a r t e s     p l á s t i c a s
Carmen Calvo

NUVAS FORMAS PARA EL ARTE

por Armando Pilato

En una época de miedos y dudas, de falsas seguridades, que los macroestados nos aseguran a base de cruzar a velocidad televisiva viejas y grandes puertas, Carmen Calvo ofrece su mundo interior de una manera descarnada y valiente. Y la forma de conectar es escarbando en su obsesiva memoria, también en la nuestra, en esa insoportable ligereza del ser que encuentra en un desván dormido, en unos añejos encerados y unas pizarras, algo nunca olvidado. Esa sensación de feliz soledad que se siente en la contemplación de su obra nos descubre raíces perdidas, conexiones largo tiempo ignoradas, relaciones quebradas por el alejamiento o la muerte. Esta idea de huella impresa en un tránsito hacia no se sabe donde se plasma de manera poética en estas naturalezas muertas o silentes, con unos ligeros toques de vis trágica y de vis cómica. Los objetos se apartan y se acumulan sobre las superficies, en el espacio, dialogando con sus límites, entre estos, y fundamentalmente con el espectador. Así el Objet Trouvé manipulado, consciente y trabajosamente elaborado, alcanza una dimensión humana, pero de humanidad cercana, sabida y urbanizada. Esta cultura humanista conecta el arte con lo cotidiano; la arqueología, las tradiciones, la agricultura, la ecología, el urbanismo, lo existente a nuestro alrededor. También arriba y abajo de nosotros hay cosas, vidas, reliquias de éstas, que adquieren sin la antigua relación una entidad propia, independiente, confusa o certera en su nuevo significado, o el adjudicado por el actual poseedor o contemplador. En las pinturas de Carmen Calvo, que no son esculturas, las piezas sobresalen escapando de una frontera impuesta por la lógica. Los colores, las texturas, vienen dadas por los objetos tratados por la artista, por la pintora.

La artista pertenece a una generación de plásticos reconocidos que tuvieron que formarse en una etapa de grandes dramas históricos y artísticos. La caída de dogmas en arte, y en todo lo demás, creó tal confusión de tendencias, de clubes secretos, que un artista tenía que etiquetarse antes siquiera de empezar a hacer obra. Tras el Pop ideológico valenciano, el abstracto español y otros segmentos, surgieron personalidades propias, que tras un tozudo convencimiento y severa sinceridad han cuajado en lo que podríamos llamar el espíritu de una época porque son clásicos. En Carmen Calvo la poesía llega a través de las formas, su afán clasificador comienza en sus obras de líneas figurativas, en sus homenajes a pintores célebres unas lineas contienen un poema, sin letras, sin tipografía, junto a un paisaje en telegrama.

Le preguntamos sobre su inspiración, de donde surge y nos dice que está en lo cotidiano. Abre un periódico, ve un telediario, pasea por la calle, capta las imágenes y es eso lo que intenta transmitir. Sus obras son ventanas abiertas a la vida, al día a día. 
La reubicación de colores y texturas interesa a la autora, como ella misma nos dice, para luego seleccionar, derivar, cambiando así los tonos a través de los objetos. La importancia de la cerámica, después del cristal roto, y de los desechos se suceden en armonía respetando el relevo, sin estridencias. Del Surrealismo a la figuración, al Dadá , el Trouvé, el Art Povera, al Conceptual y al Objetual, podríamos buscar, o mejor encontrar, lecturas diversas imparciales o no. Pero no es esto en fin lo verdaderamente importante, lo esencial en la trayectoria de la artista es su fuerza creadora, su convencimiento en lo que hace, saber en suma que aunque no fuera la Carmen Calvo reconocida seguiría trabajando a su manera.
 

Si volvieran los tiempos
de su hora pasada

En sus obras a menudo aparecen, a modo de exvotos, objetos que un día tuvieron el brillo de lo nuevo y que ahora, reutilizados por la artista, se reflejan en un espejismo de espejos donde los fragmentos, los materiales, crean un nuevo orden surgido de un proceso de aparente confusión y aglomeración. Entre los numerosos artículos, investidos de faltas, ausencias, olvidos y errores, destacan los zapatos, los ojos, las jaulas, los cuchillos, los animales disecados y las matas de pelo. La sensación del conjunto es de multiplicación, de cierto vértigo, también dominan las ganas, anuladas por el servicio de vigilancia, de hurgar entre los papeles de las cajas, de rebuscar, investigar y descubrir. Otras ideas presentes en la memoria son las de ahogo, sobre todo por el pelo, y las de polaridad sucio-limpio, caducidad, tránsito, el sexo y la muerte. Nos confiesa que lo que más le interesa y lo que más le ha marcado en su trayectoria artística es el mundo del objeto en sí, y dentro de esta tendencia, destaca André Bretón poeta surrealista, y también a artistas de la talla de Braque y Duchamp y, en general, los autores de principios de siglo.

En la actualidad se declara admiradora de, entre otros, Joan Brossa, al que considera un poeta y con el que realizó en enero del 98 un exposición conjunta en el San Pío V. Cuando hemos visitado la capilla de un santuario de algún pueblo cercano, hemos descubierto a través de una reja objetos muy parecidos, vestidos de novia, matas de pelo, botas de soldado, prendas queridas, fotos, cartas, bastones y muletas, y cientos de papeles de peticiones para la intercesión divina. Los exvotos de cera todavía se venden en el centro de Valencia, y hay corazones, piernas, niños y pulmones, rodeados de cintas de colores. La sala de exvotos es tétrica, cercana, risueña, cruel, tonta y divertida según el objeto en el que centremos nuestra atención, pero el conjunto es conexo, bañado por la misma pátina.Sin embargo el espacio en sus obras es acogedor, familiar, consecuente con la realidad. Al preguntarle sobre ésto nos habla de su tendencia a intervenir en el espacio, tanto de su obra como del lugar en el que se vaya a exponer. Nos cuenta cómo días de que se realice la exposición estudia el enclave adecuado para cada una de sus obras. Acostumbra a innovar en cada una de sus exposiciones. De esta manera, jugando con el espacio, diluye la posible sensación de melancolía lúgubre que podrían producirnos algunos de los objetos de sus obras.

Los cuadros forman grupos que se articulan en una mirada zigzagueante, aserrada, la variación de posiciones es estudiada por la artista de tal modo que una traslación de los mismos no altera el significado de la obra. Las alusiones a las extremidades del cuerpo humano son constantes, guantes, piernas, botas, y también lo son las referentes a la cabeza, cabellos sueltos o trenzados, careta. Un sonido roto producido por un viejo tambor rasgado trae al silencio ecos de guerras y muertes representados por las armas. La elocuencia de los objetos, su carga ideológica, de biografías perdidas, muestra de forma brutal el drama y la fragilidad de la vida humana, el paso real por el mundo de las formas.

Carmen Calvo nos presenta sus ofrendas, muchas realizadas por ella como buen ceramista, las dispone en el habitáculo recreadas y nos las ofrece como dulce sueño y pesadilla., como obsesión e ideal, como vida y muerte.

En sus cuadros, naturalezas muertas, que asemejan misteriosas vanidades, la violencia se muestra más clara, dejando un rastro, una impronta de lo que hubo antes y evidenciando las carencias de lo superviviente. Sustentan un mundo de referencias al dolor, al viaje, a la ausencia y el terror de lo desconocido. Los ojos, la esfera de reloj, las maletas, las plantillas, las cuerdas, todos son objetos visibles, o piezas que los forman y los sustituyen. Las inscripciones y los dibujos de formas intercaladas en las composiciones dan un sentido más críptico e irónico que clarificador al mensaje propuesto por la artista. Con la estructura de un cuadro tradicional Carmen Calvo inventa una nueva pintura, la suya, fruto de años de experimentación, de duro trabajo, de intuición y esfuerzo. Los fondos de un negro mate representan para ella toda una imagen del siglo XVII, del estilo tenebrista, y destaca sobretodo a autores como Sánchez Coello y Cotanda.

La obra de Carmen Calvo nos habla de su mundo interior, de sus pensamientos, que no están tan lejanos del sentimiento universal e individual de la humanidad desde sus orígenes. La razón del creador comunica los anhelos del espectador, la mirada del otro, a través de una arqueología casera encontrada en una casa misteriosa. Y en este punto llegamos al misterio de la creación artística a la necesidad de plasmar, de narrar, cada cual con sus medios, esa fuerza interna que nos acompaña a través de nuestras biografías. La realidad se convierte en la invención de un estado propio de la mano de una artista en estado de gracia artística, esto es de Carmen Calvo.
 

- Aguilera Cerni, V. y otros. "Diccionario del Arte Moderno", Consorcio de Editores Valencianos, Valencia, 1986.
- Calvo Serraller, F. y otros. "Enciclopedia del Arte Español del Siglo XX. Artistas", Ed. Mondadori, Madrid, 1991.
- Catálogo Exposición Carmen Calvo. Palau dels Scala. Diputación de Valencia, Valencia, 1993.
- Catálogo Exposición Carmen Calvo. Galería Fandos, valencia, 1990.
- Olivares, Rosa. "Carmen Calvo", en el catálogo de la exposición Arte Español para el Fin de Siglo, Valencia, 1997.
- Ramírez, Pablo. "Carmen Calvo, una arqueología de la pintura,una pintura del recuerdo", Catálogo de la 1ª Bienal Martínez      Guerricabeitia, Universidad de Valencia, Valencia, 1990.
- V.V.A.A. "La col¹lecció de l'IVAM, adquisicions 1985-1992", Generalitat Valenciana, Valencia, 1992.
- V.V.A.A. "Un Siglo de Pintura Valenciana 1880-1980", IVAM, Generalitat Valenciana, Valencia, 1994.
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