El
acto de dibujar transporta a mi cabeza unos símbolos
determinados que repito de forma compulsiva durante
meses hasta que desaparecen de la misma forma que
llegaron hasta mí. Las “cares de l’ànima” llegan a mi
vida en el momento en que los símbolos del espíritu y la
razón, que para mí siempre habían estado confrontados,
se fusionan.
Las
primeras “cares de l’ànima” que hice eran pequeñas
manchas de tinta china en las que muy sutilmente se
insinuaba un rostro. Inicié su elaboración
incorporándolas en las cartas que enviaba a mis amigos o
en las notas que enviaba a los actores durante los
rodajes. Posteriormente, les añadí hojas o cosas que
encontraba en mis paseos por el campo o por playas.
Casi
todas están hechas de noche, en medio de un clima de
ceremonia que yo mismo provoco cuando inicio el proceso
de creación. Preparar las “cares de l’ànima” es todo un
ritual, una forma de meditación que siempre sigue un
procedimiento. Primero preparo meticulosamente todos los
utensilios: hojas de árboles, la cinta de pintor, cañas,
tintas y agua. Estas imágenes siempre están hechas en
grupos de números bíblicos: tres, siete, doce... En
segundo lugar dispongo sobre el papel la parte vegetal.
Después configuro el perfil de la cara y, más tarde,
añado los ojos y la boca. Finalmente dejo reposar las
caras en el mismo sitio en que han sido hechas hasta el
día siguiente. Por la mañana las miro, las recojo y las
guardo cuidadosamente en un cajón.
El
alma para mí existe. Sobre este tema no se suele hablar
demasiado y quizá algunos creen que no es necesario
hablar de ello. Según mi opinión, creo que este es un
tema muy personal que pertenece a la intimidad de cada
uno. Con mis dibujos no pretendo representar fielmente
lo que podría ser el alma; son únicamente la
representación gráfica de una idea personal sobre la
espiritualidad.
Las
“cares de l’ànima” son fruto de un deseo imperioso de
pintar. Porque pintar me hace sentir bien. Es una de las
actividades que más me llenan, ya que me proporciona
algo que enriquece con mucha fuerza mi vida interior.
Bigas
Luna
La
teoría del artista como una especie de superhombre es
todavía relativamente joven. Yo me opuse a ella. Estoy
en contra de esta actitud de adoración que adopta el
mundo.
Every man is an artist.
El
arte es también fuente de calor espiritual.
Joseph
Beuys |