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Es uno de los títulos habituales en los inventarios de las bibliotecas privadas durante los siglos XIV y XV. Su temática moralizante, de conformidad personal ante el capricho del devenir de la fortuna contribuye a esa popularización. Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio (470-524/5), gobernador del rey de los ostrogodos Teodorico, la escribió durante su cautiverio al caer en desgracia y ser condenado a muerte. En ella Boecio dialoga con la Filosofía y se lamenta del reparto injusto de la fortuna, siempre premia a los injustos y castiga a los justos. No obstante, la Filosofía le recuerda lo afortunado que Boecio había sido tanto en el aspecto personal y familiar como lo infeliz que es aquél que lo fía todo al poder y la riqueza. La edición que posee la biblioteca reproduce la traducción castellana que en 1516 realizó el fraile dominico Alberto de Aguayo (1469-1530), dedicada al Conde de Ureña, pero no fue hasta 1518 cuando se editó en Sevilla por el impresor Cromberger, luego se reeditó en 1521; del resultado de las dos surgió esta edición a cargo del también dominico Luis G. Alonso Getino (1877-1946): “reproducción exacta de la primera, publicada en 1518, y ha sido corregida teniendo a la vista la segunda de 1521, con solas las variantes de puntación, acentuación y uso de las mayúsculas, que van al modo comodísimo de hoy, y no al estilo de tanteo y ensayo ortográfico del tiempo de Cisneros”. Del mismo modo Alonso Getino dedicó este trabajo, en su caso a Isidoro Pérez de Herraste para inmortalizar su nombre a través del texto impreso por ser un ejemplo de benefactor de la Iglesia, generaciones familiares posteriores han recibido el reconocimiento público eclesiástico. El ejemplar descrito se encuentra bastante deteriorado. Aparece encuadernado en papel con las cubiertas historiadas, en la principal se representa las figuras señeras de la Orden Dominica: (en los laterales) Padre Cáceres, Padre Lanuza, Santa Catalina de Siena, San Vicente Ferrer, Padre Alonso Carrera, Padre Diego de Hojeda; (en la parte central) Fray Luis de Granada, Santo Tomás de Aquino y Santo Domingo de Guzmán (de forma más destacada por ser el fundador de la orden). Además figura el nombre del autor, del traductor y del editor literario, así como el pie de imprenta. En la cubierta posterior un escudo historiado ocupa la parte central de la misma. En la portada desaparecen las figuras y junto a los nombres de los responsables de la edición aparecen las fechas originales de la publicación de la obra (523) en el caso de Boecio y de la traducción (1516) en el de Alberto de Aguayo.
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