A lo largo del año se está conmemorando la publicación de la segunda parte de la obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, una efeméride continuamente celebrada como la que aconteció en 1905. Entre las aportaciones más destacadas para aquel evento destaca la realizada por Azorín para el periódico madrileño El Imparcial. Su director, José Ortega Munilla (1856-1922), le encargó que siguiese los pasos del personaje manchego y los relatase a sus lectores a través de crónicas periodísticas bajo el epígrafe La ruta de Don Quijote. Para realizar el viaje le dio un sobre con dinero más una pistola, lo que habla del periodo incierto que se vivía. El viaje lo realizó en tren hasta las poblaciones manchegas principales relacionadas con la novela y los alrededores en carro acompañado de un lugareño para facilitarle la labor. Todos los artículos periodísticos que vieron la luz entre el 4 y el 25 de marzo de 1905 fueron recopilados y editados bajo el mismo título de las crónicas, La ruta de Don Quijote. De este modo esta obra pasó a engrosar una parte destacada en el conjunto de las diferentes obras publicadas por Azorín. La obra es la manifestación de la unión del periodismo y la literatura.
Azorín, seudónimo del valenciano José Martínez Ruiz (Monóvar 1873-Madrid 1967), como integrante de la llamada “Generación del 98” tuvo en Castilla la imagen del atraso español como tema recurrente. La Editorial Calleja le quiso hacer un homenaje al incluirlo en su serie Páginas escogidas en 1917. Una miscelánea de su obra que reflejase su trayectoria literaria hasta ese momento. En la selección sobresalen las páginas referentes a su viaje por La Mancha y su conmemoración de la obra cervantina. En esa vuelta atrás recupera a otro autor, José Giménez Serrano (1821-1859), también periodista que, antes que él, ya había realizado en 1848 el viaje en esa búsqueda de los lugares emblemáticos de Don Quijote. Sus crónicas fueron publicadas en Semanario Pintoresco Español entre el 16 de enero y el 23 de abril de ese año bajo el epígrafe de Un paseo, a la patria de Don Quijote. En ellos describe un paisaje y unas gentes completamente decadentes, abandonadas a su suerte, donde eran los extranjeros, tanto franceses como ingleses, los que ponían en valor la novela de Cervantes ante la indiferencia o la ignorancia de los lugareños. En Páginas escogidas, aparte de ese punto de interés manchego, Azorín también fija sus comentarios sobre las gentes que pueblan cada día Madrid. Personas no tan diferentes de las descritas en ambas crónicas periodísticas a pesar del tiempo transcurrido entre ellas. La selección finaliza con la inclusión de algunos de sus artículos políticos publicados entre 1904 y 1916 pues también fue cronista parlamentario. Unas crónicas parlamentarias donde acentúa su conservadurismo político.
El ejemplar conservado por esta biblioteca no está en demasiado buen estado pues ha acusado el paso del tiempo tanto en el papel como en la encuadernación aunque todavía guarda la original con algún desperfecto por el lomo.
