CURSO
DE DIALÉCTICA FÁCIL ACELERADO
PARA
ENAMORARSE....
O
NO....?
El conde y la condesa
Perdonad,
divina dama,
que relaje la etiqueta,
mas tengo la tentación
de morderos una teta.
¡Caballero!
¡Cómo osáis!
respetadme, soy una dama,
pero desabrocharos la bragueta
que os lustro la banana.
Señora,
disculpad mi osadía,
si he perdido la postura,
mas levantad esa fina falda
que os parto la costura.
¡Oh!
mi amado caballero,
admiro vuestra destreza,
pero os pido me metáis
solamente la cabeza.
¡Oh!
Señora idolatrada,
lo lamento, mil perdones,
la cosa no tiene remedio,
os clave hasta los cojones.
Os
perdono, mi caballero,
y hacedlo con disimulo,
eso sí, os lo suplico,
sacadme el dedo del culo.
Basta
ya, señora mía,
basta ya de meta y ponga,
parece habéis agarrado
lindo gusto a la poronga.
Seguid,
seguid, caballero,
que con este ya van siete,
que luego agacho suavemente
y me rompéis el ojete.
Yo
continuaré, condesa,
mientras su gusto lo exija,
y os seguiré echando polvo
hasta que aguante la pija.
Bien
sé, querido mío,
que eres un hombre de notas,
metédmela más adentro,
metedla hasta las pelotas.
Que
os parece, mi amada,
si continuamos luego el juego,
yo os hago la mineta
y vos me chupáis los huevos.
Calderón
te la Marca.
|