2. FUNCIONAMIENTO DE UNA INVESTIGACIÓN:

ASPECTOS BÁSICOS.


Nuestra actividad profesional exige adquirir una serie de conocimientos específicos cuya práctica se justifica en función de un cuerpo de conocimiento sistemático y compartido. La investigación podríamos definirla en sentido amplio como cualquier actividad desarrollada con el fin de ampliar e innovar este cuerpo de conocimientos científicos.

La METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN se refiere al procedimiento sistemático que seguimos para desarrollar esta actividad e implica una serie de reglas.

Determinar cuál es la mejor forma de hacer investigación sobre los problemas de salud infantil no es tarea fácil y no existe ningún planteamiento que se considere unánimemente como el mejor.

La mayoría de los pediatras realizamos investigación fundamentalmente aplicada, cuyo objetivo no es tanto encontrar un conocimiento básico como el saber aplicarlo en la solución de un problema práctico.

Se define la investigación como un proceso SISTEMÁTICO, ORGANIZADO Y OBJETIVO:

A) SISTEMÁTICO. Tras la formulación de un objetivo o hipótesis de trabajo, se recogen unos datos según un plan preestablecido y una vez que estos son analizados los resultados obtenidos modificaran o añadirán nuevos conocimientos a los ya existentes.

B) ORGANIZADO. Todos los miembros de un equipo de investigación, conocen a la perfección lo que hay que hacer durante el estudio y aplican las mismas definiciones y criterios a todos los participantes,  actuando de forma idéntica ante cualquier duda.

C) OBJETIVO. Las conclusiones que se obtienen no se basan en impresiones subjetivas, sino en hechos que se han observado y medido. En su interpretación se evita cualquier prejuicio que los responsables del estudio puedan tener.

Las actividades que se llevan a cabo cuando se investiga se pueden resumir en tres:

1. MEDIR FENÓMENOS. Partiendo de un objetivo o de una hipótesis se trata de estudiar el efecto que tiene una intervención y/o exposición sobre un problema de salud.

Para poder medir correctamente este efecto debe identificarse y seleccionarse un criterio (criterio de evaluación) que sirva para medirlo. Este criterio ha de ser reproductible y susceptible de medirse con un método preciso.

2. COMPARAR. Además del grupo de estudio (el sometido a una intervención y/o expuesto a un posible factor de riesgo) en la mayoría de los estudios debe haber un grupo control que sirve de referencia sobre la frecuencia de enfermedad en ausencia de intervención o factor de riesgo.

3. INTERPRETAR. Los resultados obtenidos deben interpretarse teniendo en cuenta las variables que puedan haber influido en los mismos. Para esto debe tenerse en cuenta el papel que ha jugado el azar (error aleatorio), los errores sistemáticos introducidos en la selección de participantes y/o en la información recogida o en su análisis (sesgos), el control de los posibles factores de confusión y la generalización (validez externa) de los resultados obtenidos. Estos conceptos son de gran importancia y dedicaremos a ellos los siguientes párrafos.

 

2.1 VALIDEZ Y PRECISIÓN


Existen algunos conceptos que hoy en día se consideran fundamentales para realizar e interpretar investigación: validez, error sistemático, precisión y error aleatorio.

 

2.1.1. EL ERROR ALEATORIO Y LA PRECISIÓN ESTADÍSTICA

Cuando realizamos una investigación raramente trabajamos con poblaciones completas. Habitualmente lo que hacemos es que partiendo de observaciones realizadas en un grupo reducido de personas (la muestra) generalizamos o extrapolamos nuestros resultados a colectivos mas amplios.

El hecho de trabajar con muestras puede introducir en nuestras observaciones errores producidos por el azar, a los que se denominan errores aleatorios. Estos errores no se producirían si trabajáramos con poblaciones completas.

El error aleatorio se define como la diferencia entre la estimación obtenida en el estudio y el parámetro que se pretende estudiar, debida al azar. Se atribuye a la variabilidad inherente al muestreo, a la medición y a la variabilidad propia de las variables.

La precisión es el grado de acercamiento entre la estimación obtenida y el parámetro que se pretende estimar. Se define como el grado de ausencia de error aleatorio.

La técnica mas simple y mejor conocida para reducir la influencia de este error consiste en aumentar el tamaño de la muestra. De esta forma se eleva la precisión de la medición. La precisión puede medirse mediante pruebas de significación estadística.

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2.1.2. LOS ERRORES SISTEMÁTICOS (SESGOS) Y LA VALIDEZ

Se define como error sistemático o sesgo cualquier hecho (estructura del estudio, selección y valoración de los sujetos de estudio, método de recogida de datos, análisis de los mismos) que hace que los resultados de un estudio se desvíen o aparten de la realidad. Es la diferencia entre la estimación del efecto obtenida en el estudio y el parámetro que se pretende estimar.

Existe una clasificación de los sesgos en tres grandes grupos:

a) De selección de los sujetos de estudio.

b) De información relacionados con la forma de obtener los datos.

c) Factores de confusión. Se trata de factores de riesgo para la enfermedad que a su vez se asocian con la exposición, de forma que el efecto de la exposición sobre la enfermedad aparece mezclado con los efectos del factor sobre ambas.

Hay auténticos catálogos de sesgos que el lector interesado podrá repasar en la bibliografía recomendada. El aumentar el tamaño de la muestra no ejerce ningún efecto sobre el error sistemático. La única forma de mejorar la exactitud de la estimación (el grado de aproximación al valor real) es diseñar el estudio de forma que se reduzca la magnitud de los distintos sesgos o bien que se obtenga información acerca de ellos para que puedan ser controlados.

La validez es el grado de concordancia entre los resultados obtenidos en el estudio y el parámetro que se pretende estudiar. Se define también como el grado de ausencia de error sistemático. La caracterización y valoración de su importancia es compleja y no consiste en la simple aplicación de una prueba estadística.

La fase final de una investigación es la extracción, a partir de los resultados, de una serie de conclusiones para su posterior aplicación. Esta fase se compone de dos tipos de inferencias:

Una se refiere a la VALIDEZ INTERNA del estudio, el grado con que las conclusiones del investigador describen correctamente lo que en realidad sucedió en el estudio. La otra se relaciona con la VALIDEZ EXTERNA (también llamada generalizabilidad) afecta a la capacidad de realizar inferencias válidas a otras poblaciones, es el grado con que las conclusiones resultan apropiadas cuando los resultados se extrapolan a la población general de la que proceden los sujetos del estudio (Figura 1)

 

VALIDEZ
EXTERNA

 

VALIDEZ
INTERNA

 

VERDAD
EN EL
ESTUDIO

HALLAZGOS
EN EL
ESTUDIO

VERDAD
EN EL
UNIVERSO

 

Inferencia 1

 

Inferencia 2

 

Figura 1: Las dos inferencias que participan en el proceso de extraer conclusiones a partir de los resultados del estudio y al aplicar estas al universo exterior al estudio.

Cuando un investigador planifica un estudio debe tener en cuenta estas dos inferencias. Su objetivo debe ser conseguir la máxima validez en ambas al finalizar el estudio.

Las inferencias erróneas o errores pueden controlarse en la fase de diseño y en las de realización y análisis de una investigación (figura 2)

 

Error aleatorio

Error sistemático

Estrategias
en la fase
de análisis

Calcular la significación
estadística o los intervalos
de confianza

Tener buen criterio:
leer un texto de
epidemiología clínica
(ver bibliografía)

Estrategias
en la fase
de diseño

Aumentar el tamaño
de la muestra
o incrementar la precisión

Mejorar el diseño

Figura 2: Cuadro resumen de las estrategias para reducir el efecto de los errores aleatorio y sistemático aplicables en las fases de diseño y análisis de la investigación. Se hace referencia a los módulos de este curso en los que se trata el tema.

Cuando estamos planificando y ejecutando una investigación debemos tener en cuenta estas dos inferencias y conseguir la máxima validez y precisión. Pero hemos de ser conscientes también de que no hay estudio que no contenga errores. La clave es valorar si estos errores son lo suficientemente graves para introducir variaciones importantes en las conclusiones.

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