GLOBALIZACIÓN Y EDUCACIÓN: NUEVA DIVISIÓN DEL CONOCIMIENTO. Las trayectorias periféricas de
inserción juvenil y el riesgo de la exclusión social precoz.
VICENTE SERRANO VIDAL
El término Globalización alude a la creciente internacionalización de la economía. La Globalización responde a un complejo sistema de interrelaciones entre diferentes fenómenos entre los cuales podemos destacar los siguientes:
1. La apertura de los mercados. Que afecta tanto a los países industrializados
como a los menos. Y en relación a ello cabe destacar el papel que están
jugando por un lado las Multinacionales que penetran los diferentes mercados
nacionales con estrategias homogéneas y comunes a nivel planetario y
por otro lado, el papel que juegan las Transnacionales organizando las etapas
de la producción en los diferentes países.
2. El creciente desarrollo de los mercados de capital que al margen de la actividad
productiva movilizan ingentes cantidades de recursos financieros de carácter
transnacional. Tal grado de especulación se ha apoyado en la utilización
de las Nuevas Tecnologías de la Información (NTI).
3. Al mismo tiempo las NTI facilitan la introducción de nuevos modos
de organización del trabajo que unido a los anteriores fenómenos
están provocando la modificación de las relaciones laborales.
4. Estos fenómenos conllevan el aumento de las diferencias Norte-Sur
a nivel planetario y el aumento de las diferencias sociales en el interior de
los países. En especial, están provocando grandes divisiones entre
la propia clase trabajadora acrecentando los factores de riesgo de exclusión
de una parte significativa de la fuerza del trabajo (aquella menos cualificada)
que se ve desplazada del mercado de trabajo de primer nivel y condenada al mercado
de trabajo secundario donde la calidad del empleo y las prestaciones son precarias
y miran con gran incertidumbre el presente y el futuro.
¿Qué retos plantea esta Globalización desde el punto de vista educativo?
==> Garantizar un servicio educativo básico, público y de
calidad es una potente herramienta para compensar la desigualdad de partida
y para consolidar las capacidades de adaptación a los nuevos requerimientos
de los puestos de trabajo.
==> Surge con fuerza la necesidad de garantizar una formación a lo
largo de la vida que asegure la adaptación de la fuerza del trabajo a
los nuevos requerimientos del mundo laboral y, al mismo tiempo, una formación
integral que permitan a los trabajadores y a las trabajadoras integrarse en
la vida de la comunidad como sujetos activos de su propia existencia.
==> Se acrecienta la necesidad de establecer como objetivo básico
de la Enseñanza (en mayúscula) la adquisición de las capacidades
susceptibles de minimizar al máximo los riesgos de exclusión que
acompañan el actual modelo de Globalización y, a su vez, puedan
favorecer el aprovechamiento de las nuevas oportunidades y, sobre todo, acrecentar
el compromiso, la participación activa, las habilidades para el diálogo
y la negociación y para la deliberación racional ante las incertidumbres
que vivimos.
Juventud, Empleo y nueva división del conocimiento
En el ámbito de la Unión Europea (UE) y desde mediados de los años 90, los acelerados cambios tecnológicos y sociales han acabado transformando y sustituyendo la vieja economía de base industrial y fordista que requería escasa cualificación, por una economía basada en el conocimiento, la flexibilización del trabajo y la innovación continuada.
Desde una perspectiva amplia el ciclo 1994-99 es el primero de la nueva economía del conocimiento que está imponiendo nuevas demandas y necesidades de empleo. Los llamados empleos informacionales requieren una alta cualificación y una buena base profesional.
En el ámbito de la UE y en el período comprendido entre 1994-99 los empleos informacionales han crecido a un ritmo tres ves superior al resto de empleos, concentrando las 2/3 partes del empleo creado para el mismo período. Al mismo tiempo y en el mismo ámbito han continuado su declive todos los empleos manuales y poco cualificados confirmándose una tendencia que apunta a su drástica disminución en nuestra contexto internacional más próximo.
Las necesidades del sistema productivo señalan a escala europea una tendencia hacia la demanda de mano de obra profesional, técnica y fabril de alta cualificación facilitando el acceso a esos empleos desde trayectorias universitarias y de FP superior. A nivel del sector servicios se facilita el acceso al empleo desde trayectorias de Educación Secundaria post-obligatoria.
Esta tendencia general en el ámbito de la UE tiene matices en la actualidad al referirnos a países como Italia y España debido a su modelo productivo de tipo "Mediterráneo" que aún tiene sectores importantes de la economía donde predomina la demanda de mano de obra de baja cualificación y que requiere un aprendizaje informal en el propio puesto de trabajo (construcción, comercio, hostelería, pequeños talleres industriales, etc.). Sin embargo esta realidad "mediterránea" que concede todavía hoy una cierta ventaje relativa a los-as jóvenes poco cualificados-as tenderá a desaparecer a medio plazo. Así el empleo juvenil poco cualificado ya está disminuyendo aceleradamente en la agricultura, la industria y los servicios, aumentando la tasa de adultos que ocupan estos servicios, especialmente mujeres procedentes del desempleo y personas emigrantes.
Desde este análisis y situándonos en la perspectiva de las trayectorias juveniles de inserción laboral y social podemos afirmar que las personas jóvenes que no completan una formación profesional reconocida se encuentran más expuestas a los riesgos de exclusión y precariedad social, al desempleo intermitente a lo largo de su vida laboral y destinadas a un mercado laboral de su nivel que como ya hemos visto además está disminuyendo gradualmente.
Este proceso cuestiona la validez de formaciones muy específicas y cortas. Pensemos solamente que en 10 años el 80% de las tecnologías en uso quedarán obsoletas y la misma suerte correrán los conocimientos que las acompañan. Por lo tanto, desde el punto de vista formativo se hace obligatorio facilitar el acceso a competencias clave que permitan a las personas ser sujetos de aprendizaje a lo largo de la vida y auto construirse itinerarios en sistemas de formación más abiertos, flexibles y coherentes y nunca terminales.
Así las cosas, el acceso a trayectorias largas de formación, a la formación de calidad y a los títulos reconocidos y bien valorados son nuevos requisitos mínimos e indispensables en el diseño de trayectorias exitosas de inserción.
Hoy por hoy, sólo el 20% de las personas jóvenes en Europa logra estudios de nivel superior y otro 45% obtiene titulaciones de Educación Secundaria. 44 millones de jóvenes europeos tiene riesgo de exclusión precoz, ya que son jóvenes sin más título que el básico o con formaciones ocupacionales cortas. Estos jóvenes proceden mayoritariamente de familias trabajadoras poco cualificadas y desfavorecidas.
En conclusión, el nuevo modelo de crecimiento económico que genera empleo informacional y exige mano de obra de alta cualificación hace aumentar las desventajas de las personas jóvenes monos o peor formadas.