“Desorientados, también sabemos que un paso va tras otro.
Y obsesionados, perseguimos afirmar las emociones que, de otro modo, no
pueden, o no pudieron ser liberadas a través de unas obras con todo
su poder comunicativo intacto, como terminadas de ejecutar”
A. Heras
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Marcar las tendencias que encaminen el inconmensurable Mundo del Arte
parece ser una constante dormida en los postreros días de nuestro
siglo XX. El final de una era y el principio de otra, en la cual la mixtura
de estilos, de tendencias y de formas aparece como elemento predominante
en todas las obras que se nos ofrecen.
La vanguardia del arte está, en estos momentos, precisamente
en saber combinar culturas y aprender de todos los estilos. Las obras han
pasado ha formar parte de un conglomerado de creatividad, civilización
y pasión, gracias al cual el arte se ha enriquecido y, quizás
de manera indirecta o no buscada, cada artista ha obtenido unas directrices
propias y en todo caso individualizadas.
Pese a esto hay países que, aún sin quererlo, trazan unos
cánones que serán asumidos por los demás territorios.
Queriendo conocer la opinión al respecto de uno de nuestros grandes
artistas, nos hemos dirigido a Artur Héras, ya que, gracias a sus
múltiples viajes, puede aproximarnos al tema.
Él no cree que en la actualidad haya una historia de división
de países. Opina que la pintura, el arte en general es un idioma
que todo el mundo habla y que, por lo tanto no conoce ni entiende de fronteras.
Es universal. Pese a ésto, nos dice, que incluso a la cabeza de
la vanguardia pictórica se encuentran “los mismos de siempre”, los
países más desarrollados, encabezados por Estados Unidos.
Estuvo viviendo allí y considera que este fenómeno es debido
a la gran cantidad de capital que circula por todo el Estado, cantidad
que también es, en parte, destinada al arte y al estudio de la aplicación
de las nuevas tecnologías al mismo.
Destaca el poder de la influencia mediática a la hora de realzar
a un determinado artista o a un determinado estilo. A este hecho se le
une el carácter cosmopolita y abierto de este territorio, ya que
en él se aglutina todo tipo de religiones y culturas, por lo que
no hay una división de naciones, sino un mestizaje cultural que
ha propiciado, según Héras, que en este momento se dé
más afinidad entre artistas americanos y de otros países,
que entre ellos mismos. Por todo esto opina que EEUU ha logrado erigirse
abanderado de las nuevas tendencias. Le gusta recordar al recientemente
desaparecido galerista Leo Castelli, a quien considera una importante figura
dentro del panorama de la pintura americana. Castelli apuntó por
una generación de jóvenes artistas americanos, mientras el
resto de América seguía mirando a Europa. Realizaban un tipo
de obra en la que se propiciaba un redescubrimiento del objeto, que quiso
interpretarse como la revelación del folklore de la civilización
contemporánea, nos estamos refiriendo al grupo de los llamados expresionistas
abstractos. Gracias a Castelli, artistas de la talla de Jackson Pollock,
Jasper Johns, Andy Warhol, e incluso Robert Rauschenberg, quien conseguiría
en 1.964 el premio de la Bienal de Venecia, empezaron en este movimiento
y alcanzaron fama mundial. Castelli apostó por ellos y consiguieron
triunfar, lo que confirma la teoría de Héras respecto a las
vanguardias, de las que opina que poseen como una especie de mimetismo,
ya que cuando uno las mira, el resto también lo hace.
Como conclusión a la relación de Castelli con los artistas,
Héras opina que igual que para el escritor es importante tener un
buen agente que le permita dar a conocer su obra a posibles compradores,
para el pintor es importante tener un buen galerista, a quien asemeja con
los tenderos.
Aproximándonos a Europa, considera que abanderando la vanguardia
artística se encuentra Alemania, ya que es en este país donde
más se aboga por un matrimonio entre el arte y las nuevas tecnologías,
gracias a que también se posee un gran capital destinado a ésto,
también como consecuencia de ser una potencia económica mundial.
Suiza ocuparía el segundo puesto en cuanto a país europeo
dentro de la escala de Héras, por motivos semejantes a lo que ocurre
en Alemania, lo que nos lleva a la conclusión de que es en los países
más desarrollados donde se marcan las tendencias, ya que gracias
al dinero se puede utilizar abundante tecnología, que abre nuevos
caminos a la creatividad. Como punto contrapuesto tenemos los países
subdesarrollados, en los que, por estar carentes de presupuesto, centran
su arte en la artesanía.
Ávidos de conocer más sobre las opiniones, siempre interesantes
de este artista, le preguntamos sobre su visión del “panorama artístico”
en estos momentos, del cual nos dice que lo que ahora prima es el objetivo,
la finalidad, no la auténtica creatividad y el arte en sí.
Considera que no se valora tanto el contenido como la mecánica que
mueve esa creatividad.
Los resortes que mueven el mercado artístico internacional están
obviamente impulsados por el dinero y en consecuencia por una serie de
cuestiones que no entienden de sensibilidad, expresión, ni cultura.
Opina que así como cuando él estudiaba lo que se les
enseñaba en la escuela de Bellas Artes no tenía nada que
ver con lo que él veía que se estaba haciendo realmente.
En la actualidad, en cambio, se enseña y se fomentan más
las tendencias predominantes. Considera que, generalmente, lo que impera
en los nuevos y jóvenes estudiantes de arte, es el hecho de hacerse
famosos, de darse a conocer, aún a costa de realizar copias de los
estilos más vendidos y más en alza, en detrimento de ideas
propias.
No enseñan a crear un estilo propio como consecuencia de una
lógica y progresiva entrega al trabajo.
Él se considera un acérrimo defensor de la “falta de
estilo”, por considerar que es ahí donde radica la verdadera esencia
de cada artista y porque buscar el estilo propio uniformiza y limita.
Además, considera igual de importante la humildad, pensar siempre
que aún hay mucho que aprender, ya que es la mejor forma de seguir
trabajando en el arte y perfeccionando y perfilando una trayectoria artística.
Su opinión con respecto al panorama artístico nacional
también se deduce de sus posteriores comentarios.
Héras se encuentra en un momento artístico en el que
valora la pintura de otras épocas y también la tradición
en general –no lo folklórico– de la que resalta la importancia de
su mantenimiento.
En torno a las iniciativas impulsadas institucionalmente con la finalidad
de alzar el mundo del arte; como concursos, ferias, etc., considera que,
a falta de propuestas mejores éstas pueden ser también válidas
y que pueden impulsar la carrera artística de algunos jóvenes
valores. Aunque éstas se realizan de un modo desproporcionado y
no atiende a la lógica necesidad de la realidad de cada población.
Además, el conformismo es el reducto de los desprovistos de “pasión”,
que mueve a los artistas.
De las ferias opina que sirven para rematar operaciones comerciales
que ya han tenido lugar en otro sitio. Piensa que, cuando determinada gente
apuesta por un artista, éste será el que vaya a la feria.
De ARCO, una de las ferias más conocidas dentro del panorama
artístico nacional, opina que nació como una feria, pero
que acabó siendo un evento cultural, un mercado del arte donde el
estímulo del dinero adquiere un valor desproporcionado convirtiéndose
en “juez cultual”, que desacredita o encumbra a los artistas.
En definitiva, estamos viviendo un momento de vertiginosa celeridad,
donde lo último ya es obsoleto, la creatividad discurre por sendas
oscuras y en muchos casos la destreza del artista se demuestra más
en los despachos que sobre el lienzo. Un presente donde lo que menos importe
es “de dónde”, “cómo” y “porqué”, sino más
bien “quién”, “cuánto” y “cuándo”.
...estamos viviendo un momento de vertiginosa celeridad, donde lo
último ya es obsoleto, la creatividad discurre por sendas oscuras
y en muchos casos la destreza del artista se demuestra más en los
despachos que sobre el lienzo. Un presente donde lo que menos importe es
“de dónde”, “cómo” y “porqué”, sino más bien
“quién”, “cuánto” y “cuándo”. |
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