El estudio de las
combinaciones fijas de palabras ha experimentado un incremento notable de
trabajos teóricos en los últimos años, que ha hecho posible su aplicación
práctica en forma de Diccionarios: tal es el caso de los recién publicados
diccionarios de Seco, Andrés y Ramos (2004), por una parte, o Bosque (2004),
por otra, sin olvidar los anunciados diccionarios de partículas discursivas
para el español (como Santos Río 2003 o los emprendidos por Martín Zorraquino
en la Universidad de Zaragoza o por Briz en la de Valencia).
La disciplina que hoy
recibe el nombre de fraseología, cuyo objeto de estudio son las combinaciones
fijas de palabras (esto es, combinaciones que se enmarcan en la esfera de la
“sintaxis fija” o “sintaxis recordada” frente a la “sintaxis móvil” o
“sintaxis construida”), constituye un campo de estudio abarcador de los campos
léxico y sintáctico. En un ámbito tal, se han perfilado una tipología variada
de unidades fraseológicas (Corpas 1996, Montoso del Arco 2006).
Entre los diferentes
tipos de unidades fraseológicas, las locuciones se caracterizan por constituir
secuencias lexicalizadas, con grados de fijación variables, que se insertan en
la sintaxis como constituyentes que corresponden a ciertos fragmentos de la
estructura configuracional, al tiempo que presentan ciertas posibilidades
combinatorias susceptibles de ser analizadas sintácticamente; se trata, en
definitiva, de unidades léxicas que cumplen las correspondientes funciones
sintácticas de los constituyentes a los que sustituyen, como consecuencia de
procesos históricos de gramaticalización mediante los cuales tales elementos
léxicos han pasado a formar parte de los recursos gramaticales de la lengua.
Tanto los trabajos de
teoría lingüística como su aplicación a los diccionarios se caracterizan por
un planteamiento que cabría denominar sincrónico o, quizá mejor, ahistórico:
la teoría lingüística más reciente se ha afanado por la búsqueda y
establecimiento de los principios gramaticales que intervienen en la
funcionalidad de las unidades fraseológicas, al tiempo que el desarrollo
–grande- de estudios en torno al Análisis del discurso oral durante los
últimos años las ha convertido en elementos de relieve, sin que, por otra
parte, se haya prestado apenas atención a su perspectiva histórica, si bien es
verdad que los estudios de orientación pragmática han comenzado a centrar su
interés sobre el problema del cambio lingüístico (Hopper y Traugott, Giacalone
Ramat y Hopper, entre otros) tratando de buscar las causas por las que
sintagmas libres han pasado a convertirse en secuencias inmovilizadas.
Nuestro objeto de
interés son las combinaciones estables conocidas tradicionalmente como
locuciones adverbiales, denominación tradicional que alude a su función
sintáctica, y se dirige, más concretamente, a aquellas locuciones adverbiales
formadas por dos o tres palabras, caracterizadas por la alta frecuencia de
aparición en la lengua y de coaparación de sus elementos integrantes, con
variación restringida en muy alto grado. Corresponden a la esfera de unidades
fraseológicas del sistema de la lengua no constitutivas de enunciados
completos ni actos de habla y que funcionan como elementos oracionales,
concretamente como adverbios. Si bien es verdad que, en un estudio de estas
características, no puede prescindirse de las otras dos grandes esferas
fraseológicas, a saber, las llamadas colocaciones, por una parte, y los
enunciados fraseológicos, por otra (lo que obliga a permanecer atentos a las
posibles conexiones históricas entrecruzadas que existen entre las tres
esferas), esferas que, por otra parte, pertenecen seguramente a un proceso
general de institucionalización más amplio, a cuya reconstrucción hay que
tender, se sitúan fuera de nuestro interés en la actualidad (aunque es nuestra
intención ir acotando material a lo largo de la investigación para ser
estudiado a más largo plazo). De hecho, se ha señalado certeramente la
estrecha relación que hay entre locuciones y paremias o refranes (Conca 2000),
que, a nuestro entender, no puede ni debe ser ignorada.
Nebrija marca un hito en
la lengua, un antes y un después por su labor normativa en relación con la
lengua castellana. Por lo que se refiere a las unidades fraseológicas, a
partir de la obra de Nebrija tienen un tratamiento ya consolidado, que no
presentaban antes y que tendrá continuación en el futuro de la lengua, sin
olvidar que antes de Nebrija hay algún caso excepcional en este ámbito, como
sucede con el Marqués de Santillana, cuyos contactos con el mundo occitano, en
el que había una gramaticografía vernácula desde tiempo atrás, representan el
puente con el pasado castellano, desde un punto de vista diacrónico, así como
con el Noreste peninsular (catalán y aragonés), desde un punto de vista
espacial; pero, sin ignorar estos hechos, hemos decidido establecer límites
precisos para nuestra investigación, que comienzan con la publicación de la
Gramática
de la lengua castellana
de Nebrija (1492) y terminan con la publicación de Refranes y Sentencias
(1596), colección anónima bilingüe de estereotipos lingüísticos, que contiene,
por lo que a nuestra investigación se refiere, la codificación de determinadas
unidades léxicas acuñadas como locuciones adverbiales en sus correspondencias
vasco-castellanas, de indudable interés por tratarse de dos sistemas
lingüísticos tipológicamente distantes, hecho que permite el análisis
contrastivo de los constituyentes sintácticos correspondientes a tales
unidades fraseológicas; la parte vasca de la obra ha sido más estudiada (Lakarra
1996), pero no así la castellana, fundamental para entender las relaciones
vasco-románicas en el ámbito de la sintaxis histórica (Michelena 1988).
Partimos de la
hipótesis de que, entre ambos extremos cronológicos, esto es, 1492 y 1596, se
consolida la fijeza que hoy presentan determinadas locuciones adverbiales
fijas o cuasi-fijas del español, que se han transmitido a lo largo del tiempo
en forma tal hasta el día de hoy.
Por lo tanto, parte
esencial del presente trabajo es el empleo que Nebrija realiza de hecho en sus
obras de las diferentes unidades fraseológicas, por lo que se estudiarán las
locuciones adverbiales en la obra nebrisense en su conjunto. Además, se
analizará exhaustivamente la codificación de la fraseología peninsular
contrastiva vasco-castellana contenida en Refranes y Sentencias (1596),
que marca el límite temporal en su extremo posterior. Entre ambos polos se
sitúan otros centros de interés, como son: el análisis contrastivo de
determinadas estructuras fraseológicas españolas con otras de idéntica
configuración, que muestran procesos de fijación y consolidación comunes, en
el ámbito portugués y en el catalán (con lo cual: portugués, vasco, catalán y
castellano se cubre una perspectiva hispánica que puede ser calificada, si no
de exhaustiva, sí al menos de completa, aunque debe quedar claro que nuestro
centro de interés está enfocado sobre la lengua española, aunque sin
desatender la perspectiva hispánica, que nos parece esencial), así como la
atención que se quiere prestar a la lengua española en el continente americano
durante el siglo XVI. Se pretende completar todo ello con la mirada puesta en
determinados tipos de discurso, como es el caso del discurso literario (con el
estudio de las locuciones adverbiales utilizadas en El Quijote, obra
señera que no necesita justificación) y del discurso jurídico, además del
gramatical (contenido en las obras gramaticales nebrisenses y sus
continuadoras a lo largo del siglo XVI). En el equipo hay investigadores
especializados en todos y cada uno de estos aspectos, como puede comprobarse
por los diferentes currícula.
Nos encontramos, por tanto,
en el campo de estudio conocido tradicionalmente como fraseología, ámbito
gramatical polivalente que durante largo tiempo ha acogido a los estudiosos de
las combinaciones fijas de palabras en las diferentes lenguas desde época
clásica, que está experimentando en los últimos años un incremento notable de
trabajos teóricos con el objetivo de aplicar los resultados de su estudio al
campo de la traducción (esto es, a las dificultades que implica el trasvase de
la fraseología de una lengua a otra), o bien a su aplicación lexicográfica
(tratando de superar los problemas que ofrece la inclusión en el diccionario
de unidades superiores a la palabra), además del establecimiento de los
principios gramaticales que intervienen en su funcionalidad (Wotjak, Zuluaga,
Martín Zorraquino Corpas Pastor, Martínez Marín, Ruiz Gurillo, Pons y Ruiz).
En un futuro no muy lejano este tipo de estudios deberá continuar creciendo
hasta posibilitar la construcción de una historia global de las unidades
fraseológicas, además de la historia particular de cada una de ellas.
El objetivo de la presente
investigación es, como se ha dicho, abordar desde el punto de vista diacrónico
el estudio de las locuciones adverbiales del español, habida cuenta de que en
los trabajos teóricos que tratan de dar cuenta de la naturaleza y
funcionamiento de la fraseología de la lengua española y de su clasificación
en los últimos años, se insiste en la idea de que los rasgos de fijación,
idiomaticidad y otros que caracterizan a las secuencias estereotipadas,
proceden de su consolidación formal en estadios de lengua anteriores, sin que
se llegue a concretar en qué han consistido tales procesos históricos. De la
misma manera, los diccionarios que recientemente se han publicado
(Seco-Andrés-Ramos y Bosque) se refieren al español actual. A partir de ahora,
y gracias a su existencia, es ya factible emprender el estudio histórico de la
fraseología.
El proyecto que ahora se
propone es resultado de una línea plural de investigación (Diacronía
fraseológica, Codificación gramatical, Lexicografía histórica), en conexión
con grupos de trabajo internacionales (tal como se concretó en su día en la
organización de Jornadas dedicadas a la Lexicografía, Codificación gramatical
y Fraseología, al que asistieron investigadores de diversos grupos nacionales
e internacionales, según se especifica más abajo), que aspira a ir
consolidando campos de estudio afines en aras del cultivo de la Historia de la
lengua española en dominios aún por roturar.