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Vicerrectorado de Cultura

Madagascar

Escenas de un basurero. Madagascar 2004/05

Fotografías de Rodrigo Mascarell

Del 9 de marzo al 23 de abril de 2006

Sala Oberta

Horario: de martes a sábado de 10 a 13.30 horas  y de 16 a 20 horas. Domingos de 10 a 14 horas. ENTRADA LIBRE

Visita visual

 

Cualquiera de nosotros abandonamos al levantarnos un lecho confortable, probablemente en el entorno de una habitación templada. Abrimos un grifo, saciamos nuestra sed. Seguramente nos duchamos mientras se prepara el desayuno que nos reconfortará antes de acudir al trabajo.

 

El esfuerzo, la cantidad de energía que un ciudadano medio del llamado mundo en vías de desarrollo debe emplear para acumular esta cantidad de bienestar que hemos conseguido aquí en una escasa media hora, es posible que le ocupe gran parte del día.

 

También es probable que en toda una jornada no consuma alimentos equivalentes en calorías a los que nosotros hemos despachado antes de salir de casa.

 

Vivimos en un mundo de desequilibrios.

 

 

Un mundo que pretendemos entender reduciéndolo a términos antagónicos. Norte frente a Sur. Mundo rico frente a mundo pobre. La forma de interpretar una realidad que supera nuestras posibilidades de abarcarla. Eufemismos que no pueden disfrazar un hecho, algo de lo que disfrutamos no nos pertenece del todo. O, al menos, no debe pertenecernos en exclusiva.

 

Y siempre presente, la desigualdad. Una asimetría constante. En cualquier parte, un pequeño grupo acapara siempre más de lo que disfruta el resto y mucho más de lo que ellos mismos precisan.

 

Desigualdad en un mundo de desigualdades.

 

E imágenes.

 

 

La forma en que un mundo se asoma al otro. Para los que poco tienen, imágenes de nuestra opulencia. Para los que nada nos falta, imágenes de la pobreza. Imágenes que integramos como algo ajeno a nuestra realidad. Imágenes que viajan saltando fronteras con más facilidad que las personas a las que representan.

 

Imágenes de dos realidades.

 

Como si lo que a unos nos sucede en una parte del mundo fuera ajeno a lo que a otros les sucede en otra parte del mismo mundo. Como si dos mundos habitaran el planeta en momentos diferentes.

 

Imágenes que confundimos con información. Información que pretendemos conocimiento desde nuestra limitada experiencia.

 

Viajar a casi cualquier país de África supone dar el paso de abandonar nuestro entorno de abundancia y adentrarnos en un mundo de escasez.

 

Antananarivo. Madagascar.

 

Imágenes de personas viviendo en un basurero de un país del Tercer Mundo.

 

Una realidad.

 

 

Personas trabajando cada día. Hora a hora. Seleccionando entre desperdicios cualquier objeto que haga posible su subsistencia. Personas que allí donde ninguno de nosotros hubiéramos imaginado posible comenzar un nuevo día, construyen sus ilusiones sobre despojos.

 

Imágenes de Angeline, Cecile, Vola, Novo, Riina, Josiane, Albert o Sarline que como centenares de familias en los poblados de Andralanitra, Ambatomaro, Bibilova, alrededor del basurero de Antananarivo, buscan cada día la forma de continuar una vida que desde aquí sólo podemos imaginar.

Rodrigo Mascarell Iranzo

Valencia, febrero del 2005

 

 


 

Más información: cultura@uv.es