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Marítimo alcïón roca eminente
sobre sus huevos coronaba, el día
que espejo de zafiro fue, luciente,
la playa azul, de la persona mía.
Miréme y lucir vi un sol en mi frente,
cuando en el cielo un ojo se veía:
neutra, el agua dudaba a cuál fe preste,
o al cielo humano, o al cíclope celeste.

Comentarios:

Polifemo describe también con orgullo su rostro. Nuevamente usa una metáfora empleada ya por el narrador (su ojo es un sol) y, pese a ello, cada vez es más patente el contraste entre la valoración que el cíclope hace de sus cualidades y la que hacen los demás.

Algunos comentaristas han cuestionado que el último verso se pueda considerar endecasílabo, debido a lo forzado que resulta leer en una única sílaba "no o al". Una lectura posible es:

O al - cie - lo hu - ma - no, o al - - clo - pe - ce - les - te.

donde hemos marcado las sílabas tónicas en negrita. La lectura resulta natural y resalta el texto si se va retardando el ritmo desde la sinalefa inicial O al, hasta pronunciar muy lentamente no, o al, de modo que la lentitud del ritmo permita pronunciar noal, con una "o" levemente más larga de lo normal, para luego acelerar bruscamente el ritmo desde hasta les, y terminar el verso a velocidad normal.

El resultado es la entonación que correspondería a un Polifemo que duda si describirse con una hipérbole tan desmesurada, pero que finalmente decide sostenerla con aplomo.

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