Los medicamentos químicos

 

Lorenzo Cóçar, Dialogus veros medicinae Fontes Indicans, Auctore Laurentio Coçar, Valentino Doctore Medico..., Valentiae, Apud Petrum Patricium, 1589.

Traducción de los textos extraído de: José María López Piñero, El "Dialogus" (1589) del paracelsista Llorenç Coçar y la cátedra de medicamentos químicos de la Universidad de Valencia (1591), Valencia, Cátedra e Instituto de Historia de la Medicina, 1977].

 

 

«...Aprendí el arte de elaborar medicamentos químicos con la detenida observación de muchos experimentos y la atenta lectura de los buenos expertos en dicho arte. Gracias a ellos entendí que es doble el método universal de extracción de los licores, bálsamos y sales, uno de los cuales se basa únicamente en la técnica y el otro en la técnica y en la acción de la naturaleza, de cuyo verdadero proceso afirma Paracelso que muy pocos tienen noticia. Por ello, en cuanto las débiles fuerzas de mi entendimiento pudieron comprenderlo, me dominó un increíble deseo de comunicarlo a la posteridad. Declaré ante todos que, como resultado del conjunto de mis estudios, había llegado a la conclusión de que la medicina era peligrosísima si no era un arte perfecto y que las verdaderas fuentes y firmísimos fundamentos de la perfecta medicina son cuatro: la filosofía natural, la astrología, la alquimia y el arte de curar. Al oír esta afirmación, algunos médicos me atacaron... Decían que dos de estos cuatro fundamentos, la astrología y la alquimia, debían ser radicalmente rechazados y prohibidos bajo anatema, ya que eran artes vanas y engañosas, en modo alguno necesarias para el buen médico...

...Me parece que para comprobar la solidez de cualquier demostración hay que comenzar por exponer dos aspectos en los que conviene que nos pongamos de acuerdo mis adversarios y yo. El primero corresponde a los significados de los términos y el segundo a los fenómenos, es decir, a las cosas que aparecen de modo manifiesto y se recogen con los sentidos, los experimentos y las observaciones. El punto de partida de todo buen razonamiento consiste en descartar cualquier homonimia y ambigüedad. Así pues, explicaré lo que significan los cuatro fundamentos citados, según mi opinión y la de Teofrasto Paracelso.
La filosofía natural es la que investiga en general la naturaleza, constitución y causas de todo lo que sucede en el macrocosmo y en el microcosmo. En consecuencia, se ocupa, por una parte, de los cielos, de los astros y de su movimiento, luz y trayectoria, del aire, el agua y la tierra, así como de la naturaleza y alteraciones de animales, vegetales y minerales. Por otra parte, considera en profundidad la anatomía del hombre, su naturaleza, facultades, funciones y acciones, las causas y los efectos de la salud y de las enfermedades.
Por astrología no se entiende aquí la que se refiere en general a la parte primera y universal de la filosofía, sino la que demuestra cómo la luz, el movimiento y las constituciones astrales son causas eficientes universales y externas de la salud y las enfermedades.
No se habla aquí de alquimia en el sentido de transmutación productiva de los metales... Por el contrario, con el nombre de alquimia nos referimos a aquella parte del arte separatoria que descubre las propiedades ocultas, separando lo puro de lo impuro, y manifiesta las innumerables diferencias de las aguas, los aceites y bálsamos, los polvos y las sales El arte de curar, cuarto y último fundamento de la medicina, es el método que, razonando correcta- mente las indicaciones, la experiencia y la analogía, permite descubrir la calidad, cantidad, ocasión y forma de usar los remedios...

...La alquimia ofrece al médico un método más claro y completo para filosofar acerca de las partes de los animales, plantas y minerales, e investiga la naturaleza y las propiedades de casi todos los mixtos... Supongamos, por ejemplo, que se desea conocer la causa por la que el oro, el vidrio, el amianto y el talco no se inflaman, mientras que la madera, el papel y la cera arden rápidamente. El alquimista muestra al instante que en estos últimos el fuego separa fácilmente la sustancia oleosa (que llaman sulfúrea) de la acuosa y mercurial, por lo cual se inflaman. Por el contrario, en los primeros no puede separarse lo graso y lo acuoso y por esta razón no se inflaman, siendo incombustible el aceite que mediante el arte se obtiene de ellos por conversión, ya que el mercurio defiende al sulfur de la combustión. Todos los mixtos ricos en sustancia oleosa fácilmente separable de la acuosa se inflaman rápidamente, mientras que lo hacen con dificultad los que tienen poco aceite y fuertemente unido al licor acuoso. Sé de sobra que gracias a la separación química podemos investigar estas y otras muchas cosas todavía más ocultas...»