Medicina y ciencias sociales, nº 11, junio 2000.
ISSN: 1576-5377
El recurso a las medicinas alternativas entre los usuarios de los servicios del
Ambulatorio Luis Oliag (Valencia)
Sergio Martínez Hervás y Carlos Knecht Armengol
(Estudiantes de medicina. Universitat de València)

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Introducción
La lucha del hombre contra la enfermedad ha sido una constante en todas las sociedades a lo largo de la historia. Esta lucha se ha manifestado de diversas maneras, que pueden estudiarse como sistemas médicos. La medicina científica moderna no es sino otro sistema más, y puede ser definida como la forma de medicina que tiene como núcleo central la explicación de los fenómenos relacionados con el ser humano y sus enfermedades de acuerdo con los supuestos y los métodos de la ciencia moderna. No obstante, aunque el predominio de este sistema médico concreto en nuestra sociedad es un hecho evidente, también lo es la existencia de otros, entre los que pueden incluirse una larga lista de métodos terapéuticos. En términos generales puede hablarse de ?medicinas alternativas? o de ?medicinas complementarias?, que se definen como formas de medicina distintas a la medicina científica moderna, que corresponden al folklore o cultura popular, proceden de tradiciones distintas a la europea, o son vertientes de diversas ideologías religiosas, filosóficas y políticas, o de doctrinas especulativas. El fin principal de este trabajo es aproximarnos de forma cuantitativa a la implantación de estas medicinas alternativas en nuestro entorno. Los objetivos concretos del estudio son:

1. Determinar el grado de satisfacción respecto a las instalaciones del ambulatorio Luis Oliag, de Valencia, por parte de sus usuarios.
2. Establecer el grado de satisfacción con la asistencia médica pública por parte de las personas entrevistadas y determinar en qué medida soluciona sus problemas.
3. Determinar el grado de utilización de la medicina científica privada y en qué medida soluciona sus problemas.
4. Averiguar el grado de conocimiento sobre las llamadas medicinas alternativas.
5. Establecer por qué se recurre a las medicinas alternativas y a la medicina científica privada, es decir, si se emplean como complemento o como sustituto, y si se emplean por problemas poco relevantes o, por el contrario, se trata de problemas graves o relevantes desde la óptica del enfermo.
6. Averiguar si los usuarios de estas medicinas han comunicado al médico su utilización.
7. Establecer el perfil del usuario de este tipo de medicinas.
8. Determinar si existen variaciones a todos los planteamientos anteriores en función de distintas variables.

Material y métodos
Para llevar a cabo los objetivos fijados la técnica empleada ha sido la entrevista semiestructurada. El universo del estudio lo constituyen todos los usuarios del Ambulatorio de Luis Oliag, de Valencia, mayores de 16 años (unos 35.000 habitantes).
El periodo de estudio abarcó 2 semanas del mes de Febrero de 1998, en días alternos y a horas diferentes, según el patrón: Lunes de 9:00 a 13:00, Miércoles de 13:00 a 16:00 y Viernes de 16:00 a 20:00, intentando de esta manera dotar de aleatoriedad a la muestra.
Para la recogida de los datos se solicitó la colaboración de los usuarios; nos presentamos como estudiantes de medicina que estaban realizando un estudio sobre la aceptación de la medicina científica pública y el empleo de medicinas alternativas. Se entrevistó sólo a aquellos que manifestaron su conformidad. Una vez obtenida ésta, se invitó a que respondieran sin cohibirse, insistiendo en la importancia de la veracidad de las respuestas y asegurando en todo momento la conficialidad de sus datos personales.
Las variables del estudio fueron la edad, el sexo, el nivel de formación, la distancia al ambulatorio y la ocupación.

Resultados
Se realizaron un total de 177 entrevistas, de las cuales 112 correspondieron a mujeres y 65 a hombres. La distribución por edades fue la siguiente: 17 personas comprendidas entre los 16 y los 25 años (8 hombres, 9 mujeres), 71 comprendidas entre los 26 y los 55 años (19 hombres, 52 mujeres) y 89 con edades superiores a los 56 años (38 hombres, 51 mujeres). En lo referente al nivel de formación, destaca el hecho de que 59 personas manifestaron tener únicamente estudios primarios, 53 el bachillerato o estudios secundarios, y 31 estudios universitarios. En cuanto a la ocupación, destacan dos grupos sobre el resto: el constituido por los pensionistas (un total de 63) y el que forman las amas de casa (39 del total).
En lo relativo al conjunto de preguntas relacionadas con la valoración de la asistencia médica, la mayoría de entrevistados manifestaron desplazarse andando al ambulatorio (155 entrevistados); con una inversión de tiempo para ello entre 1 y 10 minutos (120 entrevistados). La frecuencia de visita al ambulatorio mostró el predominio de 3 grupos: Una vez al mes (56 personas), de una a seis veces al año (43 personas) y dos veces al mes (38 personas). En cuanto a la valoración del ambulatorio, se obtuvieron puntuaciones muy altas en todos los apartados, tanto en los referentes a la calidad de las instalaciones del centro, como en lo referente al mecanismo de la solicitud de consulta. Más rotundos fueron aún los resultados obtenidos en el apartado de valoración del médico, donde, a la pregunta ?¿está contento con su médico?? 173 de los 177 individuos de la muestra, respondieron afirmativamente. El tema de la medicación presenta una mayor variabilidad, aunque parece ser que predomina el cumplimento de la misma: 124 dijeron tomar siempre su medicación y 53 reconocieron olvidarse en alguna ocasión. Resulta de interés este tema ya que 116 personas manifestaron, algunas de ellas con total seguridad, no automedicarse nunca.
Del total de la muestra, 102 personas habían oído hablar de las medicinas alternativas mientras que 75 manifestaron no conocerlas. Sin embargo, de aquéllos, sólo 64 nombraron algunas; las más conocidas fueron la acupuntura y la medicina natural en 25 ocasiones, la homeopatía en 17, las plantas medicinales en 14, y los curanderos en 7.
De los 177 individuos que componen la muestra, 94 habían recurrido alguna vez a las medicinas alternativas o complementarias, con un total de 184 usos. Las mas utilizadas fueron la acupuntura en 22 ocasiones, la fisioterapia en 32 y las plantas medicinales en 47. El resto de variantes empleadas están recogidas en la tabla 1.
Según los informantes, como complemento se emplearon 89, como sustituto 88 y el resto lo fue por otros motivos.
Los problemas por los cuales consultaron fueron poco relevantes en 71 ocasiones, relevantes en 104 y el resto por otros motivos. De los 184 usos, en 54 ocasiones fue comunicado al médico, no lo fue en 129 casos y 1 NS/NC. Quedaron satisfechos en 133 ocasiones (tabla 2).

Discusión
El primer dato relevante que se observa al estudiar las características de la muestra es la gran desproporción existente entre el número de hombres y el de mujeres, representando estas últimas un 63 % del total de la muestra, lo que puede explicarse porque tradicionalmente éstas se ocupan de la salud de la familia. Asimismo observamos que también existe diferencia numérica entre los distintos grupos de edad, siendo el más numeroso el de personas mayores de 56 años, que constituyen la mitad de la muestra total, y el menos numeroso el de personas comprendidas entre 16 y 25 años, que representan tan sólo un 10 % de la muestra. Por otra parte, el estudio de la distribución por nivel de formación nos demuestra que lo más habitual es que posean estudios primarios o estudios secundarios (33 y 30 %, respectivamente). Tan sólo 1 de cada 5 usuarios del ambulatorio (un 18 %) poseen estudios universitarios. En cuanto a la ocupación, los jubilados son el grupo más numeroso (35,6 %), lo que es lógico, debido a que las personas de mayor edad son las más numerosas de la muestra. Destacan también las 39 mujeres que se dedican a sus labores (amas de casa), que representan un 34,8 % del total de mujeres y un 22 % de toda la población de la muestra.
Por otro lado, la mayor parte de la gente que va al ambulatorio (87 %) se desplaza al mismo andando, lo que les supone, generalmente, entre 1 y 10 minutos (67 % del total de la muestra).En cuanto al número de veces que van, predominan tres grupos: un 31,6 % acuden una vez al mes, un 24,3 % lo hacen de una a seis veces al año, y un 21,6 % acuden 2 veces por mes.
Respecto a la opinión sobre el ambulatorio, la mayoría están contentos con el mismo, obteniéndose un nivel de satisfacción siempre mayor del 70 %, excepto en lo que se refiere a la ?tranquilidad?, sobre la que un 32 % afirman que el ambulatorio no siempre es tranquilo, siendo el sector más crítico el de los grupos de menor edad, tanto hombres como mujeres. Algo parecido sucede con la opinión acerca de las citaciones, del personal administrativo y, sobre todo, del médico: un 94,74 % de los entrevistados están satisfechos con éste. No obstante, el 25 % admiten que su médico no les explica siempre en qué consiste la prescipción que les ha indicado.
En lo referente al tema de la medicación es de destacar que el 29,9 % señala que se olvida de tomarla en alguna ocasión; este hecho se da con frecuencia entre las personas mayores de 56 años. Asimismo, casi el 50 % de toda la muestra admite no tomarse la medicación si ven que ésta tiene demasiados efectos adversos. El mal sabor, en cambio, no parece ser un obstáculo para que la mayoría (un 93,8 %), se siga tomando el tratamiento. En cuanto al seguimiento de la medicación según se trate de procesos banales o de enfermedades más graves, el 75,7 % de la muestra dice no hacer distinciones y seguir el tratamiento con el mismo rigor en ambas situaciones. Por otro lado, las respuestas obtenidas en el tema de la automedicación pueden parecer sorprendentes; tan sólo un 34,5 % del total admitieron automedicarse. Por último, en el tema de la medicación, cabe destacar que la mayoría lee siempre el prospecto (un 74 %), frente al 9,6 % que dice no hacerlo nunca. El resto, sólo lo hace en ocasiones.
En cuanto al apartado de preguntas dedicadas a buscar información sobre el recurso a la medicina privada, destaca que más de la mitad de las personas entrevistadas (un 61 %) han recurrido a ésta en alguna ocasión. En lo referente a los motivos de consulta, en la mayoría de los grupos predomina como motivo el complemento a la medicina pública, generalmente en busca de una segunda opinión. Hay, sin embargo, dos grupos donde lo más frecuente es que se busque la medicina privada como sustituto de la pública: el de los hombres de 16 a 25 años y el de las mujeres de 26 a 55 años. En ambos grupos se ha recurrido a la medicina privada el doble de veces como sustituto que como complemento. La mayor rapidez y calidad en la atención, los seguros privados y el descontento con la medicina pública, especialmente con sus especialistas, son las causas más esgrimidas.
En lo que se refiere al apartado de medicinas alternativas lo más destacable es el desajuste que existe entre la gente que dice conocerlas y los que pueden mencionar alguna, ya que sólo un 62 % de los que dijeron conocerlas pudieron dar algún ejemplo, lo que constituye un 36 % del total. Por otra parte, éste contrasta a su vez con el porcentaje de gente que ha recurrido alguna vez a las medicinas alternativas (más de la mitad), como se verá más adelante. Destaca también el hecho de que las más nombradas por la gente fueron la medicina natural y la acupuntura, quedando las plantas medicinales en el cuarto puesto.
En cuanto al empleo de las medicinas alternativas cabe resaltar, en primer lugar, que más de la mitad de los entrevistados (53,1 %) las han utilizado alguna vez, habiéndose realizado un total de 184 usos, obteniendo una media de 1,95 usos por persona que las ha utilizado.
También es de destacar que la mayor parte de los individuos han utilizado una sola vez algún tipo de medicina alternativa (43), mientras que el número de personas que lo han hecho dos, o tres y más veces, es muy similar entre ambos, pero inferior respecto al primer grupo (29 y 22 respectivamente). Dentro de las distintas variedades, las más utilizadas han sido las plantas medicinales, en 47 ocasiones (25,54 % del total), los masajes en 32 (17,31 % del total) y la acupuntura en 22 (11,25 % del total).
Cabe resaltar también la gran similitud entre las ocasiones en las que se han utilizado las medicinas complementarias como complemento y como sustituto (89 y 88 respectivamente). En lo que respecta al tipo de problema, ha sido más frecuente el uso para los que consideran relevantes (56,52 %) que para los no lo son (38,58 %), repartiéndose el resto entre otras posibilidades. A su vez, los usos como complemento han sido en su mayor parte para problemas relevantes (51 frente a 36 poco relevantes), mientras que el uso como sustituto fue muy similar tanto para los problemas relevantes como los no relevantes (48 y 40 respectivamente). Es interesante comprobar, además, cómo en la mayor parte de los casos, el 70,1 %, no fue comunicado al médico el empleo de otras formas de curar.
Merece ser destacado también el hecho de que en el 72,28 % de los casos, los usuarios quedaron satisfechos con el empleo de las medicinas alternativas, la mayor parte de ellos porque curaron o mejoraron sus afecciones, frente al 23,36 % de los casos, en que no quedaron satisfechos, por todo lo contrario.
Por otra parte, no se han encontrado diferencias significativas (inferiores al 2 %) entre el grado de satisfacción y el tipo de problema, poco relevante o relevante, ya que en ambos casos han quedado satisfechos más del 70 % de los usuarios.
En lo que hace referencia a los distintos sexos debemos señalar que el 43,07 % de los hombres han requerido el uso de medicinas alternativas, con un total de 56 usos, frente a un 58,92 % de las mujeres, con un total de 128 usos.
En cuanto al número de variantes empleadas, prácticamente no hay diferencias entre ambos sexos. Además, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, la variante más utilizada ha sido las plantas medicinales (23,21 % y 23,6 % respectivamente), seguido de los masajes (21,42 % y 15,62 % respectivamente). También es destacable el empleo de la acupuntura por parte de las mujeres (14,06 % frente a un 7 % en los hombres), resultando el empleo del resto de variantes similar en ambos grupos.
En lo relativo al motivo del uso, en los hombres se ha empleado más como complemento, mientras que en las mujeres ha sido más como sustituto, aunque las diferencias entre uno y otro son escasas. Sin embargo, éstas sí son importantes en el empleo para problemas poco relevantes y relevantes. Así, los hombres han utilizado las medicinas alternativas para problemas poco relevantes en un 50 % de los casos, frente a un 33,59 % en las mujeres, y para problemas relevantes un 41,07 % de los hombres frente a un 65,28 % de las mujeres. Además de esta diferencia intersexual, también es destacable el hecho de que en los hombres la diferencia de uso poco relevante/relevante, sólo es de un 9 %, mientras que en las mujeres es de un 31 %, a favor respectivamente de poco relevante y relevante.
Por otra parte, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, no fue comunicado al médico el uso en la mayor parte de los casos (alrededor del 70 % en ambos grupos). También hay coincidencias en los dos sexos en lo que se refiere al grado de satisfacción, ya que en los dos grupos cerca del 72 % de los usos fueron satisfactorios, no observándose diferencias en el grado de satisfacción en función del tipo de problema.
En cuanto al nivel de formación de los usuarios de medicinas alternativas, destaca que la mayor parte de los usuarios han cursado estudios primarios o tiene estudios de bachillerato elemental o superior, siendo los grupos de edad donde se ha registrado un mayor uso los comprendidos entre los 46 y los 65 años en las mujeres, y los 56 y 65 años en los hombres. La mayor parte de los usuarios son pensionistas o amas de casa, aunque también es importante el número de técnicos profesionales.
Es interesante destacar, por último, la frecuencia del uso de plantas medicinales para el estreñimiento y el dolor de estómago, y la acupuntura para adelgazar y para la ansiedado la depresión. Así, el 50 % de los usos de la acupuntura están incluidos en este grupo, repartiéndose el 31,8 % para la obesidad y el 18,19 % para la ansiedad/depresión, todos ellos solicitados por mujeres. Por otra parte, el 42,55 % de los empleos de plantas medicinales se han repartido entre el uso como laxantes y para molestias gástricas, produciéndose un gran desequilibrio entre hombres y mujeres para el uso de laxantes a favor de las últimas (2 y 8 usos respectivamente).

Conclusiones
1. Perfil del usuario del ambulatorio: mujer, con una edad superior a los 45 años, con estudios primarios o de bachillerato, a la que no le lleva demasiado tiempo desplazarse al mismo y que suele acudir una o dos veces al mes. Ninguno de estos rasgos resulta realmente sorprendente, ya que, como es sabido y ya se ha mencionado anteriormente, tradicionalmente suele ser la mujer la que se ocupa de la salud de toda la familia, y en cuanto a la edad, es evidente el aumento de problemas de salud que comporta el paso de los años.
2. Satisfacción de los usuarios con asistencia pública, tanto en lo que se refiere a infraestructura (satisfacción con el tamaño del ambulatorio, comodidad, etc.) como a los aspectos administrativos y, sobre todo, a los asistenciales, al menos en lo que a la medicina general se refiere, ya que parece haber una mayor vertiente crítica hacia la medicina especializada. No obstante, este alto grado de satisfacción no parece ser motivo suficiente para el cumplimiento de las indicaciones dadas por los médicos, siendo especialmente significativo el dato de que casi la mitad de los usuarios no toman su medicación si ven que esta tiene demasiados efectos adversos, aunque cabe matizar que una cuarta parte consultan al médico un posible cambio de la misma.
3. La medicina científica privada es una importante alternativa o complemento a la medicina pública, habiendo recurrido a la misma 6 de cada 10 usuarios.
4. El hecho de las medicinas alternativas es evidente entre los entrevistados, si bien la idea de que puedan constituir un sistema médico distinto al sistema médico científico moderno, está algo menos claro.
5. El uso de las medicinas alternativas es considerable. Una proporción importante de la muestra (53,1 %) las ha utilizado alguna vez, habiendo una mayor demanda por parte de las mujeres (6 de cada 10), que de los hombres (4 de cada 10), y la mayor parte se sitúa en la franja de edad comprendida entre los 46 y 65 años.
6. No se han observado diferencias sustanciales respecto al uso como complemento/sustituto, aunque sí se ha encontrado un predominio de los problemas relevantes (aproximadamente 1,5 veces superior a los no relevantes). Además, no se ha podido establecer una relación entre complemento/sustituto y poco relevante/relevante, excepto en el uso como complemento para problemas relevantes. Además, en la mayor parte de ocasiones no se ha comunicado al médico el uso de medicinas alternativas (70,1 % de los casos) y han quedado satisfechos los usuarios en el 72,28 %, sin encontrar diferencias destacables entre el grado de satisfacción y el tipo de problema.
7. Perfil del usuario de medicinas alternativas: adulto entre 46 y 65 años, con estudios primarios o bachillerato, con un nivel económico medio-alto y que ha recurrido tanto como complemento como sustituto, sobre todo para problemas relevantes, sin ser comunicado al médico, siendo las formas más empleadas las plantas medicinales, los masajes y la acupuntura, en este orden.

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