PROSA A LA CLASE POLÍTICA (QUE NADIE SE ENFADE, POR FAVOR) De “indignos y abyectos” De nuevo, estamos en otra etapa electoral, momento propicio para que nos coman la moral por si no teníamos bastante con el azote televisivo y populista, ahora nos llaman a filas, cual papista
Después del lamentable “tengo una pregunta para usted” o de aquél otro “59 segundos” de insufrible hastío, yo me pregunto que será lo próximo, amigo mío. Y, es que, con tanta vulgaridad no puede uno ni pedir la vez.
De telón de fondo, la crisis, la gripe porcina y el Yakolev. En el debate de la nación, no se salvan ni los muertos, mientras que otros justifican sus trajes estupendos por obra y arte del espíritu santo del pío salario nuestro, que, casi seguro, ha contado con un lord inglés de maestro.
Hay que ver, cierran filas los próceres de nuestra patria pues si en la foto han de salir, no hay más cojones…. mi sargento, que estamos en elecciones…. no vaya a ser que por movernos, nos den batida.
Resuenan los ecos del titadine de aquél triste once-eme y, es que, no hay manera de dejar descansar a los que ya no están y, es que, perder se perdió, sí…. más de lo esperado, pero ya es hora de olvidar lo conjurado y de ponerse a trabajar
Si hasta Florentino vuelve al Madrid mientras Mijatovic sale por la trasera y Cannavaro regresa a Milán que España ésta….la única, la incomparable, la verdadera y bienhallada, que supo guardar a tanto rufián.
Y, es que, suele ser un hecho consumado que quién más hurga es quién más tiene que callar, aunque a lo hecho, pecho o si no, purga; cómo decía aquél antes de palmar… yo me voy consternado pero vosotros ahí os quedáis, tan ufanos.
Vaya clase política, que no da un paso sin sacar rédito que ejemplo para esta nueva generación tan preparada, vergüenza ajena para los que no damos crédito ante tanta hediondez y mediocridad desatada.
“Indigno y abyecto” dicen sus señorías, estos días resonando sus ecos en nuestro ínclito parlamento español, cuanta enjundia ver la viga en el ajeno y nunca la paja en el propio. Abyecto, sí, lo es y tan despreciable sigue siendo no mirarse el ombligo y creerse dueño de la verdad.
Pero es tal el oprobio que a todos nos tildan de borregos y de tal guisa hemos de andar pues, a buen seguro, corriendo como tales iremos todos a votar, los primeros. Y, es que, el humano es el animal que tropieza dos veces, pero no es menos verdad que el español, repite con creces, sin apenas adivinar que le han tomado, largamente, el pelo. Como siempre, verlo para creerlo.
|