de las universidades francesas hay mucho interés por la memoria histórica de la República, de la guerra y de la posguerra.
–Más que aquí?
–Quizá sí, porque en Francia la literatura de la memoria histórica es ya un territorio mestizo que mezcla literatura de ficción, literatura histórica y testimonios. Aquí es un territorio aún en vías de asentamiento y de entendimiento entre estos tres ámbitos. De hecho, todavía hay una especie de lucha por intercambiar o no sus tesis. En los tres territorios existen diferentes propuestas, unas que irían más en la línea de recuperar el espíritu de la transición y otras que pretenden ir más allá de ese espíritu de consenso.
–Y tu obra, en cuál de esos ámbitos se situaría?
– Para mí, la equidistancia entre los dos bandos es compleja pero, evidentemente, no fue lo mismo para los unos que para los otros. Ahora mismo, hablar de recuperación de la memoria debería de pasar por ir más allá de las monsergas consensuadoras y avanzar un poco más a partir de aquel espíritu de la transición. Sobre todo, porque el consenso no se puede organizar en contra de la memoria de la República , de la izquierda y de la derrota.
- Piensas que en Francia el acercamiento a tu obra surge desde ese mismo espíritu?
–En Francia las cosas están más claras en esos ámbitos y se da allí un trabajo y una aproximación más interdisciplinar y transversal. Quizá es normal, porque la distancia ayuda a encontrarse más a cerca de esta segunda posición.
–Pero han elegido Maquis en vez de otras novelas que son más conciliadoras…
–En estos encuentros se habla mucho de memoria histórica, pero especialmente de literatura. Cuando trabajas en una narrativa como ésta es evidente que surge la vertiente ideológica, y no sólo del ayer, sino también de lo que está pasando ahora. Pero lo que me gusta de los estudios franceses es que suponen un acercamiento estrictamente literario, una lectura que va más allá de políticas e ideologías. Maquis aporta la novedad en el tiempo narrativo y una manera muy personal de contar la historia. Se dan ahí tanta importancia a los elementos literarios como a los elementos morales. Para mí tiene una dimensión poética y, a pesar de dar la voz a personajes que podrían alinearse en un bando o en el otro, me gusta considerarla como una versión arrebatadamente cercana a los derrotados republicanos de la guerra.
–En Francia te presentan como a escritor, periodista y director del Foro de Debates de la Universidad…
–La verdad es que me han tratado con un respeto y una afectividad realmente entrañables. En Francia sorprende una experiencia como la del Foro de Debates. Sin duda, a mí me ha dado la posibilidad de xperimentar con este Foro una situación novedosa, de ponernos yo y la universidad en contacto con la gente de la calle y de conocer realmente lo que significa el concepto de puertas abiertas a la Universidad y desde la Universidad. Montamos esta aventura hace ya diez años y alguna gente ha dicho que si no existiera el Foro de Debates, alguien lo debería de inventar. Y yo añado que alguien lo debería de inventar con Alfons Cervera o sin Alfons Cervera. La gente de la calle ha hecho suyo el espacio de la Universidad y por el Foro han pasado desde los grupos más marginados hasta los más reconocidos socialmente. Para mí supone una gran satisfacción y gratitud ver cómo se asume el papel que estamos desarrollando. Esta experiencia no se da en nuestro país, al menos que yo sepa, y en Francia tampoco demasiado, más allá de los coloquios que se realizan en los Institutos Cervantes, el Colegio de España, algunas universidades u otros espacios semejantes.