ME PREOCUPA EL USO DEL EURO

 

INMACULADA ÁLVAREZ FERREIRA

El 1 de enero de 1999 nació el euro, por entonces simplemente una moneda virtual hasta el día de su puesta en circulación como moneda real, el 1 de enero de 2002.

Ha habido complicaciones a corto plazo, claro; ahora, como es natural, todo acaba asumiéndose. La misma inocencia de las campañas publicitarias oficiales "este rotulador cuesta 291 pesetas, es decir, 1'75 euros" en ese plan demuestran que no es fácil instruir a la población ni posible adecuar a fecha fija que lleguen a no tener trastornos en sus hábitos monetarios. Pasar de una moneda de débil apreciación en los mercados a otra fuerte y, en consecuencia, obligadamente fraccionaria, supone inevitables complicaciones en la vida corriente.
El hombre se mueve por la moneda como por cualquier otra dimensión pero no es cierto que la gente esté preparada para el cambio.

por otra parte, más allá del forzado optimismo oficialista, el cambio de moneda está produciendo una subida general de precios, por eso del redondeo. Los comerciantes, por su parte, dijeron que respetarían fielmente la traducción del valor a la nueva moneda, esto cuenta con la dificultad práctica de los cambios en una moneda desconocida que se fracciona hasta el céntimo. Me figuro la cola del supermercado en una hora punta o la de la taquilla de la estación cuando el tren silba como tuvieran que cobrar sin redondear, se formaría todo un caos. El redondeo famoso se está haciendo, más de lo que creen los inocentes, es evidentísimo. Pongo como ejemplo las tiendas "de veinte duros" famosas que han pasado de esas 100 pesetas al euro ¡más de un 60%!, es una barbaridad.

Parece, eso sí, que como tal moneda fuerte, el euro, al convertirse en refugio contra la inseguridad económica, esta recibiendo una estima inversora que nos beneficia pero a la vez nos perjudica porque al estar más alta que el dólar las exportaciones cuestan más, por lo tanto los países que eran clientes ahora optan por otros países. El problema que nos llega a los ciudadanos más de cerca está en la calle, en el mercado, en la cola concurrida, en tanto no se habitúe la mano al monedero. Creo que todavía no está dominado del todo, en mi opinión estará superado cuando la gente ya no pase a pesetas para saber si un producto está caro o barato, y para eso queda algún tiempo. Ya estamos en el 2004 y han pasado dos años de circulación. Los comerciantes que conservaron la vieja máquina centesimal volverán por sus fueros y la vieja maquina girará como antes, cuando todavía los céntimos aviaban la pequeña compra, pero ahora a pasado a ser la calculadora-convertidor se Euros a Pesetas. Estamos viviendo un caos considerable. Si España iba bien en pesetas, en euros debería ir mejor todavía. Digo yo.

 

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