EJEMPLO DE
CASO PARA ANALIZAR:
Le ofrecemos a continuación un
posible caso que podríamos analizar.
SORDOS POR DECISIÓN MATERNA
Caso elaborado por Juan Carlos Siurana a partir de una noticia del
periódico redactada por Enric González, Washington.
Sharon Duchesneau y Candance McCullough, terapistas mentales y
residentes en los suburbios de Washington, son lesbianas y forman
pareja desde hace ocho años. Ambas son sordas. Y quieren tener
hijos, por inseminación artificial, y desean que sean también
sordos.
Sharon Duchesneau, licenciada en medicina y bioética, indica que la
sordera de sus hijos permitirá que la comunidad familiar sea más
homogénea. Y añade: “La gente sorda hace que la sociedad sea más
diversa y, por tanto, más humana. Hemos elegido que nuestra
descendencia sea sorda, igual podríamos haber elegido lo contrario.
¿Es bueno utilizar la ingeniería genética para acabar con
características como la incapacidad de oír?”
Para Duchesneau y McCullough, ambas con antecedentes familiares de
sordera desde cuatro y cinco generaciones respectivamente, resultó
fácil encontrar un donante de semen que fuera sordo. No había semen
con esas características genéticas en los bancos de esperma, que
excluyen a todo donante afectado de minusvalía. Pero sí había
hombres dispuestos a ejercer como padres biológicos en su
“comunidad”. Cerca de Washington está la Universidad Gallaudet, la
única del mundo que sólo acepta estudiantes sordos. Allí se
licenciaron las dos mujeres y en torno a ella, de forma natural, se
ha creado una colonia de sordos, profesores y alumnos. Es la
“comunidad” en que la pareja lesbiana encontró a un universitario,
sordo de quinta generación, que donó el semen. La “comunidad” como
muchos otros estadounidenses con problemas auditivos, no cree que la
sordera sea una minusvalía, sino más bien la característica central
de una “cultura”, una “identidad”.
Duchesneau y McCullough no podían tener la seguridad de que su
descendencia, o más bien la de Duchesneau y del donante masculino,
fuera sorda. “Aceptaríamos un bebé con capacidad auditiva, por
supuesto. Sería una bendición. Pero un bebé sordo sería una
bendición especial”, explican.
Nancy Rarus,
de la Asociación Nacional de Sordos y sorda de nacimiento, no
comprende a la pareja lesbiana, pero admite que “hay muchos, muchos
sordos que desean hijos sordos”. ¿Por qué? Porque así la familia
comparte un mismo lenguaje, el de los signos, una misma habilidad
para leer los labios y una misma forma de vida. La “comunidad”,
además, se relaciona intensamente entre sí y sólo ocasionalmente con
“oyentes”, por lo que la incapacidad de oír facilita la integración.
Además, las organizaciones de sordos han insistido durante años en
que la incapacidad de oír no es motivo de vergüenza o de
inferioridad personal o social, y ese mensaje ha acabado creando un
cierto orgullo. “La sordera constituye una forma de normalidad,
distinta de otras normalidades, pero no inferior”, afirma Candice
McCullough.
Sharon Duchesneau es hija de padre oyente y madre sorda. Hace unos
diez años, su padre le dijo que si algún día decidía ser madre debía
consultar con un especialista en genética para minimizar el riesgo
de tener hijos sordos. “Me sentí despreciada; sentí que mi padre
consideraba que había algún problema conmigo y que la sordera
constituía, para él, algo muy negativo”. Duchesneau ha hablado de
eso muchas veces con su padre, quien dice comprender ahora la
decisión de su hija y de su pareja, pero ella sigue dolida. “Ser
sordo no es bueno ni malo”, subraya. Pero, en su caso, tiene
connotación positiva y bastantes ventajas: “Criar a un niño sordo es
mucho más barato que a un niño oyente; la guardería, el parvulario,
la escuela y la universidad son por ley gratuitos”, comenta.
“Algunos dicen”, señala McCullough, “que no deberíamos tener hijos
con esa minusvalía. Pero también los negros tienen más dificultades
sociales que los blancos. ¿Impide eso que mujeres blancas elijan
inseminarse de un hombre negro, si quieren? Todas las opciones deben
mantenerse abiertas”.
Hoy han acudido a la consulta del médico para que insemine a Sharon
con el semen del donante sordo. El médico duda sobre si lo que va a
hacer es correcto.
Pregunta:
1.- ¿Debería
inseminar a Sharon Duchesneau con el semen del donante sordo?
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