Si en la Exposición Iberoamericana de Sevilla las poblaciones guineanas se mostraron como ejemplo del dominio colonial subsahariano español, en el contexto del primer franquismo aparece en la Feria Muestrario de Valencia (1942), una forma transfigurada de exhibición de las poblaciones fang de la Guinea continental. En el diario Las Provincias se alababa el pintoresco pabellón colonial por “presentarnos auténticos habitantes de aquellas islas, sus productos apenas conocidos por nosotros”. Un grupo de “negros pamues traídos de la Guinea continental” había construido una casa tradicional donde podían contemplarse “numerosos objetos fabricados por los mismos”. A los “pamues”, gentilicio utilizado por los españoles para referirse indistintamente a los diversos grupos fang del interior del Río Muni, se les atribuía un mayor primitivismo y la necesidad de civilizarlos a través de su uso como mano de obra en las explotaciones agrícolas y la industria maderera. En algunas fotografías de la Feria Muestrario de Valencia de 1942 los “pamues” se presentan descalzos, torso desnudo, portando lanzas rudimentarias junto a un tronco gigante de okume que revela las auténticas intenciones del dominio colonial. En la presentación de la guardia colonial en la Feria Muestrario de Valencia de 1946, junto a la dimensión de “primitivo” se añadía la de súbdito de la colonia y garante militar de la seguridad nacional. Se cumple así el paso del salvaje al indígena. Ahora los pamues “son arrogantes, dóciles, disciplinados y extraordinariamente limpios”. Si la primitiva imaginación colonial se había alimentado de la imagen del fang como un salvaje antropófago, ese mismo nativo es ahora un recurso subalterno más de la acción colonial del régimen nacionalcatólico.

LA GUINEA ESPAÑOLA EN LAS FERIAS MUESTRARIO
DURANTE EL PRIMER FRANQUISMO (1942-1946)

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