MESOC, el proyecto H2020 liderado por la Universitat de Valencia, concluye de momento sus trabajos. MESOC desarrollado por un consorcio de 10 organizaciones e instituciones académicas finalizó sus cometidos el pasado mes de julio. A finales de septiembre realizará su reunión de evaluación y revisión en la ciudad de Rijeka, donde se ubican dos de las organizaciones participante. El proyecto ha contado con una financiación próxima a los tre millones de Euros
El objetivo del proyecto consistía en presentar nuevas innovadoras para medir y contar el impacto el impacto social de la cultura, más allá de su dimensión económica. Y se ha desarrollado desde febrero de 2020 hasta mediados de 2023. El consorcio está compuesto por 4 universidades (València, Politecnica de Milano, Barcelona y Rijeka) 1 consultora belga especializada en cultura (KEA) una agencia francesa para el desarrollo de proyectos culturales (Relais Culture Europe), un centro cultural Rumano (Cluj Cultur Center), una empresa de comunicación (WorldCrunch) y dos ciudades (DAEM de Atenas y la corporación de Rijeka).
Junto a estos miembros del consorcio se han seguido actividades y proyectos en colaboración con 11 ciudades europeas como València, Barcelona, Bilbao, Jerez Lublin, Turku, Issy le Moulineaux, Gante, Cluj, Rijeka y Atenas
Comprender el valor social de las actividades culturales y ser capaz de medirlo y explicarlo es especialmente relevante para quienes se dedican a diseñar y ejecutar proyectos culturales sobre el terreno, así como para los responsables de la toma de decisiones y los gestores públicos y privados que proporcionan financiación y establecen prioridades, y para los investigadores que se dedican a la investigación y la evaluación.
Aunque el proyecto se centra es tres transformaciones sociales en concreto, que son las que aparecen en la Nueva Agenda para la Cultura de la UE; regeneración urbana, participación ciudadana y bienestar, sus propuestas teóricas y las propuestas de indicadores y análisis de datos sirven para analizar cualquier tipo de impacto social de la cultura y a cualquier escala; micro, meso y macro.
El proyecto ha desarrollado diversas e innovadoras herramientas y recursos que pueden ser de gran utilidad para los agentes culturales, los policy makers y la ciudadanía interesada en general.
El "modelo convergente", uno de los resultados teóricos del proyecto explica las distintas vías y trayectorias del impacto social de la cultura, partiendo de una aplicación concreta de una teoría del cambio que se fija en las variables de transición (aquellas variables socioeconómicas que podemos medir y anticipan la transformación social).
El modelo convergente es el resultado del proceso de confluencia de distintas herramientas metodológicas que van desde procesos DELPHI de consulta a expertos a análisis detallado de experiencias piloto y análisis de la literatura académica disponible. Todo ello además junto a un intenso trabajo de cocreación entre los distintos miembros
Este modelo surge del análisis con técnicas de análisis semántico (desarrollado con una herramienta accesible) Este modelo surge del análisis con técnicas de análisis semántico (desarrollado con una en linea) y al que podemos asomarnos desde la herramientas de la inteligencia artificial mediante un aplicación denominada Serapeum.
Esta parte analítica ha permitido a nivel micro desarrollar aplicaciones, a libre disposición de todos los interesados que posibilitan la medida del impacto sobre un individuo de su participación en una experiencia cultural (aplicación AU Cultur) al mismo tiempo que se ha desarrollado un manual (Handbook) dónde se identifican y explicitan aquellos factores que en la producción cultural pueden amplificar los impactos sociales.
A nivel meso el proyecto recogido las experiencias sobre programas culturales orientados al impacto social de distintas ciudades europea (City-pilots), recogiendo numerosas experiencias y ejemplos, así como recomendaciones.
En un vídeo divulgativo se explicita el uso de la Inteligencia Artificial como herramienta para el análisis del impacto social de la cultura.
Finalment a nivell macro s'ha desenvolupat una eina (SICCRED) que mesura, a nivell regional i amb precisió causal l'impacte de la cultura sobre les 11 variables socials de l'índex de benestar de la OECD. En conseqüència, el projecte permet mesurar per a cadascuna de les regions l'impacte que té la cultural sobre dimensions socials.
Amb aquesta eina el projecte MESOC demostra, entre moltes altres qüestions, que incrementar els ocupats en els sectors culturals i creatius té efectes causals sobre l'esperança de vida o la renda per càpita en la majoria de les regions europees.
Ilustración 1. Efectos sobre la salud (esperanza de vida) de incrementar un punto porcentual el empleo en los SCC. Media 2009-2019. Fuente: Elaboración propia. MESOC
Ilustración 2. Efectos sobre los ingresos disponibles netos per cápita de incrementar un punto porcentual el empleo en los SCC. Media 2009-2019. Fuente: Elaboración propia
La comunidad de aprendizaje conformada alrededor del proyecto reclaman en una declaración abierta Que hay que destacar de forma explícita y concreta en los proyectos, programas y políticas culturales los objetivos sociales, económicos, culturales o de otro tipo que se persiguen con la ejecución de dichos proyectos o programas.
Esto obliga a asignar en el diseño de los proyectos, programas y políticas culturales los recursos necesarios (5% del presupuesto) para desarrollar procesos de evaluación y seguimiento, sin comprometer la financiación cultural.
Y se debe profundizar en la colaboración entre todos los agentes del ecosistema cultural, para generar indicadores, conectados a objetivos específicos pero también a facilitadores clave, así como nuevas fuentes de datos y metodologías para captar todas las dimensiones relevantes de la cultura.
En un ámbito como la cultura, tan heterogéneo y tan dependiente del contexto territorial específico, es especialmente necesario converger hacia protocolos de evaluación armonizados (aunque flexibles).
Tenemos que convencer y comprometer a los profesionales mediante el análisis intensivo de datos y, cuando sea posible, la inteligencia artificial, de que la cultura está en el centro de muchas de las grandes cuestiones en torno a los retos sociales de la humanidad.
Y también resulta conveniente instar a las instituciones estadísticas oficiales a que sean sensibles y receptivas a las demandas y necesidades del ecosistema cultural.