INVOCANDO A LAS MUSAS La elección de la fotografía como medio de expresión fue casual aunque no creo en la casualidad. Yo estaba inclinada hacia la pintura e incluso tenía intención de estudiar Bellas Artes. Por entonces entré en contacto con una Academia de Fotografía de Madrid (Pilotocentro) que estaba muy viva. Empecé a fotografiar y a revelar. Mis primeras fotos las publicaron en un libro y aquello para mí resultó alucinante. Casi llegué a creer que era fotógrafa, pero seguía viendo la fotografía como un apoyo, como una ayuda para la pintura que era mi objetivo: en este sentido todo lo que se relacionara con el arte me interesaba: música,danza. escultura,etc.... Por entonces, me fui del ámbito familiar y tuve que empezar a sobrevivir. Comencé a publicar trabajos en revistas; hacía las fotos en blanco y negro, pues no me gustaba como quedaba el colorido resultante de los revelados convencionales y las entregaba pintadas, es decir, coloreadas con acuarelas líquidas. Pero yo diría que pintar era para mí una necesidad vital de expresión, por eso la foto no me bastaba y la pintaba. En mi proceso personal reconozco la influencia -de cuando era muy pequeña- de mis visitas al Museo del Prado, especialmente de los cuadros de pintores italianos como Boticelli, Fra Angelico, también de artistas como Velázquez, el Greco, Goya. Me impresionaban mucho sus obras y se me saltaban las lágrimas. De nuestro siglo me impresionaron autores como: Picasso, Dalí y Miró, me encantaba fundamentalmente como usaban el color. Para mí la pintura sobre todo es color. Si no se usa, es como si en música no se trabajaran las notas, por ejemplo. Ahora parece que en el arte actual hay como un miedo al color. Desde mi punto de vista, cuentan tanto la intuición como el esfuerzo. De hecho, mis trabajos me exigen muchísimo esfuerzo, también físico, ya que se trata de un proceso muy esforzado y laborioso, debido a la técnica que utilizo, pero el resultado es tan gratificante que lo compensa todo. A veces se producen momentos mágicos. Pero hay algo que me ata, las formas de la fotografía me atan y no me gusta, pues esas formas distraen. Me gusta mucho tener un papel en blanco y que las formas las vaya creando yo, entonces no puedo pensar en otra cosa, pero a veces pintando fotos hay distracción, es decir falta de atención y hay que buscar el riesgo, mejor dicho, tener todos los sentidos en lo que estás haciendo. Por eso, porque busco la atención, la mirada pura, porque aprendo del proceso, no puedo pintar dos veces la misma foto, nunca podría repetirla. Si pudiera hacerlo me aburriría. Así yo misma aprendo de lo que he hecho, me convierto en espectadora, pues no podría volver a reproducirlo exactamente. Este es el secreto: la atención. Al ser resbaladiza la superficie del material fotográfico, es costoso que se fijen los colores, y requiere mucho trabajo ya que utilizo acuarelas líquidas, que resbalan , con las que se puede conseguir unos efectos buenísimos, pero que exige mucho tiempo: insistir una y otra vez hasta lograr lo que se desea. Pero creo en el azar y en la intuición. Suelo partir de una idea premeditada, pero luego surgen aspectos que cobran más importancia : se trata de un proceso que se va transformando hay que dejar que las musas fluyan a través de ti, como si se tratara de un ritual para invocarlas; hay unas palabras de Picasso, con las que me identifico, que hablan de que la inspiración viene cuando se trabaja. En mi caso hay veces que la inspiración ha venido por necesidad. Si no, me asfixio y no puedo casi vivir. Pienso que la visión del mundo a través de la fotografía,
en parte, es subjetiva, ya que solamente se refleja en el rectángulo
fotografiado un trozo de la realidad, se excluye todo lo demás que
no sale en ese rectángulo: en ese sentido, es un arte subjetivo.
Pero también es más real, ya que lo que sale en la foto existe.
No interpreto la realidad: eso existe de verdad.
La luz es un elemento, diría que el más importante: un mismo paisaje puede ser horroroso o parecer un paraíso, todo depende de la luz. Pienso que la belleza surge en el momento en el que las musas la traen. Se produce un silencio en el que tú casi desapareces y eres como una antena que registra sus vibraciones. La belleza está también en la composición del color, en los encuadres y en la armonía. Ahí son muy importantes los inesperados pequeños detalles, u objetos que aparecen en la fotografía, la acción que la persona esté realizando en ese instante.... que no estaba preparada o pensada de antemano. La imagen se crea por si misma, yo solo soy su ayudante, su oficiante. Hay veces que la imagen resultante tiene vida propia y yo me siento como un espectador. Es como una semilla, una idea de la que yo aprendo. Aprendiz del arte sigo a su servicio. |
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