Entre el colectivo republicano que abandonó España tras la
Guerra Civil, la presencia de niños en edad escolar fue
muy numerosa. La respuesta más interesante al problema
que se les planteó a los exiliados españoles para la
escolarización de estos niños fue la creación de
colegios por la propia colectividad republicana que, de
ese modo, decidió asumir la educación de los exiliados
más jóvenes.
La creación de estas instituciones educativas tan solo pudo
darse en México, y circunstancialmente en la República
Dominicana, debido a que los republicanos que emigraron
a otros países no hispanoparlantes tuvieron que
plantearse el aprendizaje de un nuevo idioma para
conseguir una mínima integración laboral y social.
Esta exposición aborda la historia de estos colegios que,
en la mayoría de los casos, continúan hoy en plena
actividad más de 50 años después de su creación y son
las únicas empresas fundadas en el exilio, con fondos de
la República española, que aún se mantienen en activo.
Los colegios del exilio siguieron el modelo educativo
que se había desarrollado durante la II República,
claramente influido por la Institución Libre de
Enseñanza. Gracias a ellos los jóvenes exiliados
recibieron una formación de gran calidad que les preparó
eficazmente para desempeñar los relevantes puestos que
muchos de ellos ocupan actualmente en todos los sectores
de la sociedad mexicana. Además, estos centros han sido,
y aún continúan siendo, importantes focos de la cultura
española, formadores de muchos jóvenes mexicanos en un
entorno educativo repleto de referencias a la tradición
y a la cultura española.
El planteamiento de la muestra es absolutamente original,
pues ofrece una visión histórica sobre un aspecto del
exilio republicano del que hasta la fecha sólo existen
algunos trabajos de investigación que no han llegado al
gran público. |