REVOLUCIONES INVISIBLES
Paseo por la arena bronceada
de una playa tardía rodeada de incertidumbre,
busco unirme a una rebelión a pleno sol
y la encuentro en los ojos amotinados de una mujer.
La molesto con una mirada insolente
Ella, ligada a un ordenador, me reta con su belleza
perspicaz, irónica, algo inquieta.
Desapercibida. No va armada, tampoco grita sentidas consignas
no lleva insignias grabadas en su piel,
se defiende con un perfume afrutado
una peligrosa memoria en su portátil y
una sonrisa despectiva que esconde
bajo un rostro de revolución.
Supe que en su silencio guardaba conspiración
a la vez que un deseo de atrapar a jóvenes
capaces de insultar por su frescura.
Sola y aburrida se olvidó de esperar,
a un amante traidor huido en París
buscando terciopelo azul.
Desafiante, se distrae por la red arrebatando
poder a agresores miserables
a través de su poderosa máquina cosmopolita
ganando batallas con besos malditos.
Hablo con el ángel exterminador
un encanto prisionera de junio.
Con arrogancia me dice que no existe, que borró su identidad.
Con vulnerabilidad susurra ¿quieres que te ayude a no existir?
no te dolerá, morirás a buen precio, vivirás furtivo,
no tendrás ni ayer ni mañana
¡Ayúdame a cambiar el mundo!
Juventud revolucionaria que se manifiesta sin ruido
con el planeta en sus dedos pegados a un teclado
Juega aislada, con independencia.
Sin autoridad ni prestigio
rompen esquemas a las viejas estructuras
Se manifiestan con miedo
te dicen te quiero, no elevan su voz
y te asesinan después
desde la sombra, sin poder,
sin nada más que tiempo.
Juventud que busca a mordiscos un destino mejor.