ANTERIOR
EL TRIENIO LIBERAL SIGUIENTE

Desde que fue asesinado el duque de Berry, su padre, el conde Carlos de Artois, había ido adquiriendo cada vez más peso político, secundado por los absolutistas más radicales. Éstos consideraron que el duque de Richelieu era demasiado liberal, por lo que éste perdió el apoyo del conde de Artois y a finales de 1821 tuvo que dimitir de su cargo de primer ministro. El rey Luis XVIII nombró entonces ministro de finanzas a Joseph de Villèle, que pronto tomó el mando del gobierno, dispuesto a acabar con todo resto de liberalismo en el país.

En Arabia reapareció el saudí Turki ibn Abdallah dirigiendo una revuelta contra la ocupación egipcia.

Ese año murió el rey Chandrakanta Singha de Assam, y su sucesor, Jogeshwar Singha, decidió cambiar la protección birmana por la británica, así que el rey Bagyidaw de Birmania se dispuso a tomar represalias.

La expedición a África de la Américan Colonization Society había pasado por diversas penalidades hasta que un oficial de la marina estadounidense llamado Robert Field Stockton convenció al jefe tribal conocido como rey Pedro para que le vendiera una franja de terreno al sur de la colonia británica de Sierra Leona, en la zona que los portugueses habían bautizado como cabo Mesurado. Al parecer, de todos los argumentos presentados por Stockton, el que el rey Pedro consideró más persuasivo y lo llevó a firmar la venta sin vacilar fue la pistola con la que Stockton le estaba apuntando a la cabeza en ese momento.

Cauchy publicó su Cours d'analyse, un libro de texto en el que exponía el cálculo diferencial con el máximo rigor conocido en la época.

Fresnel publicó un artículo en el que explicaba la polarización de la luz bajo la hipótesis de que la luz es una onda transversal, es decir, que, sea lo que sea lo que vibra, las oscilaciones se producen en el plano perpendicular al avance de la onda. La hipótesis tuvo sus detractores, pero Fresnel consiguió un éxito innegable al mostrar que su teoría podía explicar el fenómeno de la doble refracción.

El químico Humphry Davy se interesó por la conexión entre la electricidad y el magnetismo y encargó a uno de sus ayudantes, Michael Faraday, que recabara información sobre el tema. (Faraday había visitado París unos años atrás y había entablado amistad con Ampère.) Faraday no se limitó a recabar información, sino que realizó sus propios experimentos y obtuvo empíricamente valiosas leyes del electromagnetismo. Faraday carecía de toda formación matemática, pero demostró tener una gran intuición que le permitió hablar de "líneas de fuerza" sin ser capaz de dar una definición matemática precisa. Sus resultados fueron fundamentales para el desarrollo posterior del electromagnetismo. Ese año construyó dos aparatos para producir lo que llamó "rotación electromagnética", es decir, los primeros motores eléctricos.

Stendhal fue expulsado de Milán por sus simpatías hacia los carbonari. Decidió entonces regresar a París.

Pushkin, siguiendo al general Ínzov, se instaló en Besarabia, donde escribió su poema Gabrielada.

Hegel publicó su Filosofía del derecho.

A lo largo del año, las distintas ciudades griegas que combatían el dominio otomano habían nombrado diferentes senados locales, hasta que el 1 de enero de 1822 se constuyó la Asamblea Nacional de Epidauro, con respresentantes de las distintas ciudades, tanto del continente como de las islas. Su presidente fue Aléxandros Mavrokordátos.

El 5 de enero la antigua capitanía general de Guatemala fue anexionada al Imperio Mexicano. Únicamente una de sus provincias, El Salvador, se opuso a la anexión, pero Agustín de Iturbide nombró capitán general de Guatemala a Vicente Filisola y le encargó que sometiera a la provincia rebelde.

El 12 de enero la Asamblea Nacional de Epidauro proclamó la independencia de Grecia y el 25 de enero se aprobó una constitución provisional.

Las Provincias (teóricamente) Unidas del Río de la Plata se encontraban en un completo estado de anarquía, en las que unas luchaban contra otras, o sufrían luchas partidistas internas o, en el mejor de los casos, sobrevivían con total independencia. La anarquía se palió en parte en virtud del Tratado del Cuadrilátero, que firmaron cuatro de ellas: Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, que establecía una alianza militar y un acuerdo de libre navegación fluvial.

El dominicano José Núñez de Cáceres trató de que Haití reconociera al Estado Independiente del Haití Español, pero no sólo no fue así, sino que Jean Pierre Boyer invadió la mitad occidental de la isla y el 9 de febrero entró en la capital, Santo Domingo, unificando la isla. La invasión fue mayoritariamente bien acogida, pues la mayor parte de la población de la parte española de la isla la constituían los esclavos negros, a los que Boyer liberó. Núñez de Cáceres pasó unos meses en la isla tratando de llegar a acuerdos clandestinos para obtener ayuda colombiana, pero finalmente marchó a Venezuela.

El 13 de febrero las Cortes españolas declararon nulos los tratados de Córdoba que reconocían la independencia de México. Sin conocer la noticia, el 24 de febrero abrió sus sesiones el congreso constituyente del imperio, que reconoció a Agustín de Iturbide como presidente de una junta de regencia. Los diputados se dividieron entre republicanos y monárquicos. Por otra parte, ningún príncipe europeo aceptó la corona mexicana, por no enemistarse con España.

Después de que el rey Juan VI de Portugal abandonara Brasil se produjeron algunos brotes independentistas. A finales del año anterior una guarnición portuguesa fue forzada a abandonar Recife, y otra sublevación era sofocada ahora en San Salvador de Bahía. Los rebeldes huyeron y organizaron un movimiento de guerrillas. En Minas Gerais se produjo otro brote, pero el regente Pedro acudió allí en marzo con un pequeño ejército y no recibió sino aclamaciones y muestras de lealtad.

Varios centenares de griegos armados desembarcaron en la isla de Quíos y empezaron a destruir mezquitas y a atacar a los turcos, que se refugiaron en una ciudadela.

El 3 de abril un ejército mexicano dirigido por Anastasio Bustamante derrotó en la batalla de Juchi a un ejército realista.

Un millar de turcos desembarcó en Quíos y torturó, ahorcó y mató de hambre a unos 20.000 griegos en lo que se conoce como la matanza de Quíos. Otros 50.000 griegos fueron esclavizados y otros 23.000 fueron exiliados. La noticia se extendió por Europa y avivó las simpatías por la causa griega.

Rafael del Riego era diputado en las Cortes y fue elegido presidente de las mismas. Apenas un mes después de su alzamiento, un músico que entonces no tenía aún cumplidos los treinta años —llamado José Melchor Gomís— le dedicó un himno que desde entonces se conoce como Himno de Riego, y que el 7 de abril fue declarado himno de España y fue cantado por el rey Fernando VII desde un balcón del palacio real. Al parecer, la letra se debe a Evaristo Fernández de San Miguel, uno de los militares que participaron en el alzamiento desde el primer momento.

El 21 de abril, tras derrotar a un contingente español, Antonio José de Sucre entró en Riobamba.

Cabo Mesurado se convirtió en el emplazamiento definitivo de Liberia, la colonia africana fundada por los Estados Unidos para que los esclavos negros liberados pudieran vivir en libertad. Ese año llegó a Liberia un segundo barco con colonos y el 25 de abril fundaron una ciudad a la que llamaron Cristópolis.

El 13 de mayo el regente Pedro de Brasil se proclamó en Río de Janeiro "defensor perpetuo de Brasil", y convocó una asamblea constituyente para el año próximo. Pedro logró el apoyo de los masones, que reforzaron su posición.

Agustín de Iturbide era el hombre más poderoso de México, y sus relaciones con el congreso se deterioraban cada vez más.  Los sectores más radicales eran partidarios de que la revolución tomara el cariz popular original, anterior al plan de Iguala, y tachaban de tirano a Iturbide. Por otro lado, una parte de los borbonistas, que esperaban que algún príncipe de la casa de Borbón aceptara el trono mexicano, al constatar que ninguno estaba dispuesto a aceptarlo, empezaron a plantearse la posibilidad de que el propio Iturbide fuera proclamado emperador, a la manera de Napoleón. Otros, no obstante, lo consideraban inadmisible, por aquello del derecho divino, y otros optaron por el republicanismo. Una logia masónica a la que pertenecían diputados y oficiales del ejército se oponía abiertamente a la posible coronación de Iturbide. Sin embargo, la noche del 18 de mayo un grupo de soldados salió a la calle vitoreando a Agustín I. A la mañana siguiente, Iturbide hizo público un manifiesto en el que "se ponía a disposición del pueblo" para aceptar el imperio, si así se le ofrecía, aunque afirmó que la decisión correspondía al congreso. Éste tuvo que reunirse en sesión extraordinaria y, bajo presión popular y militar, acabó otorgando el imperio a Iturbide.

El 24 de mayo, en las faldas del volcán Pichincha, Antonio José de Sucre derrotó de nuevo al ejército español.

Incapaz de contener la revuelta griega, el sultán Mahmut II hizo intervenir al egipcio Mehmet Alí. El 28 de mayo una flota de 30 barcos de guerra y 84 transportes llegó a Creta bajo la dirección de Hasán Pachá, yerno de Mehmet Alí, y los egipcios empezaron a quemar ciudades.

El año anterior el sultán Said bin Sultan de Omán había recibido un pobre regalo del gobernador de Mombasa, que teóricamente era su vasallo, y eso se interpretaba en la práctica como una declaración de independencia, así que Hamid ibn Ahmed, tío del sultán, se presentó en Mombasa con 30 barcos y 4.000 hombres y puso las cosas en su sitio.

El capitán Charles John Napier, de la marina británica, construyó el Aaron Manby, el primer barco de vapor hecho de hierro en lugar de madera, que cruzó el canal de la Mancha y llegó a Le Havre el 10 de junio. Desde allí remontó el Sena hasta llegar a París.

El 16 de junio Simón Bolívar entraba en Quito.

El 30 de junio, la guardia real española fue insultada y apedreada por unos manifestantes, contra los que cargó a bayoneta. Esa misma noche, un oficial que había sido arrestado por sugerir un levantamiento en favor del rey, fue asesinado en palacio por tres granaderos de la guardia. Se difundió el rumor de que el gobierno planeaba disolver la guardia real, y el 2 de julio cuatro batallones se reunieron en las afueras de Madrid. El general Pablo Morillo trato de disuadirlos, pero iniciaron una sublevación que fue secundada en otros puntos de España.

Ese mismo día fue ahorcado Denmark Vesey, un esclavo negro que había sido llevado a Carolina del Sur y allí había terminado comprando su libertad. Preparó una insurrección de esclavos que tendría que haberse producido el 14 de julio, en el aniversario de la toma de la bastilla, y que involucraba a miles de esclavos a lo largo de la costa de Carolina del Sur. Su plan era embarcar hacia Haití, pero dos esclavos lo delataron y el resultado fue de 35 ahorcados y 67 encarcelados.

El 3 de julio el rey Fernando VII recibió a una delegación de los militares sublevados.

Los realistas venezolanos trataban de reorganizarse. El 4 de julio Francisco Tomás Morales fue nombrado Capitán General de Venezuela y se dispuso a recuperar el territorio perdido.

El 5 de julio Fernando VII desautorizó una orden ministerial por la que se enviaba un ejército a enfrentarse a los batallones sublevados de la guardia real. El 6 de julio la guardia real secuestró al consejo de ministros, pero en la madrugada del 7 de julio las milicias dirigidas por Evaristo Fernández de San Mibuel lograron doblegar a la guardia y la sublevación fue sofocada. Ese mismo día llegó una nota firmada por los embajadores de las cortes europeas en la que se hacía responsable al gobierno de la salud del rey.

El 8 de julio murió ahogado Percy Shelley mientras navegaba en velero por la Toscana. Aún no había cumplido los treinta años. Unos días antes su esposa Mary Shelley había sufrido un aborto, y unos meses antes había muerto la hija de cinco años que su hermanastra Claire había tenido con lord Byron.

El 11 de julio Simón Bolívar llegó a Guayaquil, donde había concertado una entrevista con José de San Martín. Allí dio un golpe de Estado y se proclamó Jefe Supremo de la provincia, negando la legitimidad al gobierno de José Joaquín de Olmedo. Olmedo decidió exiliarse.

El 16 de julio un ejército de unos 8.000 turcos derrotó a los griegos en la batalla de Peta, en Épiro.

Tras largos preparativos, el rey Bagyidaw de Birmania envió a su general Bandula contra Assam al frente de 20.000 hombres. El rey Jogeshwar Singha tuvo que huir a Bengala mientras Bandula anexionaba Assam a Birmania. Los británicos se negaron a aceptar las peticiones birmanas para que les entregaran al rey y reforzaron sus fronteras. Los birmanos no se atrevieron a cruzarlas. Sin embargo, en la corte birmana se estaba formando un "partido de la guerra" que incluía a la reina y al general Bandula, partidarios de enfrentarse a Gran Bretaña si era necesario.

El 21 de julio Agustín de Iturbide fue coronado como el emperador Agustín I de México. Se creó toda una fastuosa corte con mayordomos, ayudantes, capellanes, etc. que hacía empalidecer a la modesta corte del antiguo virreinato. Muchos españoles que hasta entonces habían permanecido en México amparados en las garantías del plan de Iguala optaron por marcharse a España, otros de los partidarios del plan de Iguala se hicieron republicanos.

El 26 de julio Bolívar se entrevistó con San Martín. No se sabe qué hablaron, pero acto seguido San Martín regresó a Perú.

El 31 de julio Bolívar decretó la anexión de Guayaquil a la república de Colombia.

En agosto el regente Pedro de Brasil exortó a los diputados brasileños en Lisboa a que regresaran a Brasil y decretó que las tropas portuguesas en Brasil debían ser tratadas como enemigas.

El ejército turco entró en el Peloponeso, y se encontró con que los griegos habían adoptado una política de tierra quemada. Se encontraron campos devastados y pueblos arrasados, hasta que finalmente el ejército griego atacó y obtuvo la victoria de Dervenakia, en la que los turcos perdieron más de 20.000 hombres.

El 6 de agosto el rey Fernando VII de España aceptó la dimisión del gobierno, ofrecida reiteradamente desde la sublevación de la guardia real y se formó un nuevo ministerio más radical encabezado por Evaristo Fernández de San Miguel. El general Francisco Javier de Elío (artífice de la instauración del absolutirmo tras el regreso de Fernando VII) fue ejecutado.

El 11 de agosto José Antonio Páez derrotó a Francisco Tomás Morales en Sabana de la Guardia. Morales regresó a Puerto Cabello, que era el principal reducto realista en Venezuela.

El vizconde de Castlereagh sufría una crisis nerviosa debida en parte a un ataque de gota, la muerte de su padre, sucedida el año anterior y las amargas críticas de que era objeto como representante del gobierno en la Cámara de los Comunes. Su crisis se convirtió finalmente en paranoia y el 12 de agosto se cortó el cuello con un abrecartas. Lord Byron tuvo el detalle de escribirle este epitafio:

Posterity will ne'er survey
A nobler grave than this:
Here lie the bones of Castlereagh:
Stop, traveller, and piss.
La posteridad nunca verá
una tumba más noble que ésta:
Aquí yacen los huesos de Castlereagh:
Detente, viajero, y mea.

Castlereagh fue sucedido como ministro de asuntos exteriores por George Canning.

El 18 de agosto, un grupo de absolutistas reunido en torno a Bernardo Mozo de Rosales, el marqués de Mataflorida, que había regresado recientemente de su exilio en Francia, formó en la Seo de Urgel un gobierno paralelo al de Madrid que recibió el nombre de la Regencia de Urgel. Esta regencia proclamaba al rey Fernando VII como monarca absoluto, a la vez que negaba obediencia a sus órdenes debido a su falta de libertad. Sin embargo, Francisco Espoz y Mina entró en la ciudad y puso en fuga a la Regencia.

El 25 de agosto murió el astrónomo alemán William Herchel.

En México, el general Felipe de la Garza instó al congreso a proclamar una república, y ofreció apoyo militar. El embajador colombiano, Miguel Santa María, animó a los diputados a aceptar la oferta, pero la conspiración llegó a oídos del emperador Agustín I, que expulsó del país a Santa María y el 26 de agosto ordenó el arresto de varios diputados. El 27 de agosto de la Garza envió una carta al emperador respaldando a los diputados.

El rey Juan VI de Portugal había ordenado a su hijo Pedro que regresara a Lisboa, y le había retirado su título de regente de Brasil. A esto, Pedro contestó ante el senado brasileño con un "Eu fico" (yo me quedo), que se hizo célebre. El 7 de septiembre Pedro estaba pasando revista a sus tropas cuando recibió una nueva carta de Lisboa, y su respuesta fue desenfundar su espada y gritar "Por mi sangre, por mi honor y por Dios: haré a Brasil libre". Mientras tanto, Juan VI aceptaba una constitución liberal, aunque no su esposa, la reina Carlota Joaquina, que tuvo que alejarse de la corte.

El 10 de septiembre José de San Martín renunció a todos sus cargos en el Perú y manifestó su decisión de retirarse a la vida privada. El 20 de septiembre se inauguró el congreso constituyente del Perú, que nombró una Junta Gubernativa formada por tres de sus miembros, presidida por José de La Mar.

El 45º regimiento de infantería tenía en París fama de republicano, entre otras cosas porque sus miembros se negaban a gritar "viva el rey". Por ello, a primeros de año había sido trasladado a La Rochelle. Allí, cuatro jóvenes sargentos, apellidados Bories, Pommier, Raoulx y Goubin, con edades entre los 20 y los 26 años, decidieron fundar una asociacion de carbonari, pero fueron denunciados, juzgados y ejecutados el 21 de septiembre. Son recordados como "los cuatro sargentos de La Rochelle".

El 22 de septiembre San Martín dejó el Perú y se embarcó hacia Chile.

Ese mismo día un egiptólogo francés de treinta y dos años llamado Jean-François Champollion escribió una carta a un colega en la que le comunica que ha conseguido descifrar la escritura jeroglífica. Se basó para ello en un facsímil de la piedra Rosetta (la original estaba en Gran Bretaña) junto con otros textos bilingües. Champollion descubrió que los jeroglíficos representaban a veces palabras y a veces sonidos. A partir de sus éxitos iniciales, en unas pocas semanas encontró el equivalente fonético de un centenar de jeroglíficos.

El congreso constituyente del Perú organizó un ejército de unos 5.000 hombres, peruanos, chilenos y rioplatenses que, dirigidos por Rudecindo Alvarado se enfrentaron al virrey José de la Serna, aunque sin mucho éxito.

El 3 de octubre se inauguró el Theater in der Josefstadt en Viena, y el programa incluyó una revisión de Las ruinas de Atenas, con música de Beethoven igualmente revisada. Entre los cambios más relevantes figuraba una nueva obertura, que es conocida con el nombre de La consagración del hogar. Ese año Beethoven terminó también sus sonatas para piano números 30, 31 y 32, en las que había estado trabajando durante varios años. Además, la Sociedad Filarmónica de Londres le encargó una sinfonía, y un príncipe ruso le ofreció una suma de dinero por componer tres cuartetos de cuerda.

Schubert empezó a componer su octava sinfonía, si bien sólo completó dos movimientos y dejó esbozado el tercero, por lo que es conocida como la sinfonía incompleta. Su ópera Alfonso und Estrella fue rechazada para su representación.

Donizetti se instaló en Nápoles, donde estrenó sus óperas La zingara y La lettera anonima. En Milán estrenó Chiara e Serafina, ossia I pirati. Sus obras tenían un gran éxito popular, si bien los críticos no las alababan, y fuera de Italia eran desconocidas.

El 12 de octubre el primogénito del rey Juan VI de Portugal fue proclamado emperador Pedro I de Brasil.

El 31 de octubre el emperador Agustín I de México disolvió la Asamblea constituyente y la sustituyó por una Junta Instituyente, formada por diputados leales, con la misión de lograr la estabilidad política y económica. La junta prohibió sacar dinero del país a los españoles que quisieran emigrar y autorizó la emisión de cuatro millones de pesos en papel moneda sin ninguna clase de respaldo financiero. También restringió la libertad de prensa.

El 20 de octubre las potencias europeas se reunieron en el Congreso de Verona. El único monarca que asistió personalmente fue el zar Alejandro I de Rusia. Estaba previsto que el representante británico fuera el visconde de Castlereagh, pero tuvo que ser sustituido por el duque de Wellington.

El 19 de noviembre un terremoto sacudió el centro de Chile, complicando una economía ya de por sí complicada. Bernardo O'Higgins logró, tras muchas negociaciones, que Gran Bretaña le concediera un préstamo por un millón de libras. Su gobierno era muy impopular, e impulsó una reforma constitucional fue vista como una maniobra para aferrarse al poder.

El 21 de noviembre Francia, Austra, Rusia y Prusia firmaron un tratado secreto por el que se comprometían a destruir el sistema de gobierno representativo en cualquier estado de Europa y confiaban a Francia la tarea de intervenir en España para restablecer el estado de cosas que existía antes de la revolución de Cádiz. En Francia, las opiniones sobre este "encargo" estaban divididas, pero el gobierno lo vio como una forma de recuperar el lugar entre las grandes potencias europeas perdido tras la derrota de Napoleón. Un diputado llamado Jacques-Antoine Manuel se opuso a la intervención en España y fue expulsado del parlamento por la gendarmería. En la calle fue recibido por la multitud entre aplausos.

Joseph de Villèle dirigía ya de hecho la política nacional, y acababa de hacer que el parlamento aprobara una ley de prensa por la que el Estado tenía derecho a suspender cualquier periódico por el delito de "tendencia contraria a los intereses del Estado".

San Martín había enviado una embajada a Europa en busca de un rey para el Perú, pero el 22 de noviembre el congreso constituyente la desautorizó y se decantó por convertir al Perú en una república.

El 26 de noviembre el general Felipe de la Garza se alzó en armas contra el emperador Agustín I de México.

El 1 de diciembre fue coronado el emperador Pedro I de Brasil. Por esas fechas ya no quedaban tropas portuguesas en Brasil.

En México se mantenía todavía un reducto realista en San Juan de Ulúa, y el ejército que trataba de doblegarlo estaba al mando del general Antonio López de Santa Anna, el comandante general de la provincia de Veracruz. Sin embargo, sus esfuerzos no daban muchos resultados y Santa Anna se enteró de que el emperador planeaba destituirlo. Así, el que hasta entonces había sido para él el "dignísimo y particularmente amado emperador" se convirtió en "el déspota más injusto". El 2 de diciembre Santa Anna proclamó en Veracruz un manifiesto republicano y el 3 de diciembre emitió otro destinado a todo el país.

Guadalupe Victoria había sido encarcelado por sus ideas republicanas, pero había logrado escapar de la prisión y había huido a las selvas, pero el 6 de diciembre se presentó ante Santa Anna dispuesto a prestarle su apoyo. Ese mismo día ambos proclamaron el Plan de Veracruz, según el cual se debía reunir un congreso que siguiera las directrices marcadas por el plan de Iguala. A éste se adhirieron otros antiguos insurgentes, como Vicente Guerrero.

El 12 de diciembre los Estados Unidos reconocieron la independencia de México.

El dictador Gaspar Rodríguez de Francia tomó medidas para instaurar la autarquía en Paraguay. El Estado intervino en todas las actividades económicas, obligó a cultivar trigo y algodón y fomentó la exportación de algunos productos, especialmente la yerba mate. La prensa fue prohibida, así como la llegada de periódicos del exterior, salvo los que pedía el propio dictador. Cuando salía a pasear a caballo por las calles de Asunción, los ciudadanos debían cerrar las puertas de sus casas, y si alguno se lo encontraba de frente debía darle la espalda. Nadie podía entrar o salir del país, ni desplazarse por él, sin su permiso. Por lo demás, Rodríguez de Francia aprovechó su dictatura para llevar a cabo las venganzas más absurdas y arbitrarias. Por ejemplo, declaró "mulatos hasta la quinta generación" a todos los miembros de la familia de una mujer a la que había pretendido de joven y cuyo padre se había opuesto a la relación. Al esposo de la muchacha lo tuvo encarcelado con grilletes tantos días como había durado su matrimonio.

Carlos María de Alvear regresó a Buenos Aires aprovechando una ley de amnistía y fue enviado a una misión a Londres, donde logró que Gran Bretaña reconociera la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, aunque a la sazón tenían poco de unidas.

El rey Jorge IV de Gran Bretaña visitó Edimburgo. Era la primera visita a Escocia de un monarca británico desde que lo hiciera Carlos II en 1650. La visita fue organizada con gran lujo y espectáculo por Walter Scott, y las ceremonias que organizó pusieron de moda nuevamente los kitts (las faldas masculinas escocesas), que durante un tiempo habían estado prohibidas por el gobierno inglés. La popularidad del rey aumentó considerablemente en Escocia. Scott publicó varias novelas ese año: El pirata, Las aventuras de Nigel y Peveril del Pico.

Ese año murió el sultán Sulayman de Marruecos, que fue sucedido por su sobrino Abd al-Rahman.

Un geólogo británico especializado en el estudio de los fósiles llamado Gideon Mantell encontró un diente enorme que no pudo asociar a ninguna especie animal conocida. Consultó a diversos especialistas y uno de ellos sugirió que el diente se parecía al de una iguana, pero, si se respetaban las proporciones, tendría que medir unos 18 metros de largo. Mantell lo bautizó como iguanodón (diente de iguana). (Estudios modernos reducen la longitud del iguanodón a 9 metros.)

Fourier pudo publicar finalmente su ensayo sobre la Teoría analítica del calor, que no dejaba de generar controversias sobre el rigor matemático de sus desarrollos en series trigonométricas. Poisson, además, afirmaba tener una teoría alternativa.

Stendhal publicó De l'Amour, un ensayo psicológico sobre el amor.

Washington Irving había observado con disgusto cómo su Sketch Book era publicado en Gran Bretaña sin su autorización, cosa completamente legal, pues no existía ninguna ley internacional sobre propiedad intelectual. Por ello pidió consejo a su amigo Walter Scott y éste le recomendó que publicara sus obras en Gran Bretaña a través de su editor, y así lo hizo. En los sucesivo editaría sus obras tanto en los Estados Unidos como en Gran Bretaña. Así sucedió ese año con otra serie de trabajos cortos titulada Bracebridge Hall, que también publicó con el pseudónimo de Geoffrey Crayon. Por esas fechas Irving estaba de viaje por Europa, en Dresde, concretamente.

Pushkin publicó Los hermanos bandoleros, inspirado en Schiller.

El emperador Agustín I de México envió al general José Gabriel de Armijo a enfrentarse a Vicente Guerrero y otros antiguos insurgentes que se habían alzado contra él. El 13 de enero de 1823 derrotó a Guerrero y a Nicolás Bravo en la batalla de Almolonga.

El 19 de enero un ejército realista derrotó a un ejército peruano en la batalla de Torata, victoria que fue reafirmada por otra en Moquegua el 21 de enero.

En Chile, el capitán general Ramón Freire se sublevó contra el impopular gobierno de O'Higgins, y éste, para evitar una guerra civil, dimitió el 28 de enero. Él mismo tomó juramento a una junta de tres personas, presidida por Agustín Eyzaguirre, que gobernara interinamente.

En México, Santa Anna ganó para su causa a Pedro Celestino Negrete, que era amigo personal del emperador Agustín I, y junto con Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria establecieron el 1 de febrero el plan de Casa Mata, por el que pretendían convertir a México en una república. Varios generales del imperio se adhirieron a él y en menos de dos meses las distintas provincias fueron aceptándolo.

El 9 de febrero Vicente Filisola obtuvo la rendición del gobierno de El Salvador y su anexión al imperio Mexicano.

A raíz de las derrotas que el ejército peruano estaba sufriendo ante los realistas, el 26 de febrero algunos generales que estaban acampados con su ejército en Balconcillo, cerca de Lima, solicitaron al congreso la disolución de la junta gubernativa y el nombramiento de un "jefe supremo que ordena y sea velozmente obedecido", cargo para el cual sugerían al general José de la Riva Agüero. El congreso se negó a aceptar tal solicitud, y el 27 de febrero el ejército avanzó amenazador hacia Lima. El congreso comprendió entonces la naturaleza de la "solicitud", hizo encarcelar al presidente de la junta, José de la Mar, y el 28 de febrero Riva Agüero era nombrado presidente de la república (y La Mar era excarcelado). El presidente del congreso se exilió voluntariamente para protestar por la injerencia de los militares. Riva Agüero encomendó la dirección de la guerra contra los realistas  al general Andrés de Santa Cruz.

La causa griega generaba cada vez más simpatías entre la opinión pública europea, que veía a Grecia como la cuna de la cultura occidental. Tales simpatías horrorizaban a Metternich, que no admitía ninguna clase de revolución contra un poder establecido. El mayor logro de Metternich había sido inculcar estas ideas al zar Alejandro I de Rusia, y sus progresos en esta línea llegaron al punto de lograr la caída en desgracia de su ministro de asuntos exteriores, el griego Ioannis Kapodistrias, que trataba de implicar al zar en la causa de la independencia griega. Kapodistrias había dejado su cargo el año anterior y se había retirado a Ginebra, desde donde proporcionaba apoyo material y moral a los revolucionarios griegos.

Pero el caso griego terminó por hacer mella en las convicciones del zar. Por una parte, Alejandro I estaba de acuerdo con las teorías de Metternich, pero conquistar Constantinopla era una antigua aspiración de los zares rusos, que se consideraban herederos de los emperadores bizantinos, y era duro desperdiciar la ocasión de ayudar a los griegos para obtener un buen botín. George Canning, el nuevo ministro británico de asuntos exteriores, también era partidario de la independencia griega, en parte por canalizar el romanticismo de la opinión pública británica, y en parte por los beneficios que su país podría obtener de una Grecia independiente que concediera a Gran Bretaña un trato de preferencia. Canning veía vacilar a Alejandro I y no estaba dispuesto a que Rusia tomara la iniciativa en favor de la independencia de Grecia. Por ello en marzo declaró —para horror de Metternich— que "Cuando una nación entera se rebela contra su conquistador, la nación no puede ser considerada como delincuente, sino como una nación en estado de guerra". Poco antes, Canning había notificado al gobierno otomano que sólo mantendría con él relaciones amistosas si los súbditos cristianos del imperio eran tratados con respeto. Poco después se fundó un Comité de Londres para la independencia de Grecia, que contó entre sus miembros con Lord Byron.

Metternich se las arregló para evitar que Alejandro I diera otro paso en esa misma dirección: lo convenció de la conveniencia de separar los conflictos ruso-turcos de la cuestión de la independencia griega, y propuso tratar el asunto en diversas reuniones en San Petersburgo que no fueron sino una forma de retrasar toda decisión y dar tiempo así al Imperio Otomano de someter a los rebeldes.

Martín Rodríguez, el gobernador de Buenos Aires decidió que la única forma viable de resolver los conflictos fronterizos con los indios era exterminarlos, así que organizó un ejército de 2.500 hombres que partió hacia el sur el 6 de marzo, aunque lo único que hizo fue desplazar la frontera un poco más hacia el sur.

El 19 de marzo, tras haber tratado en vano de recuperar su autoridad restaurando el congreso, sin más apoyos que el clero, el emperador Agustín I presentó una carta de abdicación.

El 29 de marzo se reunió en Astros la Segunda Asamblea Nacional Griega, que estuvo caracterizada por las tensiones entre dos facciones, la de los políticos, dirigidos por Aléxandros Mavrokordátos, y la de los militares, dirigidos por Theódoros Kolokótronis. Tal era la división que los diputados de cada facción se alojaban en dos campamentos diferentes en dos ciudades cercanas a Astros.

El 1 de abril el congreso mexicano nombró un triunvirato presididio por Pedro Celestino Negrete para que gobernara provisionalmente la nación con el título de Supremo Poder Ejecutivo. Éste fue cambiando frecuentemente de composición a lo largo de los meses siguientes.

En Chile se formó una Asamblea Constituyente que el 4 de abril nombró director supremo a Ramón Freire, entre otras cosas porque se había presentado con sus tropas en Santiago y era difícil negarle nada.

El 6 de abril 95.000 soldados franceses dirigidos por Luis Antonio de Borbón, el duque de Angulema (el sobrino del rey Luis XVIII de Francia) se disponían a cruzar la frontera española con la misión de restaurar la monarquía absoluta. Fueron conocidos como los cien mil hijos de san Luis. Se encontraron con unos ciento cincuenta liberales franceses que trataban de impedirles el paso enarbolando banderas tricolores y cantando la marsellesa (prohibida desde el Imperio). Los soldados dudaron, pero recibieron orden de abrir fuego y mataron a algunos de los manifestantes, mientras el resto huía. El 7 de abril entraban en España. En general, encontraron poca resistencia. Los leales al gobierno liberal se atrincheraron en algunas ciudades o crearon guerrillas.

Ese mismo día el congreso Mexicano declaró ilegal la coronación de Agustín de Iturbide como emperador de México, así como el plan de Iguala, de modo que la nación quedaba en libertad de escoger el sistema de gobierno que considerara oportuno.

El 13 de abril la Segunda Asamblea Nacional Griega aprobó una reforma de la Constitución de Epidauro. La nueva constitución establecía la protección de los derechos humanos, la libertad de prensa, y la abolición de la esclavitud. Además rebajaba la edad para votar de los 30 a los 25 años. El 18 de abril se clausuró la Asamblea. Los políticos dominaban el Senado, pero los militares se habían hecho con el control del poder ejecutivo. Las disensiones entre ambos eran tales que se acordó que ambos poderes residirían en ciudades diferentes, alejadas entre sí. El ejecutivo se instaló en Nauplia, donde los militares tenían mucha influencia, y el Senado se instaló en Kranidhi, bajo la protección de las islas dominadas por armadores.

El 11 de mayo Agustín de Iturbide embarcó rumbo a Europa. El congreso le había concedido una pensión a condición de que estableciera su residencia en Italia. México quedó dividido entre partidarios de Iturbide y republicanos.

El 23 de mayo el duque de Angulema entró en Madrid, mientras el gobierno español se trasladaba a Sevilla.

El rey Juan VI de Portugal tenía otro hijo, el infante Miguel, que era, como su madre, partidario del absolutismo más radical. Aprovechando una revuelta realista al norte del país, el 27 de mayo logró el apoyo de un regimiento estaba en Vila Franca de Xira, y que supuestamente debía haber marchado a sofocar el alzamiento, y se alzó en armas contra su padre con el apoyo de los partidarios de la reina. Al parecer, se puso de acuerdo con su madre para forzar la abdicación del rey, que en un principio se mostró dispuesto a defender la constitución que había jurado, pero pocos días después llegó a las puertas de su palacio otro regimiento que lo aclamaba como monarca absoluto. Entonces Juan VI decidió ponerse al frente de éste y marchó a Vila Franca, donde su hijo no tuvo más remedio que someterse, y entonces Juan VI volvió triunfante a Lisboa. Allí disolvió las cortes y restauró el absolutismo. Miguel fue nombrado jefe del ejército y la reina volvió a la Corte.

El 14 de junio el gobierno español se retiró a Cádiz, reteniendo como rehén al rey Fernando VII.

El 18 de junio el ejército realista entró en Lima. Muchos de los integrantes del congreso republicano descubrieron que, en el fondo de su ser, siempre habían sido realistas, y cambiaron de bando, mientras que otros abandonaron la ciudad. El presidente Riva Agüero fue presionado para que solicitara ayuda a Colombia. El mes anterior había llegado a Perú Antonio José de Sucre, a quien el 19 de junio el congreso autoridad igual a la del presidente. El 23 de junio el congreso depuso a Riva Agüero.

El 1 de julio un congreso reunido en Guatemala con representantes de todas sus provincias decidió separarse de México, convirtiéndose así en las Provincias Unidas del Centro de América. El 2 de julio el conbreso se proclamó Asamblea Nacional Constituyente y adoptó temporalmente la constitución de Cádiz.

El 19 de julio Bernardo O'Higgins salió de Chile rumbo a Gran Bretaña, aunque finalmente se estableció en Perú.

Mientras tanto, en Perú, Riva Agüero decidió que no reconocía su destitución, decretó la disolución del congreso y formó un senado con diez diputados leales.

El 24 de julio tuvo lugar la batalla del Lago Maracaibo, tras la cual, el 3 de agosto capituló Francisco Tomás Morales y el 5 de agosto los españoles abandonaron definitivamente el territorio venezolano.

El 6 de agosto el congreso peruano nombró presidente a José Bernardo de Tagle y Portocarrero, marqués de Torre Tagle, con lo que en principio había dos presidentes, ya que algunos seguían considerando como tal a Riva Agüero.

La noche del 8 de agosto unos 450 griegos atacaron un campamento otomano en Karpenisi en el que había unos 13.000 hombres. El ataque fue un éxito hasta que el capitán griego, Markos Botsaris, resultó muerto de un disparo. Entonces se retiraron dejando cerca de un millar de turcos muertos.

Mehmet Alí fundó en Sudán la ciudad de Jartum.

Seis meses atrás había muerto accidentalmente en Creta Hasán Pachá, pero Mehmet Alí envió a la isla a otro de sus yernos, Hussein Bey, que llegó con 12.000 soldados de refuerzo. Los Cretenses lograron reunir un ejército de unos 3.000 hombres, pero fueron derrotados el 20 de agosto en la batalla de Amourgelles.

Ese mismo día murió el papa Pío VII, que fue sucedido por el cardenal Annibale Sermattei della Genga, que adoptó el nombre de León XII. Tenía sesenta y nueve años y estaba enfermo, y precisamente fue elegido con idea de que no durara mucho, pero, contra todo pronóstico, se recuperó de su enfermedad. Trasladó la corte pontificia del monte Quirinal al monte Vaticano.

El 25 de agosto Andrés de Santa Cruz se enfrentó a los realistas peruanos en la batalla de Zepita, que resultó indecisa.

El 31 de agosto los cien mil hijos de san Luis obtuvieron su victoria más reñida en España: capturaron la península fortificada de El Trocadero, que defendía Cádiz. En la operación perdieron unos 400 hombres. A continuación los franceses empezaron a bombardear Cádiz, donde unos 14.000 hombres defendían al gobierno y a las Cortes.

El 1 de septiembre Simón Bolívar entró en Perú.

Ese mismo día murió el economista británico David Ricardo.

El gobierno de los Estados Unidos firmó el tratado de Moultrie Creek con varios jefes semínolas, en virtud del cual se establecía un extenso teritorio en Florida en el que los semínolas podrían vivir bajo la protección de los Estados Unidos siempre y cuando permanecieran en paz y respetaran las leyes. Además, los semínolas se comprometían a permitir que se trazaran carreteras para cruzar su territorio así como a capturar y devolver cualquier esclavo fugitivo que entrara en su territorio.

Rafael de Riego trataba de organizar la resistencia contra los franceses en Andalucía, pero el 15 de septiembre fue abandonado por sus soldados y tomado prisionero.

Ese mismo día el gobierno de Buenos Aires presentó un memorandum en Río de Janeiro reclamando la soberanía de la provincia Cisplatina. La respuesta que recibió venía a decir esencialmente: "De eso ni hablar".

Tras tres semanas de bombardeo, el gobierno liberal español llegó a un acuerdo con el rey Fernando VII: Éste sería liberado bajo la promesa de que defendería el régimen constitucional, y a cambio se rendiría la ciudad de Cádiz. Así se hizo el 23 de septiembre, pero, tan pronto como el rey se vio arropado por los franceses, faltó una vez más a sus compromisos y el 1 de octubre declaró nulas todas las leyes aprobadas en los tres años de la historia de España conocidos desde entonces como el trienio liberal o trieno constitucional. Durante los años siguientes, unas 30.000 personas fueron ejecutadas. Juan Martín Díez, el Empecinado, que había combatido a los franceses, huyó a Portugal. Con todo, la represión fue menos severa de lo que podría haber sido gracias a la presión del gobierno francés.

El octubre una coalición de varias tribus indias atacó simultáneamente varias ciudades del sur de la provincia de Buenos Aires. El gobernador Martín Rodríguez, sin fuerzas suficientes para responder a tales ataques, empezó a gestionar el alquiler de un ejército a la provincia de Entre Ríos.

La resistencia liberal en Cataluña había estado dirigida por Francisco Espoz y Mina, pero el 2 de noviembre se rindió Barcelona, y Espoz y Mina tuvo que huir a Gran Bretaña. También Francisco de Goya consideró prudente el exilio, y se marchó a Burdeos.

El 7 de noviembre fue ahorcado en Madrid Rafael de Riego, entre los insultos de la misma población que unos meses antes lo había aclamado.

El 18 de noviembre el congreso peruano promulgó una constitución y ratificó al marqués de Torre Tagle como presidente de la república.

El 23 de noviembre el duque de Angulema entraba en Francia, dejando en España un ejército de ocupación de 45.000 hombres.

Simón Bolívar había ordenado combatira a José de la Riva Aguero y estuvo a punto de desencadenarse una guerra civil en el Perú, pero el 25 de noviembre Riva Agüero fue apresado por sus propios partidarios, quienes desobedecieron la orden de fusilarlo y lo desterraron a Guayaquil.

El 29 de noviembre se celebró en Berlín la boda del príncipe Federico Guillermo (hijo del rey Federico Guillermo III de Prusia) con Isabel Luisa de Baviera, hija del rey Maximiliano I.

Gran Bretaña estaba apoyando a las colonias españolas en América en su lucha por la independencia. Aportaba dinero en forma de préstamos sustanciosos, así como soldados voluntarios y material de guerra, siempre de forma extraoficial. Su objetivo era bien claro: romper el monopolio español sobre el comercio con sus colonias y, más aún, obtener un trato de favor, si no de exclusividad, en dicho comercio. En todas las reuniones de las potencias europeas acaecidas tras el Congreso de Viena, Gran Bretaña se había ocupado de vetar toda idea de ayudar a España a recuperar sus colonias. Sin embargo, su posición era delicada, pues difícilmente podía defender la creación y el reconocimiento de repúblicas independientes en una Europa dominada por las ideas de Metternich, que no concebía otra forma de gobierno que la monarquía absoluta y que sostenía sin vacilar el derecho de las potencias a intervenir en cualquier país extranjero para sofocar cualquier clase de revuelta. Por ello, el ministro británico de asuntos exteriores, George Canning, llevaba un tiempo animando a los Estados Unidos a que hicieran una declaración contraria a toda intervención europea en América. Canning se ofreció a hacer una declaración conjunta, pero —tal y como probablemente esperaba— el secretario de Estado estadounidense, John Quincy Adams, consideraró que en tal caso la declaración sería considerada en Europa como una iniciativa británica en la que los Estados Unidos desempeñarían un papel secundario, si no insignificante. Por ello, Adams sugirió al presidente Monroe que hiciera una declaración unilateral en esa línea, sin el respaldo oficial británico, pero contando con que Gran Bretaña la respaldaría tácitamente. Esto era justo lo que Canning deseaba. Thomas Jefferson también se mostró partidario de tal declaración.

Adams propuso que fuera enviada a las principales potencias europeas. En ella se establecería que, en contrapartida a la no intervención de Europa en los asuntos americanos, los Estados Unidos tampoco intervendrían en los asuntos europeos. Sin embargo, el secretario de Guerra, John Caldwel Calhoun, se opuso a lo del envío de la declaración. Muchas potencias podrían considerarla ofensiva y rechazarla despectivamente. Finalmente se optó por que la declaración formara parte del discurso sobre el estado de la nación que James Monroe pronunció en el Congreso el 2 de diciembre:

Los ciudadanos de los Estados Unidos abrigamos los más amistosos sentimientos en favor de la libertad y felicidad de los pueblos en ese lado del Atlántico. En las guerras de las potencias europeas por asuntos de su incumbencia nunca hemos tomado parte, ni comporta a nuestra política el hacerlo. Solo cuando se invadan nuestros derechos o sean amenazados seriamente responderemos a las injurias o prepararemos nuestra defensa. Con las cuestiones en este hemisferio estamos necesariamente más inmediatamente conectados, y por causas que deben ser obvias para todo observador informado e imparcial. El sistema político de las potencias aliadas es esencialmente diferente en este respecto al de América. Esta diferencia procede de la que existe entre sus respectivos Gobiernos; y a la defensa del nuestro, al que se ha llegado con la pérdida de tanta sangre y riqueza, que ha madurado por la sabiduría de sus más ilustrados ciudadanos, y bajo el cual hemos disfrutado de una felicidad no igualada, está consagrada la nación entera. Debemos por consiguiente al candor y a las amistosas relaciones existentes entre los Estados Unidos y esas potencias declarar que consideraremos cualquier intento por su parte de extender su sistema a cualquier porción de este hemisferio como peligroso para nuestra paz y seguridad. Con las colonias o dependencias existentes de potencias europeas no hemos interferido y no interferiremos. Pero con los Gobiernos que han declarado su independencia y la mantienen, y cuya independencia hemos reconocido, con gran consideración y sobre justos principios, no podríamos ver cualquier interposición para el propósito de oprimirlos o de controlar en cualquier otra manera sus destinos, por cualquier potencia europea, en ninguna otra luz que como una manifestación de una disposición no amistosa hacia los Estados Unidos. En la guerra entre esos nuevos Gobiernos y España declaramos nuestra neutralidad en el momento de reconocerlos, y a esto nos hemos adherido y continuaremos adhiriéndonos, siempre que no ocurra un cambio que en el juicio de las autoridades competentes de este Gobierno, haga indispensable a su seguridad un cambio correspondiente por parte de los Estados Unidos.
Los últimos acontecimientos en España y Portugal demuestran que Europa no se ha tranquilizado. De este hecho importante no hay prueba más concluyente que aducir que las potencias aliadas hayan juzgado apropiado, por algún principio satisfactorio para ellas mismas, el interponerse por la fuerza en los asuntos internos de España. Hasta que punto pueden extenderse, por el mismo principio, estas interposiciones es una cuestión en la que están interesados todas los países independientes, aun los más remotos, cuyas formas de gobierno difieren de las de estas potencias, y seguramente ninguno de ellos más que los Esados Unidos. Nuestra actitud con respecto a Europa, que se adoptó en una etapa temprana de las guerras que por tanto tiempo han agitado esa parte del globo, se mantiene sin embargo la misma, cual es la de no interferir en los asuntos internos de ninguna de esas potencias; considerar el gobierno de facto como el gobierno legítimo para nosotros; cultivar con él relaciones amistosas, y preservar esas relaciones con una política franca, firme y varonil, satisfaciendo siempre las justas demandas de cualquier potencia, pero no sometiéndose a injurias de ninguna.
Pero con respecto a estos continentes, las circunstancias son eminente y conspicuamente diferentes. Es imposible que las potencias aliadas extiendan su sistema político a cualquier porción de alguno de estos continentes sin hacer peligrar nuestra paz y felicidad; y nadie puede creer que nuestros hermanos del Sur, dejados solos, lo adoptaran por voluntad propia. Es igualmente imposible, por consiguiente, que contemplemos una interposición así en cualquier forma con indiferencia. Si contemplamos la fuerza comparativa y los recursos de España y de esos nuevos Gobiernos, y la distancia entre ellos, debe ser obvio que ella nunca los podrá someter. Sigue siendo la verdadera política de los Estados Unidos dejar a las partes solas, esperando que otras potencias sigan el mismo curso...

Con el tiempo, esta declaración de intenciones fue conocida como la doctrina Monroe, sintetizada en la frase América para los americanos. En Europa fue acogida con indiferencia, principalmente porque los Estados Unidos no tenían la capacidad militar necesaria para hacerla efectiva.

El Senado y el ejecutivo griegos no dejaban de enfrentarse una y otra vez. La tensión llegó a su extremo cuando el 19 de diciembre el senado cesó a un miembro del ejecutivo, Andréas Metaxás, y lo sustituyó por un político. El 21 de diciembre un hijo de Kolokótronis marchó al frente de doscientos hombres y disolvió el Senado. Éste se volvió a reunir y decretó el cese de todos los miembros del ejecutivo. Se inició así una guerra civil.

El 27 de diciembre Chile aprobó una nueva constitución.

La independencia de México
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