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Juan Ferrándiz Ferragud: In Memoriam |
El pasado Domingo, 19 de octubre de 2003, nos dejó para siempre nuestro amigo y compañero Juan Ferrándiz Ferragud (“Gudo” para muchos amigos). Juan Ferrándiz era miembro de la SEB desde 1986 y del Consejo Directivo (sección Medicina) desde 1999. Su entusiasmo, dedicación y aportaciones a la SEB serán tristemente añorados.
Gudo nació en 1950, se doctoró en Matemáticas en 1981, fue nombrado Profesor Titular de Universidad en 1984 y Catedrático de Universidad (en Estadística e Investigación Operativa) en 2001. Sus aportaciones fueron numerosas y extensas en casi todas las áreas de la actividad académica. Debido a su espíritu de trabajo, su incapacidad de negarse, y su siempre equilibrada e imparcial actitud, formó parte de claustros, comisiones de planes de estudio, juntas de facultad, innumerables comisiones departamentales, etc. Fue Vicedecano de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Valencia, e impulsor y coordinador de la Licenciatura en Ciencias y Técnicas Estadísticas. Su insaciable curiosidad y permanente deseo de superación le hacían ávido estudioso de libros y revistas científicas, y pertenecía a una gran diversidad de sociedades profesionales, formando parte de algunos de sus Consejos Directivos.
Como investigador, Gudo tenía una extraordinaria reputación en su área de
influencia. Publicó numerosos artículos en prestigiosas revistas (Biometrics
entre ellas), a pesar de ser un investigador honesto, de los pocos que sólo
publicaban si tenían algo interesante que comunicar, y solamente después de una
laboriosa y perfeccionista revisión. Asimismo, hizo aportaciones en áreas muy
diversas, reflejando su inquietud y sed de conocimientos (Fundamentos de la
Inferencia Bayesiana, Análisis de Imágenes, Conjuntos aleatorios, Estadística
Espacial y Medioambiental, Epidemiología, Redes Bayesianas, Procesos
espacio-temporales, Cartografía de enfermedades, Técnicas MCMC, Modelos
gráficos, etc.). Actualmente era investigador principal del grupo español en el
Programa Europeo EUROHEIS sobre relaciones entre los agentes medioambientales y
los indicadores de salud.
Cuando Gudo abordaba un área, lo hacía de forma exhaustiva y perfeccionista, lo
que le convertía en una valiosísima ayuda para todos los compañeros: ante
cualquier problema, necesidad de información, de referencias, etc., la solución
que nunca fallaba era la de “pregúntale a Gudo”. Fue conferenciante invitado en
numerosos e influyentes congresos profesionales, de muy diversas áreas. Su
inclinación natural era hacia las aplicaciones, y mantenía estrechos contactos
con Instituciones Oficiales y Sociedades, siendo Investigador Principal de
innumerables Proyectos de Investigación, Contratos y Convenios. No obstante, su
insaciable curiosidad, perfeccionismo y rigor investigadores, le llevaban a
abordar los temas desde todos los frentes: desde la formulación
abstracta en términos de teoría de la medida en espacios generales bajo la
unificación proporcionada por la Teoría de la Decisión, pasando por su
comunicación intuitiva y práctica, hasta su adecuada implementación algorítmica,
convergencia de los métodos MCMC, etc. Era de los investigadores más completos
que jamás he conocido, uno de los poquísimos (y extraordinariamente valiosos)
que podían llenar las lagunas entre los desarrollos abstractos y teóricos en
áreas diversas a su aplicación en la práctica de la Estadística. Era un
enamorado de su profesión.
Su actividad formativa fue asimismo impresionante. Impartió asignaturas en
todos los ciclos y en las licenciaturas de Matemáticas, Medicina y Biología, así
como numerosos cursos formativos para diversas Instituciones. Su interés por la
pedagogía, por comunicarse efectivamente y por formar era tan apasionado como su
interés investigador. Su insistencia en la aplicación práctica era una
constante, incluso en las asignaturas más abstractas. El interés, entusiasmo y
tiempo dedicado en la dirección de tesis, tesinas y trabajos de investigación
eran proverbiales.
Le apodaban cariñosamente “Mestre” (Maestro en Valenciano, del que fue también
un apasionado defensor, pero nunca dogmático, excluyente o intransigente). Gudo
era, efectivamente, un “Maestro” en la plena acepción de la palabra.
De menos relevancia para esta Sociedad, pero no para todos los que le conocimos
y convivimos con él, Gudo era un ser humano extraordinario: cultísimo, generoso
y justo, querido y respetado por cuantos le conocieron. Te echaremos de menos.