Volem crear un espai de notes, comentaris i reflexions,a la manera de les Cartes al director, a on teniu cabuda tots i totes.
Anirem publicant textos que, sense una caducitat immediata, ens envieu i poden ser de l'interés de tots i totes vosaltres

MANIFEST EN DEFENSA DE L'HORTA
Col·lectiu "Peus de terra"
Des de fa 50 anys, el poble de Quart de Poblet ha sofert nombrosos canvis demogràfics, econòmics i en la forma de vida dels seus habitants. Eixes transformacions han dut, junt a innegables millores, canvis en la percepció de nosaltres mateixa i una perduda dels elements d'identitat que ens defineixen com a poble valencià i quartà.
Paral·lelament, des d'alguns anys ençà, grups de quartans des d'associacions, institucions i individualment, han fet esforços per mantindre, recuperar i potenciar eixes senyes d'identitat cultural que, al cap i a la fi, són patrimoni de tots i totes.
Entre eixos elements que es troben a punt de desaparèixer, es troba l'horta de Quart, l'entorn físic i ecològic que ha caracteritzat al nostre poble al llarg dels segles.
Moltes raons, entre les quals estan la falta de sensibilitat i les urgències de l'explosió demogràfica dels anys 60-70, dugueren a considerar l'horta com un espai d'explotació. Sols des dels 80 pareixia com si hi haguera un compromís de l'ajuntament per mantindre, que no conservar, espais de l'horta al nostre poble. Així hem vist com altres poblacions del nostre entorn es llançaven a la voràgine de la construcció i a la practica desaparició, sense cap llàgrima ni remordiment, del legat i testimoni del seu propi passat.
La raó de ser de l'horta de Quart no és convertir-se en solar. Ja al 8 de maig de 2004, el Consell Valencià de Cultura aclaria que la desaparició de l'horta no és només un problema de medi ambient, sinó també de mort cultural. Perdre l'horta és també perdre un poc del millor de nosaltres com a poble.
Ara, sentim alarmats que l'Ajuntament de Quart de Poblet, ofegat per la seua situació financera i per les pressions de les constructores i grans comerços, vol acabar amb l'últim reducte d'horta del sud de la població. El col·lectiu "peus de terra" pensem que tenim que oposar-se a este desastre.
Sabem que la nostra oposició sols serà efectiva des de l'acció dels ciutadans i les ciutadanes. Per una banda, s'ha de treballar per un canvi cultural que prenga consciència del que suposa la desaparició de l'horta, fer una aposta clara per la seua conservació i pels esforços que han de fer-se per mantindre-la i potenciar-la. Per a nosaltres i per als nostres fills i filles. Per altra banda, cal forçar democràticament a l'Ajuntament de Quart per a que, dins de les seues competències, detinguen el procés de requalificacions i enceten el debat sobre el que volem per a la nostra horta, amb la seua xarxa de sèquies i els altres elements que composen este patrimoni de tots.
El col·lectiu "peus de terra" demanem el suport dels ciutadans i de les ciutadanes per a que, abans de trobar-se amb situacions irreversibles, es paralitzen les propostes de requalificacions i es potencien iniciatives per mantindre l'horta de Quart com a patrimoni cultural de tots i totes.
L'HORTA NO ÉS UN SOLAR. NO A LES REQUALIFICACIONS.
PER EL MANTENIMENT DE L'HORTA DE QUART DE POBLET.

Col·lectiu "peus de terra", per la defensa de l'horta de Quart de Poblet. Novembre-2004


 

INFOTELEVISIÓ

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PÁSALO.
Así terminaba el mensaje que recibí en torno a las tres de la tarde anunciando una concentración silenciosa por la verdad frente a la sede del PP en la calle Génova.

Así comenzaba algo que con el paso de las horas iba difundiendose minuto a minuto. Por cadamensaje que la gente recibía, se enviaban diez, quince, veinte mensajes más. Hubo gente que recibió hasta diez mensajes de grupos de gente diferente: familia, trabajo, lugar de estudios, gente del colegio, del barrio, y esos mensajes se multiplicaron hasta el infinito, propagandose como las llamas de un incendio por efecto del viento. A las seis de la tarde un despliegue policial protegía la sede del partido y sus efectivos pedían la documentación a todo manifestante que llegaba. Media hora después, sin embargo, la concurrencia de tantos madrileños sobrepasó la capacidad policial y una hora más tarde la calle Génova era un hervidero de gente gritando de rabia y pidiendo explicaciones al gobierno de la nación. Había gente que lloraba, otros expresaban su indignación a gritos, mentirosos, asesinos, te dijimos no a la guerra; vuestra guerra, nuestros muertos; no estamos todos, faltan doscientos; mentirosos, vosotros teneis chófer, nosotros cercanías; lo sabe todo el mundo menos nosotros; los muertos no se utilizan, basta de manipulación, y queremos salir en La Primera.

La prensa que se encontraba tras el cordón policial era mayoritariamente extranjera, y había un gran despliegue de antenas parabólicas de cadenas televisivas europeas. De las calles adyacentes y bocas del metro salía cada vez más gente de todas las edades y razas que se unían a la concentración, que de silenciosa al final no tuvo casi nada porque se nos hacía difícil permanecer callados cuando se pretendía celebrar un minuto de silencio. Siempre alguien lo rompía con algún grito: mentirosos, asesinos. Las lágrimas y la indignación se propagaban de igual modo que la información. La gente estaba pegada a sus transistores y los móviles sonaban sin parar para transmitir información a la gente, que a su vez propagaba las noticias, que corrían de boca en boca.Cuando Rajoy declaró a los medios que la concentraciónera ilegal e ilegítima,y acusó a sectores del PSOEde haberla organizado, la multitud rugió y contestó: "nos han convocado los asesinados", y "la voz del pueblo no es ilegal". Cómo ibamos a ser ilegales, cuando el gobierno seguía mintiendo, ocultando información y violando los derechos más elementales del pueblo: el derecho a la libertad de expresión y al derecho a la información. En TVE 1, Cine de Barrio.

En Génova pasaban las horas y los ánimos se iban encendiendo cada vez más. Seguía llegando gente, y no se veían banderas de partidos políticos ni sindicatos. Sólo pancartas improvisadas con cartones y bolígrafos. Tampoco la gente cantaba; todo eran gritos de dolor e indignación. El jefe antidisturbios confesaba a un reportero de la SER que no podían disolver la concentración por la fuerza porque eramos ya más de 5 mil personas y no era cuestión de cargar contra la muchedumbre donde había ancianos y niños. Cada vez que algún miembro de la sede se asomaba a la ventana la gente rugía y pedía la verdad, y mientras, seguían llegando noticias de concentraciones espontáneas en todas las ciudades de España. Las nueve de la noche y nadie se movía de allí, pese al frío. Nos llegó una nota que circulaba en manos de todo el mundo: A las doce en sol. Pasaló.

De pronto otra noticia que se propaga entre la gente: dos hindúes y tres marroquíes detenidos por su relación con los supuestos asesinos en Lavapiés. Los servicios de inteligencia por un lado y el gobierno por otro. Españoles en el extranjero, amigos de todos los puntos del planeta seguían mandando noticias de las principales cadenas televisivas del mundo: Bush lamenta que el apoyo de España a su guerra contra Irak haya tenido estas consecuencias para Madrid. En cambio, el gobierno no lo lamenta, sino que oculta toda la información y llama a la calma, e insiste en que en la jornada de reflexión el pueblo no puede salir a la calle para expresarse. Rugimos más aún: no nos vamos, sal al balcón, da la cara, PP responsable,PP culpable, vuestra guerra, nuestros muertos, vosotros teneis chófer, nosotros Cercanías, vosotros, fascistas, sois los terroristas. Diez de la noche y la gente sale hacia Sol tomando las calles sin permiso.

Yo me voy a Lavapiés para cenar un poco y ponerme algode abrigo porque ya no siento las manos del frío. La plaza está vacía, y al llegar a la calle Cabeza nos encontramos con una chica joven que, en la puerta de su casa, aporrea una cacerola con la cabeza alta y el semblante grave. Tímidamente salen a los balcones vecinos que salen a aporrear las cacerolas. Primero es un suave tintineo, después comienzan a abrirse los balcones de todas las calles y comienza un zumbido ensordecedor que se expande por todo el barrio.
Bajamos a la plaza, que comienza a llenarse de gente que aporrea sus cacerolas, sartenes e instrumentos con fuerza. Aparece una cámara de televisión alemana, mientras la plaza y las calles están llenas de gente protestando sin palabras, y en un momento precioso hasta parece que seguimos todos el mismo ritmo. Un ritmo fúnebre y contundente, seco, duro, lleno de rabia y solemnidad. Y marchamos todos hacia Sol, donde ni siquiera podemos entrar porque Madrid está en la calle. Siguen volando las noticias, siguen multiplicándose los mensajes de solidaridad con las protestas de otras ciudades, siguen propagándose las noticias. La policía ha cargado contra la gente en Zaragoza y en Barcelona. Están estudiando suspender las elecciones, ha aparecido en manos del PP, de repente, un vídeo en el que Al Qaeda reivindica el atentado, y la gente comenta asombrada e indignada que no salimos en los medios. En la SER comentan que pese a la toma de las calles por parte de la ciudadanía, no van a seguir retransmitiendo para mantener la calma y no calentar los ánimos. La censura del siglo XXI. Las cámaras, los micrófonos, y las luces desaparecen; solo quedan los reporteros alemanes que trabajan a destajo, y nosotros gritando, y todas las calles que desembocan en Sol colapsadas. No hay banderas, no hay partidos, no hay magnetófonos, no hay organizadores, no hay órdenes. La multitud avanza espontáneamente hacia Atocha y la policía se retira discretamente. La calle es nuestra y caminamos por donde queremos, cortando el tráfico. Nadie rompe cristales, nadie destroza el mobiliario urbano, Madrid avanza cívicamente y Ansuátegui ordena invisibilidad. La policía apaga las sirenas, y las lecheras apenas son percibidas.

"Veniros con nosotros", grita alguno a los uniformados, que no se atreven ni a mirarnos a los ojos. La rabia está en el grito, en las palabras. La gente exige que el gobierno informe, que los medios informen, la gente exige que el gobierno asuma su responsabilidad, y que deje de mentir a un país entero, que a través de internet y los teléfonos móviles va conectandose con el mundo entero. Los medios nacionales ningunean la protesta y dejan claro de qué lado están. La gente alza sus móviles para que los que escuchan al otro lado perciban el ambiente que hay en Madrid. Más de un millón de personas bajan hacia Atocha por la calle del Prado y por la calle Atocha. Y circula otro papel: a las dos en punto cinco minutos de silencio. Pasaló.Todos al suelo. Silencio sepulcral. No hay cámaras.
Miles de velas encendidas, y se rompe el silencio con el grito lleno de orgullo: viva Madrid, y todos gritamos, viva, viva Madrid. Aznar escucha, el pueblo está en lucha, y las riadas humanas avanzan hacia el Congreso. En la radio solo se oye música y resúmenes del partido del Real Madrid. Las voces ya cascadas por el paso de las horas, los pies doloridos, y no hay miedo, no hay policía, solo el helicoptero rugiendo encima de nuestras cabezas, y una sensación de euforia al ver que somos tantos, que somos incontables. "También estuvimos en la manifestación de ayer", decçian algunos cartones a modo de pancarta.
Frente al congreso, las lecheras protegiendo el recinto sagrado donde unos cuantos toman las decisiones sin preguntar. La gente vuelve a gritar, dijimos no a la guerra, dijimos no a la guerra,vuestra guerra, nuestros muertos, un pozo de petróleo por un pozo de sangre, embushteros, tve= nodo, urdaci nazi, queremos la verdad.

Pasamos el congreso, llegamos a la Gran Vía, seguimos por Hortaleza. La gente sale de los bares, los pubs y las discotecas. Unos se unen, otros provocan preguntando qué pasa y por qué tomamos las calles, y Madrid avanza imparable bajo la atenta mirada del helicoptero. Los porteros de las discotecas desde las que sale música evasiva y alegre nos miran alucinados, tratando de proteger los imperios del alcohol y la música entretenida. Llegamos a la sede del PP de nuevo, y la gente, pese al cansancio, sigue aullando.Cuatro, cinco de la mañana, y la gente grita hoy protestamos, mañana os cesamos, a la hora de votar se tiene que notar, asesinos, mentirosos.

Agotada regreso a casa. En Sol hay cientos de velas encendidas, y decenas de ramos de flores y carteles, cartas, gritos de papel donde la gente demuestra su solidaridad y su cariño. La gente se arrodilla, enciende más velas, y todo está en silencio. Siguen las pancartas colgando de todos los rincones de la Puerta del Sol; los servicios de limpieza esta vez respetan el dolor de una ciudad entera que llora a sus muertos. Banderas de todas partes del mundo, y escritos en árabe, no al terrorismo, PP responde, mensajes de las familias de los fallecidos, basta de horror, queremos la verdad, televisión manipulación, y cuatro mendigos apoyados contra la pared, rodeados de velas, en silencio. El pueblo llora, el gobierno miente. Lucía no te olvidaremos nunca. Papá te quiero.
Esta no es nuestra guerra. Agotada, no puedo ni moverme de allí. Porque si la gente expresaba la rabia ante la mentira en la calle Génova, allí se concentra el dolor, el silencio, velas encendidas y flores congeladas del frío que hace.

Esto es lo que sucedió en Madrid la víspera de las elecciones. Y si en los medios no se quiso recoger esta toma de las calles por parte del pueblo madrileño, por lo menos que se difunda por la Red lo que pretende ser acallado y ocultado.
Porque algo ha cambiado desde anoche: ya no tenemos miedo. Ni en Madrid, ni en el resto de las ciudades, ni los pueblos.Y no necesitamos partidos políticos que organicen manifestaciones: ya sabemos que internet y los móviles cuentan lo que no cuentan los medios oficiales, y ya sabemos que tenemos una herramienta de comunicación, la del boca a boca, para expresarnos. Se nos han negado los derechos fundamentales que reconoce nuestra Constitución, y el pueblo ha pagado caro la incursión de su gobierno en una guerra por petróleo. Un pueblo que nunca ha tenido problemas con el mundo árabe, un pueblo que se indigna ante la mentira y los insultos del candidato a la presidencia de España. Madrid demostró que está llena de gente de todas las nacionalidades, edades y condiciones sociales que son sensibles, y fue anoche la verdadera democracia, la de la soberanía del pueblo, en la que la gente se expresaba libremente.

Pásalo.

Hola amics i amigues de El Mussol.
Us vull recordar que aquest gener fa cinc anys que va faltar el nostre amic Vicent Moya. No cal que us diga el que va significar per a nosaltres, per als qui el tinguérem com a amic, però, per a aquells que no tinguéreu la sort d'haver-lo conegut, almenys vull que conegueu el que va significar per a la nostra associació, per a la nostra cultura, per al nostre poble. Vicent va ser membre fundador de l'Estornell, associació cultural capdavantera en el treball a Quart de Poblet per la recuperació i difussió de la nostra cultura, amb especial cura per la nostra llengua. Molts de nosaltres coneguérem i assumirem aquesta preocupació i la sensibilitat per la identitat del poble valencià assistint als cursos de llengua que l'Estornell va organitzar a Quart. Jo tinguí la sort de tíndre'l com a amic i com a mestre durant aquests cursos.
Organitzà, i mantingué durant anys difícils, convocatòries com la dels premis 25 d'abril per a escolars de Quart, amb la feina que això suposava de difussió del valencià a l'escola, entre els xiquets i xiquetes, així com moltes altres activitats sempre amb l'objectiu de difondre la cultura valenciana.
A la Universitat va formar part de la Falla Universitària, quan encara era un risc, fins i tot físic, ser faller i catalanista.
Va ser un membre molt actiu de l'Associació Ajuda als Pobles,implicat com estava amb la dignitat i solidaritat dels pobles.
Va ser un dels fundadors del Col·lectiu MILI-KK de Quart, que seria la llavor que anys després va culminar amb la creació de l'Associació Cultural El Mussol. Va ser, per tant membre fundador de la nostra associació, així com motor d'aquesta: els cursos de valencià, tallers de ball, xerrades de tot tipus, alguna que altra concentració davant
l'ajuntament per demanar l'ús del valencià, cartes al director, la lluita contra la injusta decissió de l'ajuntament d'acabar amb el "manicomi" de Quart apel·lant a la por dels veins, el casal del carrer rossinyol, els concerts i festes, la Nit Folk,... tot el que ara significa El Mussol li ho devem en part a ell. (Pujades, Vicent, Pepoi,...tots sabem que quan va faltar l'Associació es va afonar. Quí podria assumir tota la feina que ell feia? Què seria de El Mussol sense ell?)
No conforme amb l'associacionisme cultural, va entrar en política, formant part de les llistes electorals d'Esquerra Unida, des d'on va lluitar per tot allò en què creia, sempre aportant-li al partit la vessant crítica i nacionalista.
També va col·laborar amb el periòdic El Punt, així com amb altres mitjans i col·lectius (El Bassot també el recorda com a bon amic i col·laborador). Motor de l'Estornell i de El Mussol, d'Esquerra Unida de Quart de Poblet, col·laborador del Bassot, ...Treballava des de moltes bandes per allò en el que també nosaltres creiem, la solidaritat, el respecte entre els pobles, el respecte als immigrants, l'estima per la terra, per l'horta, per les nostres tradicions,...

Per als qui el coneguéreu, recordar-vos el que perdérem amb la seua marxa, per als qui no el coneguéreu, no oblideu quant li devem.

Josep. El Mussol

Gener de 2004

MANIFEST PER LA MÚSICA DE LA TERRA

Nosaltres, persones dedicades a l'ensenyament, la interpretació, la programació, la investigació i la divulgació de la música folk dels Països Catalans, volem expressar mitjançant aquest manifest la nostra preocupació pel present i, sobretot, pel futur d'aquest àmbit musical.

Durant el últims anys, a Catalunya, el País Valencià i les Illes Balears, la música folk ha recuperat i guanyat espais gràcies a l'esforç de persones i entitats molt concretes, arrelades a la societat civil.

En som molts: tenim un cens envejable de grups, solistes, intèrprets, autors i creadors en general; tenim organitzacions (associacions, empreses, col·lectius,etc.) relacionades amb el nostre àmbit; tenim circuits propis (festivals, cicles) i comencem a tenir presència en altres cicles de música i festes majors; tenim mitjans i programes especialitzats (premsa, ràdio i TV) compromesos en la difusió de la nostra feina; tenim un públic que creix dia a dia; tenim una presència real a les places i als carrers; tenim discogràfiques: no són multinacionals, sinó que són petites i mitjanes empreses que ens donen suport i confien en els nostres treballs; tenim mànagers, programadors, tècnics de cultura que hi estan interessats; estem units: no pretenem compartir-ho tot ni cerquem cap uniformitat, però viatgem en la mateixa nau i mantenim un contacte continuat entre gent de tots els Països Catalans.

Malauradament, però, la música folk dels Països Catalans no ha rebut per part de les institucions públiques prou atenció, llevat d'algunes excepcions molt puntuals, sobretot de tipus local. La nostra música tradicional s'ha vist sistemàticament marginada per les administracions, que ni tan sols han sabut mantenir un criteri coherent, més enllà de l'oportunista utilització política, envers un patrimoni històric i cultural que si no ha desaparegut ha estat gràcies al treball de cantaires, músics, educadors, investigadors i, molt especialment, al teixit associatiu que cobreix la nostra geografia.

A començaments del 2004, la llosa més gran que pateix el sector és l'endèmica manca d'estratègies, ni comunes ni particulars, per part dels governs autonòmics que comparteixen el nostre territori. Però, si Catalunya s'ha distingit per la política erràtica en matèria de cultura popular i tradicional, al País Valencià i les Illes Balears la barreja de negligència i d'obstruccionisme obeeix a un intent deliberat de ruptura de la unitat de la llengua i la cultura catalanes.No som un sector en crisi; som un sector ple de vida, que vol que els governants i els mitjans de comunicació sàpiguen que existim i que reconeguin la nostra realitat.
Per això, nosaltres demanem als departaments de Cultura i Educació dels governs autonòmics de Catalunya, el País Valencià, les Illes Balears i l'Aragó, així com al Departament dels Pirineus Orientals de l'Estat francès, que facin públiques les seves intencions i els seus programes envers la conservació, l'ensenyament i la promoció d'una música tradicional i popular que, al cap i a la fi, és única, perquè és la nostra: la música que al llarg de la història ens ha identificat com apoble.

Gràcia (Barcelona), el 31 de gener del 2004

Signants del Manifest a 31 de gener del 2004:
Josep Albà, Dani Àlvarez, Jaume Arnella, Xavier Arnijas, Jaume Ayats,Carles Belda, Miquel Beltran, Jordi Bertran, Toni Bibiloni, Artur Blasco,Rosa M. Boixadé, Jaume Buza, Aleix Cardona, Daniel Carbonell, Ramon Cardona, Montse Casanova, Marcel Casellas, Raimon Casino, Bernat Dàmaso,Carles Estruch, Eduard Estivill, Kilian Estrada, Josep Vicent Frechina,Jordi Fàbregas, Artur Gaya, David Gàzquez, Lluís Gendrau, Miquel Gil, Giani Ginesi, Joan Gómez, Miquel Gonzàlez, J.Ma. Hernàndez Ripoll, Jordi Jordà, Pepe Lera, Miquela Lladó, Sàgar Male, Ramon Manent, Georgina Montgé, Enric Montsant, Xavier Oller, Vicent Ortuño, Encarnació Pallarès,Teresa Parareda, Isidre Pelàez, Lluís Puig, Donat Putx, Joan Reig, Roser Reixach, Francesc Ribera "Titot", Ferran Riera, Ramon Riera, Coral Roma,Jordi Roura, Toni Roig, Pep Toni Rubio, Maria Salicrú-Maltas, Quim Soler,Jordi Tarradellas, Toni Torregrossa, Toni Torrents, Quim Xena.

 

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