Los procesos de despoblación constituyen un tema claramente emergente. Sin embargo, no es una cuestión nueva, ni afecta únicamente a las áreas rurales. Es un fenómeno relacionado con los cambios en el crecimiento vegetativo en los países desarrollados. De hecho, el envejecimiento demográfico y la despoblación son dos asuntos que a nivel europeo cuentan con una atención creciente.
En España son numerosas las capitales provinciales que están perdiendo población desde hace años. Por tanto la despoblación es un fenómeno multidimensional con una clara naturaleza territorial para el que las soluciones no son fáciles ni a corto plazo. Aunque el fenómeno de la despoblación es antiguo, ha eclosionado a diferentes niveles en la última década, en la literatura y mass media, en el ámbito académico y, sobre todo, en el de las políticas públicas. De éstas últimas destaca la creación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
Ante la notoria importancia de la despoblación, este proyecto adopta una triple vertiente. La primera de ellas és analítica. Aporta análisis rigurosos de los procesos, de los mecanismos y de los cambios que se están produciendo. La segunda apuesta por la prespectiva propositiva. Proporciona los inputs generados a los responsables del diseño e implementación de las políticas públicas. La tercera es la transferencia del conocimiento. A través de la divulgación general, pero sobre todo de la implicación y movilización de los actores locales como agentes de cambio, en un proceso de aprendizaje mutuo.
A partir de estos puntos de vista se contemplan varios ámbitos de trabajo interrelacionados, cada uno con su propia metodología y enfoque.
1) En primer lugar, el sistema demográfico, atendiendo a las estructuras y dinámicas demográficas y a qué tendencias se derivan. Se presta atención a colectivos estratégicos en los procesos de cambio (mujeres, jóvenes e inmigrantes), así como a colectivos vulnerables (la tercera edad) como parte fundamental de la población rural.
2) En segundo lugar, el sistema jurídico-normativo frente a la despoblación, diverso y heterogéneo y presente desde la escala nacional a la local. Se analizan y valora la eficacia de estos sistemas, y cómo pueden mejorarse en aspectos tales como el marco tributario de cara al emprendimiento y el fomento del empleo, o la prestación de servicios, públicos y privados.
3) En tercer lugar, el sistema de soporte territorial, incluyendo la prestación de servicios públicos (educación, sanidad, servicios sociales) y privados (comercio, telecomunicaciones, etc.), así como aquellos de naturaleza público-privada, como buena parte de los vinculados a la movilidad.
4) En cuarto lugar, los sistemas productivos locales, y cómo los recursos específicos disponibles o latentes, los conocimientos y las capacidades de innovación, las redes empresariales y los mercados locales de empleo, entre otros, condicionan las dinámicas internas. Se analiza cómo todo ello puede conformar estrategias basadas en proyectos e iniciativas tractoras (productos locales y cadenas cortas, destinos turísticos sostenibles, o todo lo referido a la transición ecológica, entre otras). También se presta atención a cómo estos territorios se integran y aprovechan (o pueden aprovechar) su posicionamiento (real o potencial) con relación a las áreas urbanas y metropolitanas próximas.
5) En quinto lugar, complementario de todo lo anterior, se estudia la dotación de diferentes tipos de capital social, y en qué medida contribuyen a consolidar tanto procesos internos como ese posicionamiento de los territorios en su contexto geográfico. Para ello se tienen en cuenta tres grandes grupos de actores, las empresas y los empresarios, los actores institucionales y las redes cívicas y liderazgos sociales. Se trabaja con una muestra de casos de estudio en Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.
Desarrolla el proyecto