LIBRO DEL MES, Diciembre 2015

Mi rebelión en Barcelona
Manuel Azaña
4ª ed.
Madrid : Espasa Calpe, 1935
359 p. ; 25 cm.
HU D0.1/35480

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Libro del mes



Los objetivos que centraron la política de Manuel Azaña al frente de su gobierno durante la Segunda República Española (1931-1933) fueron: la escuela, la reforma agraria y la creación de las autonomías territoriales, junto a una regeneración moral de la propia sociedad. Tan ambiciosa política se vio truncada cuando perdió la confianza del presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora (septiembre de 1933) y fueron convocadas elecciones. Las ganaron los partidos de derechas, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y el Partido Republicano Radical, pero la conflictividad interna de esos mismos partidos produjo gobiernos inestables que se escudaron en presuntas conspiraciones en su contra de los partidos republicanos de izquierdas, entre cuyas figuras sobresalía Manuel Azaña. Así, los ataques conspiratorios se acentuaron por la presencia de Azaña en Barcelona en octubre de 1934 y la proclamación del estado catalán dentro de la República Española. La situación se resolvió con su apresamiento por la autoridad militar y su encarcelamiento en distintos buques de la armada. De todo ello se hizo eco la prensa del momento. Azaña recopiló y reflexionó sobre estos acontecimientos en su obra “Mi rebelión en Barcelona”.

Esta obra, dedicada a Ángel Ossorio, abogado defensor de Azaña, comienza con un manifiesto firmado por la intelectualidad del momento (Azorín, Américo Castro, Chaves Nogales, García Lorca, Marañón, Óscar Esplá, etc.) en su apoyo y que la censura había impedido publicar en prensa. A continuación, Azaña relata su cautiverio naval y lo injustificado de su encarcelamiento además de distintos documentos relacionados con los hechos: su discurso en la Cortes del 25 de junio de 1934 sobre la “Ley Catalana de Cultivos” que había sido usada por parte del gobierno central como detonante en contra de la autonomía catalana. Le sigue el discurso a los republicanos catalanes pronunciado en Barcelona, el 30 de agosto de 1934. Un discurso en el que exalta la importancia del estudio de la Historia porque se ignora que Cataluña, junto con Aragón, perdieron los fueros en el siglo XVIII. Aquí Azaña olvida al resto de territorios de la antigua Corona de Aragón, Valencia y Baleares, que también los perdieron. Un estudio necesario para superar el “ciego” españolismo que impide la autonomía dentro de la República Española. No obstante, también exhorta al gobierno catalán a ser sincero con el pueblo y no abusar de su ingenuidad pues “en Cataluña… hay mucha gente que se pasa de lista… para dar que hablar” (p. 248). Azaña terminaba el discurso: “creo en la patria de los catalanes, parte de la patria española” (p. 273). Por último, acompaña a la obra un apéndice con todo el proceso judicial. Un proceso que finalizó con el sobreseimiento de la causa el 6 de abril de 1935. Después Manuel Azaña sería proclamado presidente de la República (mayo 1936- febrero 1939). Murió en el exilio, en Montauban (Francia) en 1940.

Respecto al ejemplar conservado en esta biblioteca, corresponde a la donación realizada por el catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de València Alfons Cucó, según el ex libris que lo acompaña. El ejemplar es una edición en cartoné de la Editorial Espasa-Calpe, al precio de 6 pesetas. Esta editorial había publicado varias obras de Azaña desde 1919 hasta ese momento según la relación de títulos detallados en la contraportada. Sin embargo, este ejemplar nunca fue consultado ni por su donante ni por ningún usuario después de ingresar en esta biblioteca puesto que todavía permanecía intonso.

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