Estado actual
de la ginecología
Enrique López
Sancho
«La Ginecología
de nuestros días preséntase a nuestra consideración
vestida con el carácter científico que hoy puede
concederse a las ciencias experimentales y biológicas.
No sólo con el material suficiente para entrar en el período
de las generalizaciones, sino en pleno período constituído
de las integraciones, habiendo servido previamente a ello la
ordenación de los hechos, la comparación de los
mismos, su valoración, la agrupación de los caracteres
analógicos, la clasificación, y en una palabra,
la sistematización donde hay leyes y principios, aunque
tengan estos el caracter solamente relativo de toda ciencia experimental.
Asi como las patologias médica y quirúrgica, artificiosamente
separadas, crearon en su desarrollo incesante la patología
general, donde se estudian las leyes fundamentales comprendidas
en ambas ramas, así nuestra especialidad ginecologica
creó, merced al esfuerzo de los últimos veinte
años, la sistematización donde se ostenta la belleza
científica y la composición armónica necesarias
para el moderno concepto de Especialidad, como Medicina entera
en pequeño, aplicada en todas sus partes y categorías
al estudio del aparato genital femenino, tan simple en su constitución
como grande en sus consecuencias, lo mismo en la vida normal
que en la patológica.
No sólo aparecieron los hechos que la naturaleza nos ofrecía
como creados por la mano del hombre, no sólo se procuró
discernir sobre estos mismos hechos dominando la inteligencia
para encauzar a la observación y al experimento: no hubiéramos
pasado del empirismo en el primer concepto, y del esbozo de la
ciencia en el segundo. Las ideas fructificaron porque el surco
era hondo y la semilla buena y abundante. Todas las ramas de
la Medicina, intrínsecamente florecientes y apoyadas en
incesante progreso en las ciencias auxiliares, prestaron sólido
apoyo a la Ginecología, de tal modo evidente y eficaz,
que simultáneamente brotaron como cosa nueva, la Embriología,
la Anatomía patológica, los medios tan fecundos
de exploración, la deducción diagnóstica
del momento y del porvenir y la terapéutica racional cuyas
oscilaciones necesarias marcan otras etapas en la
constitución de la Ginecología. La marcha triunfal
de la Medicina entera encuéntrase resumida con creces
en la especialidad ginecológica, en menos tiempo y con
mayor brillantez, como la Ontogenia muestra reducida la Filogenia,
habiendo formado época en su historia, el descubrimiento
y aplicación del microscopio, la creación de la
Antisepsia y luego de la Asepsia, y últimamente el estudio
de los medios físicos y singularmente los Rayos X y el
Radium, faltando sólamente que la Quimioterapia, en su
incesante progreso, implante su dominio en la gran Ciencia Médica,
reflejando su aplicación en aquellos problemas más
trascendentales y más discutidos de la Ginecología.
Si nuestra Ciencia llego a la cumbre, tras el pesado periodo
analítico, de sus formas empírica y razonada, es
porque pudo sistematizar creando leyes armónicas que encerraron
la dispersión y aparente heterogeneidad en la unión
y compresión homogénea de sus principios. Con la
generalizaci6n pudo constituir el pináculo de ese gran
edificio científico, con caracteres arquitectónicos
tan esplendidos como pueda mostrar una ciencia cualquiera de
las llamadas biológicas. Así se ha constituido
elevándose del hecho a la ley. Así ostenta la belleza
de forma que en la actualidad presenta, donde los grandes principios
dominan y contienen a toda la masa analítica; pero una
cosa es constituir y otra cosa muy distinta es enseñar.
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El camino que
ha de seguirse en la difusión de la ciencia es obra de
fragmentación, y el que se ha seguido en su constitución
histórica es de síntesis y generalización.
La ciencia biológica necesitó, para crecer, de
la yuxtaposición de los hechos, quedando últimamente
todos ellos englobados en la sana atmósfera de la generalización,
siendo, en orden cronológico evolutivo, primero el hecho,
luego la idea y últimamente el principio; pero si tratamos
de descomponerla (y esta operación es necesaria en la
enseñanza, dada la limitación de nuestra inteligencia),
hemos de empezar por el principio para llegar en último
término al hecho o al detalle. Para estudiar, como para
enseñar, se ha de seguir camino opuesto que en la construcción
de esta ciencia experimental.
Llegaremos a
los hechos, si, porque allí están los secretos
del especialista, pero cuando hayamos estudiado las leyes y principios
que hoy los rigen.
La Ginecología contemporánea presenta las formas
arquitectónicas que hoy se asignan a su madre, la gran
Ciencia Medica, de perfecci6n relativa, considerada siempre entre
las ciencias puramente experimentales. Todos los autores modernos
se esfuerzan en generalizar, constituyendo un capítulo
preliminar tan útil como seductor donde se ahorra tiempo
y esfuerzo memorista, atributo de la sencillez y perfección
tan fecundo en la enseñanza y tan pródigo en la
asimilación de las ideas. Hoy cuenta la Ginecología
con una patología general sexual, que forma la cumbre
de sus conocimientos, y por ella hemos de empezar, llámese
Ginecologia pura como abstracción de
los hechos separados de la realidad, o como Ginecología
clínica fundamental. Este es el plan obligado en la enseñanza
de la asignatura.
Estudiaremos, pues, los principios y las leyes de todas las ramas
médicas, aplicadas concretamente al aparato genital de
la mujer, como si hiciéramos un resumen de todas las ramas
de la Medicina armónicamente entrelazadas en el aparato
genital femenino. Este es el momento de constituir la verdadera
Especialidad, y al estudiarla construída como hoy la aceptamos,
desenvolviéndola desde la síntesis mejor razonada
hasta el análisis más fino y minucioso, formamos
un extenso capítulo de prolegómenos donde encontraremos
la estática y dinamica normales y patológicas,
las leyes de la Patología general en todos sus aspectos
etiológico, sindrómico, diagnóstico,
pronóstico y tratamiento general, y sólo así
podremos entrar en la Ginecología especial. que únicamente
puede hacerse palpando la realidad al lado del enfermo, donde
se estudia la verdad plástica y donde únicamente
cabe, junto al trabajo personal de exploración y raciocinio,
la tutela del maestro y el método de los libros, pero
nunca uno u otro separados del original. Ya sabemos que con este
método no se hacen descubrimientos cuando tratamos de
hacer la historia de hechos; pero no cabe duda que aparecen cosas
nuevas, pues aunque los elementos primordiales de aquellos órganos
que forman el subsratum de la Ginecología hállanse
sujetos a las mismas influencias y reaccionan de idéntica
forma que los de otros sistemas y aparatos, alguna particularidad
merecen y alguna diferencia ofrecen, que obliga a su investigación
y estudio escrupuloso, por estar destinados todos sus órganos
a las funciones de procreación, tan preponderantes en
el organismo femenino.
Sin un conocimiento reflexivo de la Patologia general ginecológica,
es inútil que el escolar visite las enfermerías;
el esfuerzo será grande y el trabajo completamente estéril.»
Enrique López
Sancho, Tratado de Ginecología General y Especial,
2 vols, Barcelona, Editorial Pubul, 1924, prólogo.
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