m o n o g r á f i c o |
Cuando todo me cautiva ignoro
si alguna cosa me seduce |
Así que comencé a escribir sobre ellos.
Curiosamente había oído hablar de una cámara extraordinaria
de Canon que grababa en digital y cuyo coste era muy pequeño, ridículo
comparado a las "betacanes" -cámaras de vídeo profesionales-.
Acudí a la tienda del rastro madrileño donde me he hecho
con pequeños equipos de edición y montaje y les propuse un
canje: mi pequeño estudio de edición por la cámara.
Hecho. El guión sobre el documental iba marchando.
Le comenté a William McGrath mis proyectos y me dijo que contase
con él. William es el profesional que más sabe de multimedia
probablemente de este país y con él había trabajado
en un estudio de comunicación durante un tiempo (Syntax, Equipo
de Comunicación Interactiva). Me echó una mano con el guión
y al enterarse de la cámara que había conseguido me dijo
que “la película” la montaríamos en un ordenador personal
Macintosh. A mí me pareció bien pero tenía mis dudas.
Por mi cabeza pasaban todos los problemas que da el vídeo en
los ordenadores -yo mismo los sufrí cuando trabajé con William
montando vídeos por ordenador y para cd-roms- ... pero mi confianza
en William era total.
Después de un trabajo exhaustivo y acelerado -el verano se acercaba- dimos por concluido el guión, me fuí a New York y contacté con varios de los actores que deseaba para trabajar en la película. Allí mismo intenté conseguir mecenas para la película. Al tratarse sobre todo de actores el proyecto por sí mismo se transfiguraba poco a poco de documental en película. Todos aquellos con los que contacté adoraron la idea y el proyecto: actores y artistas que viven, han vivido o han intentado vivir en NY, y que bajo la máscara de un personaje inventado sinceran muchos de sus sentires y experiencias. El último objetivo era “jugar”: to play en inglés que coincide con “interpretar” también en ese idioma. Perfecto.
Perfecto pero nadie me daba un duro. Algunos prometieron su intercesión desde su privilegiado puesto al mando de grandes instituciones, o empresas. Pero nada. En España, a la vuelta, lo mismo. Iba y venía a cien por hora por la ciudad de Madrid a lomos de mi motocicleta, entrevistas para allá o para acá tratando de conseguir el dinero -poco, muy pocos millones, por supuesto todo el mundo cobrando- para desarrollar la película sobre esos seres que podríamos ser cualquiera de nosotros.
¿Quién no ha soñado con vivir en New York? La película trataba sobre un sueño hecho realidad y sus consecuencias. Promesas, palmadas en la espalda, felicitaciones, pero Julio llegando y los actores desde New York preguntando si las fechas de rodaje que les habíamos dado eran las correctas: porque en Agosto todo el mundo se mueve, trabajos, vacaciones, viajes inesperados, vueltas a España... Al fin la mano benefactora de unos empresarios aragoneses consiguieron que volásemos a NY para rodar un film totalmente inesperado - solo tres días antes de que nuestro avión saliera para allá-. Y NY, ... a partir de allí os podéis imaginar: la magia de una ciudad irreal, las miles de horas de rodaje, un horno viviente llamado asfalto o focos de iluminación en los interiores abrasadores con el aire acondicionado quitado para evitar su ruido en nuestras grabaciones,...
Una aventura para todos. Unos pequeños españoles desarrollando una película en el país del cine es lo suficientemente estimulante como para embarcarse a ciegas. Así lo entendieron todos. españoles, norteamericanos, colombianos, mejicanos, brasileños y japoneses que trabajaron juntos en una experiencia única. Dormir, dormíamos poco, la verdad, pero el cosquilleo de estar rodando una película original, con un gran sentido del humor y unas interpretaciones extraordinarias, te compensaban. Un gran material de imagen y sonido en nuestras manos.
Treinta horas de vídeo y más de veinte de sonido se iban
apilando para pasar a la antesala del matadero: la edición/el montaje.
Cuando has partido de un guión solvente y potente. Has rodado
con un gran equipo humano y técnico. Has conseguido que los actores
afinen sus personajes y has planteado la escena en varios de los escenarios
urbanos más sugerentes del planeta: “lo tienes”. Es entonces que,
bajo la ayuda interminable del equipo de producción con Manuel Santa
Cruz y Carmen Gullón a la cabeza, William y yo nos encerramos durante
más de cuatro meses en su estudio, mañana tarde y noches,
para reflexionar la historia y encontrar ese difícil punto que se
llama: “Redondo”, la historia contada sin rechineos, sin estridencias,
sin excesivos altibajos, la historia redonda y ... así quedó
Lost. Una película original que huye de los tópicos y busca
su propia expresión. Espero que os interese que os llegue desde
cualquiera de sus distintos prismas, porque no olvidéis a Lu Sin
y su frase “el objetivo supremo del viajero es ignorar donde va”.
Entrevista por Norberto M. Ibáñez
¿Piensas que es la mayor oportunidad en la historia del cine para poder comenzar a descentralizar tanto poder acumulado en la industria cinematográfica norteamericana? ¿Es probable que la gran industria tenga que adaptarse a los tiempos y "democratizarse" o por contra con las nuevas armas tecnológicas podréis poco a poco derribar sus murallas?
Es una oportunidad indudable para que los artistas y comunicadores puedan
abordar proyectos con más facilidad debido a que bajarán
mucho los precios. Pero, por otro lado, ten en cuenta que los proyectos
de cine necesitan un cine para poder enseñar y verse, y eso de momento
no cambia. El cine es un mundo reducido, a pesar de las apariencias, con
muchísima competencia, muy desequilibrada, con valores seguros,
compañías y empresas que copan parte del mercado con "sus
productos", sean estos de la calidad e interés que sean. Por otro
lado el cine español está en inferioridad de condiciones
en nuestro propio país con el de fuera de nuestras fronteras y no
nos olvidemos que lo importante para vender una película es poder
comunicarla a las personas.
Eso supone mucho dinero y contactos con los medios -promoción-
y ese mundo es también complejo y tiene poco que ver con el mundo
concreto de hacer una película más o menos barata, mejor
o peor en su acabado... No sé si me explico. Las murallas no están
tanto en lo que cuesta un proyecto como en si puedes entregarlo al público
o no. Y esa dificultad no sé si cuadra mucho con un comportamiento
más democrático del cine...
Si la película que habéis realizado la hubiéseis producido al modo clásico y convencional ¿cuánto dinero, en tanto por ciento, os hubiese supuesto de más. Es decir cuanto os habéis ahorrado en llevar a cabo el proyecto de modo digital? Puede ser una pregunta indiscreta pero ese pragmatismo es lo que puede impulsar a un joven creador a lanzarse a la calle y proponer una historia tan válida como la que propone cualquier cineasta de prestigio.
Sabes lo que sucede: que los conceptos son distintos desde el. En cine
se trabaja 3 a 1, ó 5 a 1 y poco más. ¿Qué
significa esto? Que el material de cine, el celuloide de 35 ó 16
mm, es muy caro. Pero además el revelado de ese material es prohibitivo
(solo piensa lo caro que es revelar un rollo de fotografías en un
laboratorio bueno que traten el material con esmero y le saquen a las imágenes
los matices que perseguiste cuando disparaste tu cámara) ... y por
lo tanto de la toma que se rueda -la película se divide en secuencias
y cada una de estas tiene varios planos que se consiguen con una o varias
tomas para contar la acción y la historia-.
Las tomas las componen material en metros que significan -corridos-
segundos, minutos. Pues si trabajas 5 a 1,significa que tu presupuesto
te permite, por término medio rodar cinco tomas buenas distintas
para tu elección final en el montaje. Es decir, poder positivar
-en el revelado- cinco posibilidades que ahondarán en beneficio
de poder matizar en el resultado final: en una está mejor la interpretación
del actor, en otra la luz era la idónea, en otra hubo una atmósfera
en conjunto que te viene muy bien para aportar a la secuencia tal elemento
o tal otro... en definitiva, más herramientas para acabar bien tu
historia, y en el montaje no tienes más que lo que tienes...
¿Qué pasa? Que nosotros en vídeo digital hemos rodado,
casi 20 a 1... eso no significa que hiciéramos veinte tomas de cada
plano, pero sí que podíamos contar con mucho margen para
trabajar sin presiones y como pacientes cazadores esperar con la escopeta
a punto hasta conseguir nuestra ave. (Ej: un actor tarda en concentrarse
desde que arranca la cámara, nosotros no cortamos y aunque corra
el material de vídeo podemos permitir que aquel tenga tiempo para
alcanzar el momento deseado; o bien estamos rodando en la calle y los paseantes,
el ruido los agentes externos nos dificultan a la hora de conseguir lo
que queremos: pues hacemos de cazadores y nos aliamos con el santo
Job. Las cintas de vídeo digital no cuestan a penas dinero y además
no hay que revelar el material.
No sé si he sido muy pesado tratando de explicar con imágenes y ejemplos ésto pero ... luego está la luz. El tratamiento es distinto y mi experiencia me dice que se gasta mucho más tiempo en iluminar un set, un escenario natural o no, para una cámara de cine que para vídeo. Y tiempo en esta profesión es dinero: sesiones de actores que suelen cobrar por día, de técnicos, dietas, alquiler de lugares .... Luego hay un gasto añadido que hace que tu presupuesto de rodar en vídeo suba algunos millones. La película final para pasarla por un cine hay que tenerla en celuloide porque los proyectores de los cines solo están autorizados a trabajar con ese material. Así que hay que realizar el “transfer” en una empresa especializada que convierte cada fotograma de la cinta de video (un segundo en vídeo tiene 25 fotogramas) en un fotograma de celuloide, cine (un segundo en cine tiene 24 fotogramas). Y ésto es un coste que hoy día mientras no hayan cines digitales no se puede evitar.
Todo suena muy bien pero ¿hay alguna carencia con respecto al nivel de calidad de las producciones clásicas o es equiparable al 100%?
Mira, las estéticas de la imagen son distintas. Es una cuestión
que se refiere a la plástica a los tonos de los colores, a como
se interpreta la luz. Son distintas. El único ejemplo explicativo
que se me ocurre es un cuadro pintado con colores plásticos al lado
de otro al óleo. ¿Cuál es la diferencia? Son materiales
de composición distinta que crean una impresión en el ojo
avisado diferente.
Otro tema es el concepto definición de imagen, que tiene que
ver con nitidez, claridad, profundidad de luces y colores, cantidad de
tonos. El cine tiene más, bastante más definición
que el vídeo digital standar.
Solo el vídeo "de alta definición" que se graba con diferentes
equipos es equiparable al cine en ese apartado.
La pregunta sería ¿Es necesario rodar o grabar siempre
con la mayor definición y calidad?... mi respuesta es otra pregunta:
¿Todas las historias exigen el color o algunas se deben grabar,
rodar en blanco y negro? ¿Es básico contar con "estrellas"
de cine o se debe emplear otro tipo de actores para determinados protagonistas?
Y por último, la historia como un cuadro, una novela exige siempre
un formato o te pide que adaptes unas determinadas herramientas en pos
de la estética y la ética o el concepto de lo contado en
sí? ... Qué cada cual saque sus conclusiones. Lo que
sí está claro es que lo mejor en materiales, es siempre lo
más caro y también las circunstancias económicas de
cada proyecto no son siempre las mejores.
Por tanto, es posible hacer cine equiparable al de Hollywood con una cámara digital, un ordenador Macintosh y mucho talento. Cuánto supone eso en pesetas (quitando el talento claro)?
Claro que es posible. Pero la pregunta no se si esta correctamente formulada.
¿Porqué hacer cine como el de Hollywood? Para eso está
Hollywood. Muy pobre me parecería hacer lo que otros hacen solo
porque cuesta menos dinero. Se puede, claro. Con un buen productor, un
distribuidor y el dinero suficiente para traerte a las estrellas que venden...
Pero, sabes, el problema de Hollywood no es el tipo de material que
utilizan para rodar sino el sistema en sí: el entramado guión
comercial, estrella de moda, aditivos morbosos o simpáticos para
el público y toda la cadena de comunicación -bestial-, toda
la promoción para crear el deseo de ver esa historia comercial como
si algo para el público importantísimo ¡No te la pierdas!...
luego, estamos hablando de cosas distintas, me parece a mí. No hay
que llevarse a engaño.
Sobre todo si tienes talento, capacidad de trabajo, y algo interesante
que contar. Otra cosa es querer hacerse rico, famoso e imprescindible para
el mundo. Esto último tiene más que ver, desde mi punto
de vista, con el sistema Hollywood.
Cada uno tiene que tratar de averiguar quién es y qué
desea ser y hacer. Ideas claras.
Se qué tu corazón, que rebosa
viejos amores sin raíz abriga bajo se pecho el orgullo del condenado |
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