Los nombres del morbo gálico

 

Juan Calvo, Primera y segunda parte de la Cirugía universal y particular del cuerpo humano, Sevilla, 1580.

 

 

«...Antes de explicar el origen de esta enfermedad, conviene traer los nombres que tiene, porque no se perturbe ninguno, cuando los oyere, y esto hago siguiendo a Aristóteles, el cual dice que la cognición del nombre, muchas veces ha de preceder a la cognición de la cosa, principalmente cando el tal nombre es ambiguo. Luego, al principio que en España, Francia, Italia, Flandes, y Alemania fue vista esta enfermedad, los Médicos de entonces le pusieron muchos nombres, unos la decían elefantiasis, otros lepra, otros pruna, fuego pérsico, lichinas, o vérboles. Después los Doctores que a estos sucedieron como Leoniceno, Musa, Falopio y otros, considerando mejor la naturaleza, y esencia de ella, vieron que era distinta enfermedad de las nombradas, por lo cual le pusieron otros nombres, unos le llamaron pudendagra, viendo que por el pudendo de la mujer, y pene del hombre casi siempre recibe, por ser partes muy dispuestas para recibir cualquier enfermedad, por razón de los excrementos que por allí de continuo se expurgan. Otros como Gerónimo Fracastoro, le llamaron sifila, que quiere decir, enfermedad nacida de mucho amor y concordia, que hay entre la mujer y el hombre, la cual pluguiesse a Dios, no la hubiese tanta en esta parte, lo uno porque su Divina Majestad no se ofendiera tanto cada día, ni tampoco esta enfermedad que al principio era peregrina y no bien conocida, no viniera a ser general y común.

Los Franceses como pensaron que tuvo principio de la guerra que el Rey don Alonso de Nápoles tuvo con un Capitán de Andegavia en Nápoles, le dijeron mal Napolitano, porque pasaron muchos trabajos, y hambre los soldados, tanto que les fue forzado comer, no sólo carnes de caballo, y otros animales, mas aún de los soldados, que en algunas emboscadas mataban, no sabiéndolo ellos como dice Alcázar, y otros muchos escritores, de lo cual de allí a poco vinieron casi los más de los soldados a henchirse, unos de pústulas, otros de talparias, otros de dolores intolerables, y otros a ulcerarse.

Y como los soldados italianos, y napolitanos viesen que los franceses tenían más aquella enfermedad que las otras naciones, llamáronle mal francés, porque creyeron que ellos de sus tierras la habían traído. Por el contrario los franceses viendo que ellos habían venido sanos, y sin ella, y que allí en Nápoles, le habían tomado, llamáronle mal napolitano.

Esrto que dice Alcázar lo tengo por burla, y cosa de aire, porque otras guerras civiles ha habido, donde los soldados han comido tan malos alimentos, y aún carnes de caballos y humanas, no sabiéndolo ellos, y no leemos en ningún autor fidedigno que diga haber venido a tener esta enfermedad.

Los aragoneses, catalanes, valencianos, e italianos le dicen el mal de simiente, y con razón, porque así como de un grano, o simiente nacen, y se multiplican otros muchos, ni más ni menos una mujer que tiene bubas, o mal de simiente, inficcionará muchos hombres que con ella tengan trato; lo mismo si es hombre a las mujeres.

Otros llaman a las bubas mal muerto, y con razón, porque los tales viviendo mueren, y para cualquier cosa buena están muertos; que cierto es lástima ver la vida, miserable que pasan, llenos de úlceras, pústulas, dolores, coxos, con mal color, con las narices romas, principalmente cuando el hueso de ellas se consume, semejantes en todo a la compostura de Deifobo, a los cuales justamente les convienen estos versos...

Tiene finalmente otros muchos nombres, que serían largo contarlos. Esto entendido digo, que acerca del origen de esta enfermedad hay entre los Doctores varias y diferentes opiniones, Alcázar dice, que tuvo origen de la guerra que hemos dicho, aunque como hemos dicho es falso. Otros dicen que las bubas para España, Italia, Francia y Alemania, tuvieron su principio en las Indias que don Francisco Colón conquistó y ganó, y es que cuando el Rey don Fernando estaba en Nápoles, que fue año mil cuatrocientos y noventa y tres, llegó don Fracisco Colón, que venía de la India de Santo Domingo con muchos Indios e Indias, cuales sanos, cuales enfermos para que los viese el Rey, los soldados viendo las Indias, algunos tuvieron cópula con muchas de ellas sin tener en cuenta si estaban sanas, o enfermas, y así muchos de ellos quedaron con la misma enfermedad. Por otra parte los Indios como durmiesen con algunos soldados, les pegaron las mismas bubas, y aquellos a otros, y también que allí en Nápoles murieron muchos de aquellos Indios e Indias, y como los vestidos de estos se pusiesen otras gentes, y los soldados, quedaron infectos, siendo la enfermedad como es contagiosa, y así sucesivamente ha ido de unos a otros pegándose.

De manera que en nuestras partes, tuvo su origen esta enfermedad, de los dichos Indios, y ellos fueron los que la pegaron, así a los Franceses, Italianos, Españoles, y otras naciones, que en el dicho tiempo se hallaron allí en Nápoles; porque en las indias es muy común y familiar, por ser como eran ellos muy lujuriosos, mundanos y voraces, que no sólo comían carnes de animales, más aún de hombres; tanto que en los banquetes y combites solían matar los esclavos que tenían, y los asaban y comían según en las historias de las Indias podemos ver. De este parecer son muchos, y gravísimos doctores, como Musa, Falopio, Ioannes de Vigo, y otros muchos, los cuales concluyen tener de estas partes las bubas origen y principio de aquellos Indios, y de este parecer soy yo.....»