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Vicerrectorado de Cultura

Il burbero de buon cuore

IL BURBERO DI BUON CUORE

El gruñón de buen corazón

 

Teatro Principal - C/Barcas, 15

Fechas:  14,16 y 17 de Octubre de 2004

Todas las funciones se realizarán a las 21 h., excepto el día 17 de Octubre : 19 h.

 

Precios de las localidades:

30€,-  (Platea)  /  8€,-  (visión parcial)

 

Descuento 25% : Carnet Jove, Jubilados ( todos los días)

 

Descuento  50 % :  PAS, PDI y estudiantes de la Universitat de Valencia, mediante la presentación del Carnet Universitario.

 

Venta de entradas en las taquillas del Teatro Principal, ServiEntrada, El Corte Inglés.

 

 

Música: Vicente Martín y Soler

Libreto: Lorenzo Daponte

Cristóbal Soler. Director musical

Tono Berti. Director de escena.

 

Intérpretes:

Ferramondo, José Antonio López (barítono)

Angélica, Lorena Valero (soprano)

Valerio, Germán Villar (tenor)

Dorval, Isidro Anaya (barítono)

Lucilla, María de los Llanos (soprano)

Giocondo, Ángel Rodríguez (tenor)

Marina, Cristina Faus (mezzosoprano)

Castagna, Augusto Val (bajo)

 

Concordia Musicum de la Universitat de València

 

Repertorista: Husan Park

Asistente de dirección escénica: Laura Giner

Asistente de escena y atrezzo: Norma Vacas

Regiduría: Laura Giner y Norma Vacas

Manipulación de sombras chinescas: Irene González, Lucía Iranzo,  Donís Martín, Zaida Rico,  Rafael Ruiz.

 

Espacio escénico: Tono Berti

Diseño gráfico de l’escena: NuvolBlau

Realización de la escena: Fet d’encàrrec

Maquillaje: Mabel Soriano i Marina Blasco

Peluquería: El Taller

Vestuario: Theo Garrido

Técnico de iluminación: Sergio García Serna

Traducción y subtitulación: Aida López

Técnico informático: Germán Motilla

Producción ejecutiva Patronat d’Activitats Musicals de la Fundació General de la

Universitat de València

 

 

La presente producción de la ópera de Martín y Soler “Il burbero di buon cuore”, se trata de un estreno contemporáneo, resultado de una edición crítica dirigida por el ICCMU y  realizada por Leonardo J. Waissman. Vicente Martín y Soler, nacido en Valencia en 1754 (hecho del cual celebramos en 2004 el 250 aniversario) es sin duda el compositor valenciano con mayor renombre internacional de su época.

Cabe destacar que ninguno de los títulos operísticos de Martín y Soler fueron interpretados en Valencia en su época, por lo que esta producción supondrá el estreno (ya que hace más de 200 años de su última representación, su interpretación es considerada como un estreno absoluto) en Valencia de este título

“Il Burbero di buon cuore” está coproducida por la Fundación General de la Universidad de Valencia y Teatres de la Generalitat Valenciana; a ambas instituciones les mueven dos objetivos fundamentales: dar a conocer al público valenciano la grandeza del compositor Martín y Soler, en el 250 aniversario de su nacimiento, y promocionar la actividad operística valenciana con una producción que aúna una puesta en escena novedosa con una  interpretación musical rigurosa de una partitura que sin duda será un gran descubrimiento para los amantes de la ópera clásica.

 

 

Sinopsis Argumental:

La escena transcurre en un salón en casa del Sr. Ferramondo, éste es un hombre anciano, rico y sencillo de costumbres, un gruñón incorregible y dominante, pero un gran corazón. Con él habitan sus sobrinos Angélica y Giocondo. És­te, por acceder en exceso a los caprichos de su mujer, Lucilla, sin saberlo ella, en cuatro años de matrimonio ha gastado la fortuna heredada de su difunto padre e incluso la dote de su hermana Angélica, encontrándose al borde de la quiebra. Ferramondo que vive con su criado Castagna y su ama de llaves Marina, censura enérgicamente la conducta del sobrino, con el que evita hablar (sin aceptar ni una leve alusión de él). Giocondo está a punto de ser llevado a la cár­cel debido a sus deudas y, angustiado, se dirige a Dorval, ami­go íntimo común, para qué interceda a su favor, delante de su tío.

También Angélica pasa por un mal trago: ella ama a Valerio y es correspondida por él, pero es tímida y no se atreve a co­municar a su destemplado tío que desea casarse; además ella cree tener por enemigos a su cuñada y hermano, el cual pa­rece tener la intención de meterla en un convento para evitar problemas con la dote matrimonial el día que haya que casar­la. Ferramondo, enterado de semejante dislate, habla con su sobrina, quien al fin le dice que lo que ella quiere es casarse, pero no habla para nada de que su corazón está ya ocupado por Valerio.

Así están las cosas cuando el tranquilo Dorval, en el transcurso de una de sus habituales partidas de ajedrez con Ferramondo, intenta hablar a éste, sin éxito, en favor de Giocondo. En la conversación surge el nombre de Angélica. El tío inesperadamente le hace a Dorval la proposición de que sea él quien se case con su sobrina; si accede a ello, le ofrecerá de dote 100.000 cequíes. El amigo queda enormemente sor­prendido: con sus 40 años a cuestas, no le parece lo más indi­cado casarse con una jovencita de 16. Sin embargo, halagado, acepta la proposición, siempre que Angélica esté de acuerdo.

Encantado de cómo van transcurriendo las cosas, Ferramondo se apresura a ir a casa del notario para que prepare el contra­to, dejando a Dorval que se entienda con la joven. En el diá­logo con ella, Dorval comprende que Angélica está ya ena­morada, por lo que accede, en cambio, a ser su valedor ante Ferramondo para que los dos jóvenes puedan casarse.

La desesperación de Giocondo, entretanto, ha llegado a su límite, ya no puede ocultar más su situación a su esposa; ésta, al conocer la gravísima verdad y también sus errores, decide presentarse sola ante Ferramondo, sin conseguir nada.  Pero, al intervenir más tarde en la conversación de éste con su ma­rido, no pudiendo superar tantas emociones, se desmaya. Arrepentido el tío de su tosca actitud, acude en su ayuda, dis­puesto a reparar todos los males.

Entretanto Valerio, enterado del desastre financiero de su futuro cuñado, se presenta para ofrecer a éste sus haberes. El gruñón bienhechor se enternece finalmente y, ofrecien­do a Giocondo la ayuda necesaria, accede también al matri­monio de Angélica con Valerio, entre el agradecimiento y el beneplácito de todos. La coda final expresa la moraleja de la obra: “En los afanes y en las penas nunca perdamos la esperanza: antes o después viene el bien y recompensa de todos los sufrimientos”.

 


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Más información: cultura@uv.es                     [Última actualización: 23/09/04]