Resumen práctico de diagnóstico y técnica...

 

Rafael Mollá Rodrigo, Resumen práctico de diagnóstico y técnica médico-quirúrgica de afecciones de las vías urinarias, Valencia, Pascual Aguilar, 1889, pp.2-15

 

«Diagnóstico general de las enfermedades de las vías urinarias.— Importancia y necesidad de un diagnóstico oportuno y preciso.— Medios generales de diagnóstico.— Cuadro sinóptico.

No vamos a discutir si en el orden teórico, está o no justificada la especialidad quirúrgica de las vías urinarias. La parte que a]gunos estados generales toman en el origen de muchas enfermedades de los órganos urinarios, y recíprocamente, los estados generales a que dan lugar afecciones de origen primitivamente local, hacen arbitraria la concepción teórica de la especialidad. Pero si descendemos al terreno práctico, en el cual hemos de movernos durante la exposición de estas lecciones, basta la la consideración de su inmensa importancia de la frecuencia de estas enfermedades, normales algunas de ellas, si vale la paradoja, en las edades extremas de la vida, si consideramos la jerarquía fisiológica de los órganos sobre que asientan y la trascendencia que para el individuo y la especie pueden tener los descuidos en el diagnóstico y la terapéutica, se comprenderá la necesidad de un detenido estudio de estas enfermedades, el por qué de la agrupación formando una especialidad, y la razón de ser de las enseñanzas y clínicas especiales en el extranjero, sobre todo, al frente de las cuales figuran nombres tan respetables como los de Thompson y Guyon.

Pocas enfermedades, en efecto, imponen al práctico el deber de un concienzudo estudio y un conocimiento tan perfecto como las de los órganos urinarios, y pocas también, como afirma Thompson, la falta de conocimientos expone al médico a errores tan burdos y de tanta trascendencia para el paciente. ¿Con qué facilidad no se han confundido las incontinencias de orina verdaderas con las falsas? La necesidad de un diagnóstico oportuno se impone por la índole de estas enfermedades y por la rapidez con que originan complicaciones y trastornos funestos para la región y para la vida del paciente. Excepto en los traumatismos y en las afecciones agudísimas, en cirugía general pocas veces la intervención del cirujano se dirige a llenar una indicación vital, sino que las más de las veces, aun no tratándose de una operación de las llamadas ortopédicas o de complacencia, es de elección el momento operatorio, o por lo menos, no reviste la intervencion carácter de urgencia. En las enfermedades de las vías urinarias, por el contrario, encuentra el práctico ocasión frecuente de llenar indicaciones vitalísimas mediante la intervención quirúrgica, dependiendo la salvación o la muerle del enfermo de la rapidez y habilidad con que el cirujano llena las indicaciones operatorias. Ejemplo palmario de lo expuesto, son las intervenciones en los casos de retenciones completas de orina o de infiltraciones urinarias.

Pero la indicación terapéutica en el orden clínico, surge naturalmenle del diagnóstico, de lo cual se deduce la necesidad de diagnósticos precisos, exactos y oportunos, que sean fuente de salvadoras indicaciones. El primer problema que hemos de abordar es, pues, el del diagnóstico.

En vías urinarias puede seguirse un plan general de investigación, una pauta a la que puede someterse el interrogatorio y la exploración clínica para llegar fácilmenle al diagnóstico, pudiendo este método ponerse en práctica la inmensa mayoría de las veces, porque, como veremos, la sintomatología general del aparato urinario es muy corta, pues no pasan de media docena los síntomas que hay que valorar para llegar a la inducción diagnóstica.

La division de los síntomas en funcionales y físicos cabe perfectamenle aplicarla a las enfermedades que nos ocupan. Los síntoma físicos, con su carácter objetivo, tienen indudablemente más valor real para el diagnóstico, pero como estos síntomas no siempre existen o no siempre se aprecian, de ahí que asuman los síntomas funcionales inapreciable valor por su frecuencia, por su doble carácter subjetivo y objetivo muchas veces y porque estos síntomas son siempre los que por su prioridad en la presentación y por su pertinacia indican al cirujano la necesidad de una exploración diagnóstica o de una intervención terapéutica. Vease, pues, todo el valor que alcanzan los síntomas funcionales.

El plan general de interrogación y exploración a que antes aludíamos y que es un verdadero método para llegar al diagnóstico, se reduce al empleo ordenado de los distintos medios con que cuenta el cirujano para investigar y encontrar los síntomas, coordinar y valorar éstos e inducir, por fin, el diagnóstico, valiéndose, al efecto, desde la interrogación y la observación en todas sus formas hasta la exploración manual e instrumental con todos los medios auxiliares y complementarios del diagnóstico.

El orden que debe seguirse en el empleo de este método es el siguiente: Antes que la exploración quirúrgica debemos someter al enfermo a un interrogatorio metódico y bien dirigido, investigando en primer término la anamnesia y antecedentes fisilógicos y patológicos, porque estos antecedentes pueden darnos la clave o ponernos en camino de indagar la naturaleza de la afección. En segundo término hay que detenerse en el pasado morboso con relación al aparato genito-urinario, investigando detenidamente el número, asiento y naturaleza de las enfermedades que haya podido padecer. Este estudio es de transcendencia, porque en pocos aparatos orgánicos se ve cómo en éste la conexión de unas enfermedades con otras, desde una blenorragia a una fístula urinaria, por ejemplo, desde esta misma blenorragia a la nefritis quirúrgica o ascendente.

Después de los antecedenles y circunscritos ya al estado actual del enfermo, siguiendo la interrogación, hemos de dirigir las preguntas en el sentido de investigar todos los síntomas funcionales representados por los transtornos en la secreción y excreción urinaria y por las condiciones y caracteres objetivos de la orina. Después de la investigación de los síntomas funcionales hay que pasar a la exploración, tanto manual como instrumental, que nos pone en conocimiento de los síntomas físicos y completa los elementos del diagnóstico. También hay que investigar los síntomas generales.

He aquí un cuadro que comprende el orden en que hay que dirigir la investigación de los síntomas locales:

Cuadro sinóptico de diagnóstico
1. Interrogatorio
a) Antecedentes patológicos generales
b) Pasado morboso de las vías urinarias
c) Preguntas encaminadas a la investigación de los síntomas funcionales siguientes:

2. Investigación de los síntomas funcionales
a) Transtornos en la excreción
Incontinencia de orina, Retención, Frecuencia, Retardo, Dificultad, Dolor, Modificaciones en el chorro
b) Transtornos en la secreción
—En cantidad (Aumento, Disminución, Abolición
—En calidad (Orgánicos, Minerales, Organizados)

3. Síntomas físicos.
Lo son 1. Muchas alteraciones y cambios de la orina apreciables por los sentidos. 2. Los apreciados por la exploración.

4. Exploración
1. Manual o visual: Inspección, Palpación, Percusión Tacto (rectal, vaginal, bimanual)
2. Instrumental: Endoscopia, Exploración eléctrica, Cateterismo»