Fuster Morales A, Gutierrez-Castrellon P, Duran Mckinster C, Orozco-Covarrubias L, Tamayo Sanchez L, Ruiz Maldonado R. Necrotizing fasciitis. Report of 39 pediatric cases. Arch Dermatol 2002, 138:893-899.
En este trabajo describen 39 pacientes vistos en un período de 29 años, afectos de fasceitis necrotizante. 21 pacientes (54%) varones, con una edad media de 4.4 años. el 77% tenían lesiones únicas y el 54% estaban localizadas en las extremidades. El factor predisponente más frecuente fue la malnutrición presente en 14 pacientes (36%). El factor desencadenante m´sa frecuene fue la varicela 13 pacientes (33%).Se hicieron cultivos en 24 pacientes (62%), que fueron polimicrobianos en 17 (71%). La bacteria aislada con más frecuencia fue la Pseudomona aeruginosa, asociada con frecuencia a gérmenes gram negativos. 33 pacientes (85%) tuvieron complicaciones, 7 (18%) fallecieron y 29 (91%) de los que sobrevivieron tuvieron secuelas. Le factor de riesgo más importante para un desenlace fatal fue la inmunosupresión.
Clínicamente la Fasceitis necrotizante se desarrolla una semana después del factor desencadenante con el desarrollo de edema e induración, seguido 24-48 horas más tarde de la aparición de eritema y discoloración violácea y marcado calor local, generalmente con marcado dolor y posible presencia de crepitación. 48-72 horas más tarde la piel adopta un aspecto eritematoso, brillante desarrollándose ampollas hemorrágicas, que sin tratamiento evolucionan hacia el desarrollo de necrosis. Se acompaña de signos y síntomas sistémicos con fiebre alta desproporcionada con los hallazgos cutáneos y fallo multiorgánico.
Se debe establecer diagnóstico diferencial con otros procesos necróticos con una apariencia clínica similar entre los que se incluye la celulitis -en la celulitis el edema no es tan duro y responde a tratamiento antibiótico en 24-48 horas, mientras que en la fasceitis se progresa hacia la necrosis-, erisipela -tiene un borde eritematoso bien delimitado, no se acompaña de síntomas sistémicos y no evoluciona hacia necrosis-, gangrena gaseosa -mionecrosis rápida y progresiva con afectación de fascia profunda y sin afectación cutánea- pioderma gangrenoso -evolución lenta y asociación a colitis ulcerosa-, ectima gangrenoso y púrpura fulminans.
Una vez se ha estabilizado al paciente debe procederse a un tratamiento quirúrgico agresiva de todo el tejido necrótico, lo cual produce una marcada reducción de la mortalidad de estos pacientes.