Si hay una mujer que represente el mundo cultural valenciano del siglo XV es, sin lugar a dudas, sor Isabel de Villena (1430-1490). Esta noble fue hija ilegítima de Don Enrique de Villena, se desconoce el nombre de la madre. Entró en el convento de la Trinidad de Valencia, fundado por la reina María de Castilla, esposa de Alfonso el Magnánimo, en 1445 donde tomó el nombre de Isabel, el suyo era Elionor de Villena. Su formación intelectual hizo que su fama traspasase los muros del convento hasta el punto de que autores como Bernat Fenollar (1438-1516) o Miquel Pereç le dedicarán parte de su obra y le solicitaran su opinión. La obra que simboliza a sor Isabel es Vita Christi. La escribió para las monjas de su comunidad en donde resalta aquellos pasajes del evangelio donde aparece la figura femenina.
Respecto a la edición presentada corresponde a Ramón Miquel y Planas (1874-1950) dentro de la colección “Biblioteca catalana” y se basa en la edición incunable de 1497. A pesar de que la edición original se realizó en un solo volumen, en este caso, está formada por tres volúmenes por exigencias de la propia colección. El primero termina con la llegada a Egipto de la Sagrada Familia (cap. LXXXVII). El segundo finaliza con la muerte de Jesucristo en la cruz (cap. CLXXXVI). El tercero, con la asunción de María a los cielos (cap. CCXCI). La edición pretende ser de lujo y de imitación de las ediciones elzevirianas, impresión tipográfica clara con caracteres latinos. Cada página lleva visibles los corondeles y la marca de agua o filigrana del papel: “biblioteca catalana”. Encuadernada en piel roja con grabados dorados (reproduce el escudo cuatribarrado coronado y envuelto en laurel) tanto en la cubierta como en la contracubierta (reproduce el exlibris de la colección al que acompaña el lema: “A bon seny no hi val engany”, una invitación al estudio para alcanzar el conocimiento). En su interior, la portada toda decorada incluye los escudos de los territorios de la antigua Corona de Aragón (esa portada se reproduce en cada volumen), a continuación recoge una dedicatoria al obispo de Vich, Josep Torras y Bages, como homenaje a su obra “La tradició catalana” (1892) que abrió paso al estudio sobre temas catalanes. Después le sigue una breve introducción sobre sor Isabel y lo que representa su obra reproduce el famoso grabado de la edición de 1513, en él sor Isabel entrega el libro a sus monjas. En el tercer volumen incluye, al final, un apéndice en el que Miquel y Planas recoge la memoria presentada como editor de la colección al Consell de la Mancomunitat de Catalunya.
