e s c e n a

FURA DELS BAUS. Alex Ollé

BUSCAR LAS RAICES ES UNA FORMA MUY SUBJETIVA DE ANDARSE POR LAS RAMAS

por Norberto M. Ibáñez

Algo está sucediendo, algo está cambiando en el panorama de las artes escénicas cuando una compañía como La Fura dels Baus, abanderada del teatro visual, después de 20 años decide enfrentarse ante un texto y realizar una versión de un clásico como el Fausto, de Goethe, para reafirmarse en la continuidad de esta nueva línea de creación en futuros espectáculos. 
La base de su trabajo estaba formada por una gama de recursos escénicos que incluía música, movimiento, uso de materiales naturales e industriales, aplicación de nuevas tecnologías y la implicación del espectador directamente en el espectáculo. Ese lenguaje escénico no se pierde, al contrario, cobra nuevos bríos al fusionarse con la dramaturgia textual. 
Alex Ollé, uno de los directores de la compañía, nos explica las bases de este nuevo paso profesional. 

1. ¿Es la primera vez que la Fura introduce texto en una de sus producciones?
Digamos que es la primera vez que abordamos texto de forma seria, y digo de forma seria porque en el espectáculo MTM los actores esbozaban pequeñas frases, lo que pasa es que se daban básicamente para darle al actor un trabajo menos visceral que en otros espectáculos donde tan sólo gritaba o gruñía. Por tanto, sí que es cierto es la primera vez que dentro de la Fura se trabaja una dramaturgia. El Fausto de Goethe es un texto importante y se podía haber hecho de un modo visual, pues es cierto que una imagen vale más que mil palabras, pero también es verdad que una palabra te puede sugerir mil imágenes. Siendo así, entendíamos que la puesta en escena de este espectáculo estaba precisamente en esa vía intermedia entre lo que es el "lenguaje furero" -un lenguaje muy visual- y un trabajo de texto. De esa mezcolanza queríamos que surgiera lo que de alguna manera nosotros mismos cuando nos convertimos en espectadores y vamos a ver teatro no vemos. La apuesta era hacer algo que a nosotros nos gustara y creo que en parte lo hemos conseguido aunque no es más que un primer paso. Este Fausto es un experimento más dentro del proceso de creación. Es un montaje bien contemporáneo, que ciertamente te satura, pero en él radica una simultaneidad perfecta con la vida real porque cuando uno termina el día está completamente saturado por tanta información, gente, trabajo...; por eso este espectáculo es muy acorde a lo que vivimos.

2. ¿Por tanto se puede hablar de un cambio radical en la forma de trabajar de la compañía?
Esta forma de trabajo va a tener continuidad, pero no será la continuidad de la compañía, ya que, por ejemplo, la compañía ahora está preparando un espectáculo como el que hemos hecho siempre, con un público al mismo nivel. Lo que pasa es que hemos dejado más tiempo de hacer un espectáculo de lenguaje furero porque de alguna manera también había una necesidad de enriquecernos personalmente. Cuando llevas 20 años como nosotros llega un momento en el que te muerdes la cola, creativamente ya estás seco, te puedes ir repitiendo, volver a las raíces, investigar sobre lo investigado..., pero como dice la frase buscar las raíces es una forma muy subjetiva de andarse por las ramas.
Desde el 92 trabajamos dentro del mismo grupo pero por separado y cada uno se dedica a hacer sus proyectos con el nombre de la Fura y nos apoyamos entre nosotros. El secreto está en la capacidad que tiene la Fura de no hacer un trabajo ecléctico y encerrado en sí mismo sino que se abre y encuentra apoyo en otros profesionales para engrandecer nuestros proyectos. 

3. ¿En ese sentido, hay peligro de que la Fura se disuelva?
Cualquier grupo se rompe cuando en su interior hay unas inquietudes personales que no se pudieran cumplir, pero si hay un respeto todo funciona bien. De ese modo, cada uno puede aportar cosas nuevas de sus proyectos personales cuando se vuelve a hacer un espectáculo Fura en colectivo. Lo que es evidente es que un creativo no puede tener un sólo soporte en el que reproducir su expresión artística, es como si Picasso sólo hubiese podido hacer pintura y se le hubiese negado trabajar escultura. Lo cierto es que la Fura sigue una metodología y nuestro proceso de inspiración surge a partir de visualizar muchas imágenes y, antes de parir la estructura dramática o los contenidos, empezamos a concebir un concepto escenográfico, aunque con una pequeña base de contenido.

4 . El próximo mes de agosto estrenáis una opera La Condenación del Fausto, de Berlioz. Al mismo tiempo estáis preparando otra opera sobre El Quijote que se estrenará en el año 2000 en Barcelona. ¿Qué nos puedes anticipar de ambas?
Lo que vamos a meter en estas operas es nuestro ADN, nuestra forma de ver las cosas, vamos a crear unas operas con un lenguaje muy particular. La opera es un mundo muy conservador y por tanto es más fácil romper con él desde nuestro lenguaje. Para el 2000 se estrena en Barcelona Un Quijote futurista. La idea surge después de hacer el Fausto ya que encontramos paralelismos entre ambas figuras. Brevemente, y sin adelantar demasiado su trama diré que la obra se dispone en tres actos. Empieza en una sala de subastas en Suiza donde se subasta un libro del Quijote y finalmente aparece allí Don Quijote. En el segundo acto un hombre rico de Hong Kong compra para sus hijas a Don Quijote y, como si de un monstruo se tratara, lo ponen a vivir en un jardín privado donde habitan otros monstruos. El último acto transcurre en una convención en Barcelona sobre Cervantes y el Quijote, en el año 2004, es decir la obra vuelve al pasado, donde este personaje aparece de nuevo allí. Como se puede observar es una historia bastante pasada de vueltas.

5. ¿Habéis pensado poner en escena obras de autores clásicos? 
Por ahora no, pero un clásico es para que lo hagas en plan museístico o para que lo destroces. Destrozar los clásicos positivamente está muy bien, lo destrozas porque lo llevas a tu terreno y haces una versión personal pero con un gran respeto. Fausto, por ejemplo es el clásico más contemporáneo y su contenido como el de cualquier clásico se puede trasladar a cualquier época. El problema es que cuando uno hace una cosa consciente para que guste o funcione deja de tener una cierta autenticidad.

6. ¿Creéis que los montajes de carácter textualista son anacrónicos a las puertas del siglo XXI?
No, lo que si es cierto es que todo el teatro de la imagen y demás va un poco de bajada. El artista de verdad se tiene que volver a comprometer y el texto es una forma muy clara de decir muchas cosas ya que la parte visual siempre es más de sugerir, da relieve, contenido, pero por ejemplo mediante el texto puedes insultar a alguien y eso está más claro que sugerirlo a través de cien dibujos. Todo es cíclico por tanto, todo lo que empezó en los años 60 culmina ahora, por lo que actualmente vivimos una etapa desconcertante. Quizás sea a principio de siglo donde se encuentren nuevas corrientes, ya que los principios de siglo siempre son generadores de nuevos estilos. En ese sentido, el artista o el creador debe de concienciarse más.

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