La nueva cirugía antiséptica Juan Aguilar y Lara
Hace algunos años, el distinguido Catedrático de esta Escuela Dr. Ferrer Viñerta, practicaba por vez primera ante un numeroso e ilustrado público, compuesto en su mayoría de Catedráticos, Médicos de la Beneficencia y alumnos de la Facultad de Medicna, una amputación del muslo según el Método del eminente cirujano de Edinburgo. Desde los preliminares de la operación hasta el final de la misma se siguieron escrupulosamente los más minuciosos y al parecer insignificantes detalles; un éxito lisonjero coronó los esfuerzos de nuestro maestro: a los pocos días el enfermo, completamente curado, abandonó el hospital, en donde la puohemia, septicemia y podedumbre se han paseado triunfantes en todas épocas ocasionando numerosas víctimas. La revolución quirúrgica, iniciada por el Dr. Lister en Inglaterra, seguida en Alemania por Wolckmann, popularizada en Francia por Lucas Championnaire y admitida en Italia por el profesor Münich, aparecía en nuestra península proclamada po el Dr. Creus y Manso, de Madrid, y el cirujano de nuestra Facultad. Desde dicha época el Dr. Ferrer, con el ácido fénico y el algodón ha venido desafiando los temibles accidentes que complica las heridas, y ha salvado casi todos sus operados de una muerte cierta a que les condicía la envenenada atmósfera del hospital... Fuera del hospital, esta práctica quirúrgica ha sido también seguida por nosotros con éxitos felices y por los Catedráticos de esta Facultad Sres. Magraner y Gimeno, ya en la extirpación de tumores de la mama, en la secuestrotomía, o bien en la abertura de abcesos profundos... (Juan Aguilar y Lara, Lister y Guerín, La nueva cirugía antiséptica. Historia, principios, manual operatorio y resultados, Valencia, Librería de Pascual Aguilar, 1882, pp.9-11). |
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Observación III.- Tumor blanco de la articulación tibio-tarsiana derecha. Amputación N.N., de 35 años de edad, soltero, de temperamento linfático, de pobre constitución, natural de Alcira. Este individuo presentose en la clínica del Dr. Ferrer con todos los caracteres del padecimiento enunciado, ostentando además su estado general el sello de un largo padecimiento; en efecto, en la articulación enferma había varios trayectos fistulosos que penetraban en la cavidad articular y por los cuales se comprobaban la caries de los huesos que la constituyen, y por donde fluía constantemente una abundante supuración. El estado general se hallaba completamente empobrecido por la falta de ingresos y por el aumento de gastos, porque a la inapetencia completa con dispepsia y diarrea, se unía una fiebre continua con recargos vespertinos y sudores. Practicose la amutación por el sitio de elección de la pierna, siguiendo el método circular y proceder del Dr. Romagosa. Empleáronse todos los detalles del método antiséptico. A las 24 horas se separó el apósito y encontrándose bien la solución de continuidad volvió a aplicarse de nuevo. El estado general se hallaba mejorado; desapareció la fiebre con los recargos, paró la diarrea y se suprimieron los sudores que tanto debilitaban al enfermo; fue sometido éste a un tratamiento general tónico. Día 3º. El estado general y local continuaban bien. Separación de los puntos de sutura profundos; sección de los puntos de sutura superficiales; nueva aplicación del apósito. Día 4º. El muñón se hallaba cicatrizado; la supuración nula; se suprimió el desagüe quirúrgico; aplicación del apósito simplificado. Día 6º. El enfermo había mejorado notablemente su estado general; descubierto el muñón se encontró seco, sin exudación y formada la cicatriz. Día 8º. Alta, completamente curado. (Juan Aguilar y Lara, Lister y Guerín, La nueva cirugía antiséptica. Historia, principios, manual operatorio y resultados, Valencia, Librería de Pascual Aguilar, 1882, pp.549-550). |