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Instituto Confucio
VOLUMEN 12 | Nº3 MAYO 2012
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mavera, sonríe encantadora al mundo y
nos ayuda a recordar lo maravilloso de la
vida. Hace 1700 años, Tao Yuanming (
渊明
, 365-427), gran poeta de la dinastía
Jin (265-420), ya citó lo que para él su-
ponía el mundo ideal en su obra titulada
El manantial de la flor del melocotón
(
花源
o
Táohuāyuán
).
Las formas en la que la flor del me-
locotón expresa el amor son únicas en
la cultura china, siendo comúnmente
aceptadas por todos los chinos. Según la
astrología china, dependiendo del signo
astrológico al que pertenece una persona
que busque enamorarse, activando la
energía de la flor del melocotón en la
zona adecuada de sus hogares, aumentará
la posibilidad de encontrar el romance en
su vida.
“La flor del melocotón sonríe dulce,
su capullo es el más afectuoso”. En reali-
dad, su capullo expresa el significado de
mantener pero no de apresar, siendo esta
la forma en la que los chinos expresan su
amor. Según una perspectiva histórica,
la flor del melocotón es elegante, encan-
tadora, tierna y bonita. En la poesía y
en las canciones el autor expresa su más
profundo sentimiento a través de la be-
lleza de la flor del melocotón. Muchos
literatos de la antigüedad escribieron
poesías metafóricas para mostrar el amor
y usaron la flor del durazno en multitud
de ocasiones. Así, una poesía que aparece
en la obra
En una casa del pueblo de Nan-
zhuang
, escrita por Cui Hu en el periodo
de la dinastía Tang (618-907), se hizo
muy famosa por narrar la historia de una
pareja perdidamente enamorada el uno
del otro, y que dice así:
Tal día como hoy hace un año, en esta
puerta
Su cara refleja las florecientes flores del
melocotón
Su cara se ha ido ahora y no se sabe
dónde está
La flor del melocotón sonríe como viento
de primavera
1
Esta poesía está inspirada en realidad
en una historia que le ocurrió al propio
poeta. Durante la fiesta de la Claridad
Pura, Cui Hu visitó un pueblo fuera
de la ciudad de Chang’an. De repente
sintió sed y se acercó a una casa a pedir
agua. Una jovencita le abrió la puerta y
le dio al poeta un vaso de agua. Después
de beberla, ella no pudo dejar de mirar
al visitante sentado en un patio repleto
de flores del melocotón. La chica era
tierna y tímida, y no le dijo nada a Cui
Hu. Después de despedirse de ella, el
joven sintió algo especial en su corazón.
La chica era encantadora y las flores del
melocotón reflejaban su belleza. Desde
entonces no pudo dejar de pensar en ella
y quiso volver a visitarla al año siguiente.
Sin embargo, la puerta de la casa estaba
cerrada, aunque las flores del melocotón
del patio seguían floreciendo. Cui Hu
triste escribió la citada poesía en la pared.
Cui Hu, melancólico, no paraba de su-
frir, así que a los pocos regresó a la casa de
la joven. Mientras llamaba a la puerta, es-
cuchó que dentro había alguien llorando,
así que empujó la puerta sin pedir permi-
so. La chica estaba postrada en la cama y
a su lado había un anciano gimiendo. Cui
Hu enseguida preguntó qué había pasado.
El viejo dijo que la joven era su única hija
y ella cuidaba de él con mucho cariño.
Sin embargo, desde hacía un año, estaba
deprimida y muy triste, con lo que cayó
enferma. El hombre la llevó al médico y
éste le dijo que sufría de amor. Después
de volver a casa, descubrieron la poesía
que Cui Hu había escrito en la pared,
su hija dio un grito y se desmayó. Desde
entonces ni comía ni bebía, sólo deseaba
morirse. Cui Hu le dijo sin dudarlo al
viejo que él era la persona que escribió la
poesía. El anciano miró a Cui Hu y pensó
que su hija seguramente había entendido
el significado de esa poesía y que los dos
deberían ser pareja. Sin embargo, no
había milagro alguno que pudiese salvar
la vida de su hija y el viejo lloraba descon-
solado. Cui Hu conmovido y enamorado
cogió la cabeza de la chica y se la puso en
sus rodillas. Inesperadamente, su lloro
despertó a la joven que me miró llena de
dicha. Al final se enamoraron y se casaron
felizmente.
En China, aunque las flores del me-
locotón significan el amor, la manera de
expresarlo es diferente al de la rosa, pues
nadie arranca las flores del melocotón ni
las regala a su amada. Cuando dos per-
sonas se enamoran, los orientales buscan
más el sentimiento romántico de un co-
razón unido a otro corazón, una flor sin
espinas, un símbolo puro y duradero.
COMUNIDAD GLOBAL
1. Traducción realizada por Carmelo Elorduy. Elorduy (1984).
Romancero chino
. Editora Nacional, Madrid. Una interpretaciónmás libre y actual de esa poesía sería: El año pasado
visité el pueblo de Nanzhuang y pasé por una casa repleta de flores del melocotón. Una chica encantadora me recibió cariñosamente, y nos dimos muy buena impresión. Hoy
estoy aquí de nuevo, su puerta está cerrada, no sé dónde está esa chica, sin embargo las flores del melocotón siguen floreciendo.