a r t e s     p l á s t i c a s 
Javier Calvo
El arte efímero

La investigación de las actitudes dominantes en la sociedad lleva a un análisis de las influencias que la moda puede ejercer sobre la creatividad. Indudablemente en el arte nos dejamos arrastrar por tendencias. No hay más que observar que es lo que está pasando con la Feria de Arte ARCO que ha experimentado una importante evolución en los últimos años. Se ha producido un fuerte cambio en lo que se entiende por arte, y sobre todo, en la forma de expresarlo, Hay un "arte- instalación" que presenta complejos montajes, un arte efímero que construye obras destinadas a destruirse, por ejemplo hechas con hielo que se deshace o papel que se quema; tenemos también el arte conceptual en el que el "concepto" es lo que se busca por encima de todo, el arte como proceso de comunicación, es decir, un proyecto que concluye en el receptor...y muchas más tendencias que, a veces conviven juntas y en ocasiones se suplantan: en este sentido son moda que pasa.

Si analizamos la historia del arte nos encontramos con el dato de que en todas las épocas, los creadores han reflejado en sus obras los testimonios de su tiempo, se han ido a mirar en el espejo de las costumbres de sus contemporáneos, de sus atuendos...Si no, habría un anacronismo, y los artistas han de ser vivos testigos de su momento. pero en general, me parece que la moda ha influido menos en el arte que al revés. Esta se ha alimentado más de todos los conocimientos que han confluido en la creatividad: estudios históricos o geográficos, teorías acerca del cromatismo, etc.

Hoy, tanto en la creación artística como en la moda, hay una asimilación más inmediata por parte de la sociedad debido principalmente al avance de la tecnología. Por ejemplo, a través de Internet, podemos acceder a exposiciones o a pasarelas de cualquier parte del mundo que están teniendo lugar en ese momento.
Disfrutamos de una mayor facilidad y accesibilidad para conocer; en este sentido podríamos decir que el factor sorpresa referido a la información de una actividad ha desaparecido, pero no al hecho en sí de la creatividad que siempre producirá un impacto en el hombre.

En el arte tiene que haber algo de misterio. El hecho de no entender algo al contemplarlo ya es en sí una provocación. El proceso es una obra abierta que se perfecciona por diferentes bandas: es el receptor quien la completa. Podemos compararlo con un oleaje que crece y avanza en la arena, en la medida en que ésta lo acoge.
La moda es sorprender. Pero cada vez nos sorprende menos, ya que su noticia se ha vuelto algo muy cotidiana, cercana y puntual por los medios de comunicación. El arte también tiene que sorprender. Aquí hay una mutua influencia. Hoy nos encontramos con el fenómeno de que se está volviendo al figurativismo, los grandes premios se suelen otorgar a artistas realistas. El abstracto está en cierto declive, especialmente desde el punto de vista comercial: se vende poco. Esta es una tendencia de moda: el figurativismo. Pienso que es un reflejo de la crisis de la sociedad: como se vive con inquietud, se busca en el arte la serenidad y el equilibrio que le faltan.

Por otra parte, la moda nace en la calle, los que suben a las pasarelas son las tribus urbanas, son los colectivos sociales los que construyen la moda, ya que sugieren y motivan al diseñador. La ciudad accede a las grandes colecciones con su modo de vestir y comportarse. Hay vestidos de algunos modistos que están extraídos claramente de imágenes de un día corriente de un barrio marginal. También el arte se nutre de la sociedad, que le está marcando constantemente con sus costumbres, su modo de presentarse o su lenguaje. Nos encontramos con la gran influencia de la cibernética, de los ordenadores, de la fotografía (Andy Warhol); en todo momento le han arañado las cuestiones sociales como se recoge, por ejemplo, en la pintura del Equipo Crónica o los grandes temas sociológicos que, entre otros, ha reflejado Genovés. Pienso, en este sentido, que el artista no debe aislarse, sino que ha de ser, de algún modo, un cronista de lo que acontece, un testigo de su realidad. Desde este prisma, se puede afirmar también que la moda, entendida en su sentido más amplio, influye y configura el arte. Aunque también éste ha de ser un revulsivo, ha de transgredir su tiempo. Si no, nos encontramos con un "arte blando" que se refleja en esos "cromos", expresión de algo anclado en el pasado, lo que podríamos llamar "cultura de la apariencia".

Abstracción, figurativismo: lo importante en moda y arte es ser uno mismo. De hecho es así. Es cierto que en todo creador hay un proceso evolutivo, pero a la hora de la verdad siempre estamos pintando el mismo cuadro, siempre estamos escribiendo el mismo libro: siempre decimos lo mismo, porque somos nosotros mismos, tenemos nuestro estilo que se refleja en lo que hacemos. Las tendencias nos influyen, pero me parece un concepto fundamental aquel que afirma que "la moda pasa, el estilo permanece": esto es lo esencial. Hay que trabajar con estilo propio y ésto no se adquiere. Se aprenden las técnicas, pero no el estilo. Si falta la emoción, aunque se posea una buena técnica, no se dice nada, no hay mensaje. Una película puede ofrecer una fotografía bellísima, pero si falta la comunicación de nuestro interior, es como si a un hombre le quitáramos el esqueleto: se vendría abajo.

Por eso, yo creo fundamentalmente en el trabajo, en la constancia, aun con el riesgo de los inevitables errores. Siempre he huido de la musa. En este sentido suscribo lo que decía Picasso: "Que la musa me encuentre trabajando".
 

El enorme vacío dibujado por recuerdos insistentes, todo está aquí como cenizas de un gran fuego
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