Los corrales pertenecían en general a los ayuntamientos que sacaban a subasta pública su gestión. El arrendador que se hacía cargo de la gestión se quedaba con una parte de la recaudación obtenida de las representaciones, pero debía pagar una cantidad al ayuntamiento, según el acuerdo previamente establecido. Con frecuencia, las compañías que habían sido contratadas por el arrendador para representar en los corrales madrileños se veían obligadas a interrumpir su actividad en los teatros comerciales para atender las demandas de la familia real. Ello provocaba pérdidas a los arrendadores, que dejaban de obtener recaudación los días en los que las compañías ensayaban o representaban en palacio. En estas ocasiones, los arrendadores interponían pleitos para reclamar a la Villa de Madrid, es decir al municipio, indemnizaciones por la falta de representaciones en los corrales. Estos pleitos contienen diverso tipo de documentación que resulta interesante para historiar el teatro áureo. Así, por ejemplo, suelen aparecer declaraciones de actores, que actúan como testigos de los arrendadores,  y proporcionan datos biográficos o datos sobre representaciones. A continuación tienes un fragmento del pleito que interpuso el arrendador de corrales de Madrid, Jerónimo de Montalbo, contra la Villa de Madrid, a la que reclamaba “bajas”, es decir, descuentos en la cantidad que debía satisfacer al municipio, atendiendo a los días en que las compañías que había contratado no habían representado en los corrales por haber sido convocadas para representar en Palacio.