Con motivo del trigésimo aniversario de la muerte del poeta
Pablo Neruda, premio Nobel de literatura en 1971, la
Universitat de València no se ha resistido a de dejar
pasar esta efeméride y ha querido rendirle homenaje,
preservando su memoria, reconociéndola y difundiéndola.
Neruda murió a los pocos días del golpe militar de Augusto
Pinochet, víctima del cáncer y de la depresión que le
causó el cruento fin del gobierno de Salvador Allende.
Sus casas fueron allanadas y saqueadas y la dictadura
quiso empequeñecer y trivializar al poeta por su
militancia comunista. En aquel momento recibió como
único homenaje el dolor de su pueblo.
La dimensión que ha alcanzado hoy la figura de Neruda, sin
embargo, se ha proyectado más allá de su residencia en
el balneario de Isla Negra, a 120 kilómetros de Santiago
de Chile. Porque Pablo Neruda fue poeta, político,
orador, senador, embajador… Reinventó la historia de
América y fue siempre fiel y comprometido con los
ideales de cambio. Como ha afirmado recientemente el
jefe de estado chileno, el presidente Ricardo Lagos, "si
la poesía lo hizo inmortal, la política lo hizo mortal".
El recuerdo de Neruda está, hoy más que nunca, presente.
Este homenaje que ahora le brinda la Universitat de
València, y que se suma con él al que está recibiendo en
todo el mundo, permitirá a Neruda volver a vivir. Como
ya presagió el escritor: "… no crean que voy a
morirme,/me pasa todo lo contrario:/sucede que voy a
vivirme…". |