El Club de Lectura en castellano QUIJOTE, organizado por Alumni UV, ha recuperado en marzo la lectura de una de las principales obras de la literatura española contemporánea: ‘Nada’, de la barcelonesa Carmen Laforet. Esta novela existencialista dio el pistoletazo de salida a los premios Nadal en 1944, galardón con el que fue reconocida la autora. El club se reunió, el pasado día 1, en el Colegio Mayor Rector Peset.
Con la lectura de ‘Nada’, Alumni ha cerrado la programación de lecturas en castellano de este primer trimestre del año, tres haber leído y debatido sobre obras famosas y profundas que marcaron un hito en la literatura del momento, como ‘En el último azul’, de Carme Riera, en enero, y ‘Stoner’, la novela más conocida de John Williams, en febrero.
El Club se retomará en el tercer trimestre del curso con el clásico de Mary Shelley ‘Frankenstein o el moderno Prometeo’ (12 de abril) y continuará rindiendo homenaje a la recientemente desaparecida Almudena Grandes a través de la lectura de dos de sus libros más “literarios”: ‘La madre de Frankenstein’ (3 de mayo) y ‘El lector de Julio Verne’ (7 de junio).
Carmen Laforet y ‘Nada’
Laforet era muy joven cuando escribió ‘Nada’, una obra cumbre de obligada lectura en las diferentes etapas educativas. La autora, natural de Barcelona, tenía solo 23 años, y llamó la atención sobre el público tanto la circunstancia de su juventud como la de tratarse de su primera novela, la cual fue muy reconocida hasta ganar dos premios literarios: el primer Nadal que se convocó en los años 40 y el Fastenrath de la Real Academia Española.
En ‘Nada’, Carmen Laforet describe la sociedad española de posguerra desde el existencialismo, reflejando en ella la pobreza de aquella época a través de los ojos de su protagonista, Andrea, y la angustia con la que se enfrenta al día a día. Son los primeros años del franquismo, y el hambre, la miseria y las penurias forman parte de la cotidianidad de cualquier familia de clase trabajadora.
El estilo literario de Laforet (que entremezcla movimientos tan rotundos y contundentes como el realismo y el existencialismo con la frescura de la juventud de la escritora) supuso la renovación de la prosa española de mediados de siglo.
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