Volver al seminario
Síndrome del Shock tóxico estreptococico: Consiste un un cuadro grave con toxicidad sistémica, shock séptico, eritema macular y fallo multiorgánico, con elevada mortalidad, y que se denominó así por su similitud al síndrome del shock tóxico estafilocócico. El síndrome se relaciona habitualmente con una infección de tejidos blandos, el 70% de los pacientes tienen una fasceitis necrotizante. En el 60% de los pacientes se observa una puerta de entrada al nivel de piel o mucosas y en el resto es posible que se deba a una infección profunda o tras una bacteriemia originada en la faringe. En el shock tóxico estreptocócico el hemocultivo es positivo en el 60% de los casos y el cultivo de las lesiones focales es positivo en un 90% de los casos. La primera fase inicial consisten en mal estado general, mialgia, escalofríos, fiebre, vomito y diarrea. Tras esta fase se pasa a una segunda fase de taquicardia, fiebre, taquípnea y dolor en la zona de infección. En la fase 3 persiste la fiebre y se desarrollan signos de shock y afectación de órganos. Estudios epidemiológicos han relacionado el síndrome de shock tóxico estreptococico con cepas del serotipo M 1 y 3, estas cepas producirían exotoxinas, entre las que destacan la speA, speB, y speC y hemolisinas, estreptolisinas O y S, hialorunidasa, ADNasa y estreptocinasa. La toxina speA es producida por un 85% de los estreptococos del grupo A aislados en el síndrome del shock tóxico. Existen evidencias de que las manifestaciones del síndrome del shock tóxico estreptococico son debidas a superantígenos (Tabla 4). La speA produce una estimulación masiva y no específica de la proliferación de células T. La activación de un gran número de clonas de linfocitos T hace liberar de foma masiva citocinas: TNF, IL-1, IL2, e INF-gamma. Las citocinas de forma directa o indirectamente a través de la inducción de una segunda oleada de mediadores y sustancias proinflamatorias conducen al síndrome de respuesta inflamatoria sistémica y al fallo multiorgánico. En los últimos años se está reconociendo la participación de los superantígenos no solo en este cuadro y relacionados -fasceitis necrotizante, síndrome del shock tóxico estreptocócico, shock tóxico estafilocócico- sino que además se está expandiendo su participación en diferentes patologías tales como la enfermedad de Kawasaki (síndrome ganglionar mucocutáneo) y el eritema perineal recidivante mediado por toxinas |