La técnica más útil para confirmar el diagnóstico es la realización de un fotoparche, que consiste en la realización de unas pruebas epicutaneas con una batería de alergenos estándar (incluye los que con más frecuencia producen dermatitis de contacto fotoalérgica), esta batería se aplica en el paciente a estudio por duplicado y a las 48 horas se irradia una de las baterías con una dosis de UV inferiores a la MED, realizándose de nuevo su lectura a las 72-96 horas y comparándose los resultados entre la batería irradiada y la no irradiada. Si existe positividad en ambas se considera una dermatitis de contacto, si solo se observar en la irradiada se considera una fotodermatitis.

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