El
hombre se despierta de un incierto
Sueño
de alfanjes y de campo llano
Y se
toca la barba con la mano
Y se
pregunta si está herido o muerto.
¿No
lo perseguirán los hechiceros
que
han jurado su mal bajo la luna?
Nada.
Apenas el frío. Apenas una
Dolencia de sus años postrimeros.
El
hidalgo fue un sueño de Cervantes
Y don
Quijote un sueño del hidalgo.
El
doble sueño los confunde y algo
está
pasando que pasó mucho antes.
Quijano duerme y sueña. Una batalla:
Los
mares de Lepanto y la metralla.
Jorge Luis Borges, "Sueña Alonso Quijano" de La rosa
profunda (1975) |