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Olmo que en
jóvenes hojas disimula años adultos, de su vid florida entonces en los más lascivos nudos, |
304 |
un rayo sin
escuderos o de luz o de tumulto, le desvaneció la pompa y el tálamo descompuso. |
308 |
No fue
nada; a cien lejías dio ceniza. ¡Oh cielo injusto! Si tremendo en el castigo, portentoso en el indulto. |
312 |
La planta
más convecina quedó verde; el seco junco ignoró aun lo más ardiente del acelerado incurso. |
316 |