(1582)

¡Oh claro honor del líquido elemento,
dulce arroyuelo de corriente plata,
cuya agua entre la hierba se dilata
con regalado son, con paso lento!,
pues la por quien helar y arder me siento,
mientras en ti se mira, Amor retrata
de su rostro la nieve y la escarlata
en tu tranquilo y blando movimiento,
vete como te vas, no dejes floja
la undosa rienda al cristalino freno
con que gobiernas tu veloz corriente,
que no es bien que confusamente acoja
tanta belleza en su profundo seno
el gran señor del húmido tridente.

Notas:

El freno es la pieza que muerde el caballo. Aflojar las riendas hace que el caballo corra más. Le pide al arroyo que siga fluyendo lentamente, como hasta entonces, para que la imagen de su amada reflejada en sus aguas no llegue distorsionada al mar, al profundo seno de Neptuno.

Merece la pena observar la estructura sintáctica del segundo cuarteto, con su oración relativa dentro de una temporal, dentro de una causal: