m o n o g r á f i c o e s c e n a

EL CINE DIGITAL

por Vicente Tamarit

El Cinematógrafo nace como invento a finales del siglo XIX. Desde su puro origen, se convierte en una atracción de feria, es decir, en espectáculo. Y en negocio. En un gran espectáculo y en un fabuloso negocio. Su repercusión en la sociedad mundial va mas allá de lo económico (que es mucho) y ha contribuido, sobre todo por medio de su hijastra, la televisión, a que un país, Estados Unidos, haya extendido su influencia cultural por los cinco continentes con una rapidez y eficacia inéditas en la historia de la Humanidad. Es muy probable que sea considerado como el gran fenómeno aculturizador del siglo XX. Y ahora, con el cambio de milenio, el desarrollo de la tecnología informática nos proporciona nuevos instrumentos para trabajar la imagen y el sonido: las aplicaciones Multimedia y el Cine Digital.

¿Qué es el Cine Digital?
Pues no conozco una definición concreta, quizá porque el asunto anda todavía un poco en pañales. En principio, se trata de rodar en un soporte  digital cuya calidad sea tan buena (o casi) como la emulsión fotográfica. En formato de cinta o disco e integrado en un entorno informático tenemos una perspectiva totalmente nueva para abordar la producción audiovisual. En el entorno profesional hay una gran expectación por los aspectos creativos que abren estas tecnologías aplicadas a la imagen. El vídeo digital kinescopado a negativo de celuloide da unos excelentes resultados y favorece el desarrollo de la producción independiente.
 

Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como u faro.

Recientemente, he tenido la oportunidad de seguir muy de cerca la realización de dos proyectos cinematográficos hechos en Valencia con estos sistemas. Se trata de dos largometrajes rodados en soporte Betacam Digital. Uno de ficción, "LA TARARA DEL CHAPAO" de Enrique Navarro. El otro, un documental, "LAS CENIZAS DEL VOLCAN" de Pedro Rosado.
Ambas películas me parecen sumamente interesantes tanto por sus resultados técnicos como creativos. Creo que aportan con vigor y frescura una innovadora forma de hacer cine en el panorama de la industria española. Me abstengo de emitir una opinión crítica pues mi amistad con los respectivos directores y productores y mi propia participación en el montaje de "LAS CENIZAS..." creo que condicionan un juicio independiente y desapasionado. Pero sí quiero detenerme en apreciar los excelentes resultados técnicos.

La técnica del kinescopado ya hace algún tiempo que se realiza. El vídeo analógico transferido a cine había dado hasta ahora unos pobres resultados de calidad, tenia unas carencias que sustraían de algún modo ese encanto mágico del soporte celuloide proyectado en una sala de cine. Sin embargo,  la compatibilidad del pixel con la emulsión fotográfica ya es otro cantar. Y estoy ciertamente sorprendido.

Cuando asistí en los cines Babel a la proyección de la primera copia cinematográfica de LAS CENIZAS DEL VOLCAN me quedé maravillado. Las imágenes que había visto machaconamente decenas de veces en el monitor durante el proceso de montaje, ¡me resultaban novedosas!. Tenían matices de color, contraste, viveza..., seducían mis sentidos, habían adquirido esa magia cinematográfica con una eficacia mucho mayor de lo que me esperaba. Y se trataba de la primera copia, o sea, que el rendimiento fotográfico aun se puede mejorar más.

¿Quién dijo cine versus vídeo?
La incorporación del vídeo en formato doméstico como herramienta auxiliar en los rodajes de cine se ha hecho muy común en los últimos años. El visionado en el monitor ayuda al director a decidir respecto a las tomas válidas y, por tanto, a ajustar con precisión los metros que se deben positivar en el laboratorio. Además de facilitar la operatividad, ayuda a reducir el coste del revelado de negativo.

El rodaje de un film íntegramente en vídeo digital reúne esas ventajas operativas y además puede llegar a suponer una mayor reducción de la factura de laboratorio y una drástica rebaja en el coste del material virgen. En este apartado la cinta tiene todos los puntos a su favor pues la relación precio/minuto respecto al negativo es imbatible. La cámara digital ofrece también la versatilidad (sin cambiar la óptica) del formato panorámico (16/9) o el estándar de televisión (4/3). Además, son silenciosas,  ligeras y pueden registrar un sonido sincrónico de máxima calidad. Estas prestaciones pueden añadir nuevos recortes al presupuesto en el apartado de equipamiento pero, sobre todo, contribuyen a cortar definitivamente con la diaria dependencia umbilical con el laboratorio durante el rodaje. Ahí radica la enorme eficacia operativa del Betacam digital y sus posibles ahorros.

El laboratorio ya no es un servicio imprescindible del rodaje y tan sólo es necesario en la fase final de postproducción. Pero, atención, el coste del proceso de kinescopado es todavía muy elevado y se "come" lo que no te has gastado en película y positivado de copión. No obstante, gracias a los avances tecnológicos este servicio será mucho más asequible en un futuro inmediato.

La incorporación de la informática a la postproducción también supone una importantísima mejora operativa y un abaratamiento formidable del tiempo disponible para el montaje. De hecho, las moviolas ya hace tiempo que van quedando obsoletas y son sustituidas por eficaces ordenadores.  Seguramente habrá lectores que han observado en las listas de títulos de créditos la frecuente aparición de "montaje off-line" (off-line edition) y "montaje on-line" (on-line edition) y, quizá, no acierten a tener muy claro la distinción que indican. En realidad es tan sencillo como definirlos "montaje previo" y "montaje definitivo"  respectivamente. Consiste, básicamente en "volcar" (también: transferir o capturar) a disco duro el audiovisual pertinente. Podemos almacenar la información de las secuencias en un nivel de calidad adecuado al trabajo que se vaya a realizar. A más calidad, mayor necesidad de datos y por tanto requiere mas capacidad de disco. Por ello, el montaje previo (off-line) suele realizarse almacenando la imagen en una resolución equivalente a la del vídeo doméstico, lo cual permite que con un moderno programa de edición y un Apple o un PC de ultima generación, podamos realizar ese montaje previo en casa. Este montaje previo genera unos números de orden de planos y efectos denominado Listado Digital de Edición (EDL, su acróstico en ingles) con el que trabajaremos como referencia para elaborar el montaje definitivo en la calidad óptima. De este modo, se abrevian sustancialmente el numero de jornadas necesarias en el estudio de postproducción final.

El cineasta independiente, con estos procesos de rodaje y postproducción, puede intentar acometer proyectos que antes resultaban prohibitivos por los medios técnicos y los recursos económicos que requerían. Puede concentrar el número de proveedores y servicios, graduar el nivel de la inversión y ajustar la relación coste/calidad del producto de un modo mas equilibrado. La tecnología digital proporciona unas herramientas cinematográficas sumamente versátiles que plantean una nueva forma de "hacer cine". El registro y tratamiento de la imagen,  el sonido y - parece ser ya muy viable -  también el olor por medios cibernéticos abre un vastísimo panorama de actuación creativa en un futuro muy inmediato.
La posibilidad de hacer con un ordenador doméstico un film totalmente virtual (cámara, escenarios, actores ...) está a la vuelta de la esquina. Actualmente, los músicos, con una moderada inversión (tan asequible como comprarse un automóvil),  ya disponen de una tecnología  Audio-Digital que les permite crear una obra totalmente en solitario: componer, interpretar cualquier instrumento, grabar, realizar  mezclas ... ; Si consideramos el término cineasta (film-maker) estrictamente como "hacedor de cine", es muy probable que muy pronto nos encontremos con narradores audiovisuales cuya suficiencia y capacidad de recursos para la creación y producción sea realmente sorprendente. Esa es una de las puertas que abre el Cine Digital.

La cuestión de la exhibición
Ahora bien, ¿Habrá mercado para esos productos? ¿Se podrán insertar en los sistemas de distribución y exhibición actuales? ¿Surgirán nuevos sistemas de difusión mas abiertos y libres de posiciones dominantes? No lo sé, es posible que Internet acabe desempeñando algún papel más importante que ser una simple ventana de lo experimental o lo "ciberunderground". De momento, si convenimos en que no es lo mismo ver una película en una sala de cine que verla en la tele, es decir, asistir  como público a un espectáculo (experiencia colectiva) o calzarse las pantuflas ante el monitor (experiencia un tanto "solateras"...), me temo que el cine de culturas minoritarias o de producción independiente  - por muy digital que sea -, continuará teniendo unas trabas enormes para ocupar un nicho de mercado en los circuitos convencionales de exhibición. La industria audiovisual es uno de los más importantes recursos económicos de EE.UU. ; la posición dominante de las empresas americanas de producción y distribución impiden que sea verdaderamente libre el mercado de la difusión cinematográfica y televisiva. Esta prepotencia ha contribuido significativamente a la asfixia del cine europeo. Creo que para revitalizar su industria audiovisual, Europa necesita la respiración asistida, esto es, el proteccionismo. La excepción cultural defendida por Francia en el marco de liberalización de los mercados tiene mucho sentido. Es necesaria la intervención política para dotar de oxígeno y vigor al sector industrial. Si no es así, es muy difícil que el talento y la creatividad audiovisual europea (e independiente) emerja y prospere. Con o sin Cine Digital.
 

Para mi corazón basta mi pecho, para tu libertad bastan mis alas
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