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Desde el fallecimiento de Rafael Carrera, cinco años
atrás, Guatemala seguía bajo la dictadura de Vicente
Cerna Sandoval. Recientemente se había producido un
levantamiento en su contra dirigido por Serapio Cruz y Justo
Rufino Barrios, pero el 1 de enero de
1870 los rebeldes fueron derrotados, Cruz fue decapitado
y su cabeza fue expuesta públicamente. Barrios logró
huir a México.
El 3 de enero fue investido como
presidente de Liberia Edward James Roye. Había
nacido en Ohio, donde había llegado a cursar estudios
universitarios. Hacía más de dos décadas que
había emigrado a Liberia, donde organizó un negocio
como comerciante. Había sido parlamentario y presidente del
tribunal supremo de su país de adopción.
El 5 de enero Louis Riel se
entrevistó con delegados del gobierno canadiense para
tratar de llegar a un acuerdo sobre la incorporación a
Canadá de los territorios británicos en
Norteamérica.
El 6 de enero tuvo lugar la segunda
sesión del Concilio Vaticano I. Es Espíritu
Santo debía de estar ocupado en otras cosas, porque los
obispos discutieron sobre varias cuestiones y no se llegó a
aprobar nada. A partir de entonces las discusiones se centraron
rápidamente en dos temas: la infalibilidad papal y la
relación entre fe y razón.
El 9 de enero algunos de los
procanadienses que los mestizos seguidores de Louis Riel
tenían retenidos en Fort Garry lograron evadirse.
El 10 de enero el presidente haitiano
Sylvain Salnave fue capturado y entregado a su rival, Nissage
Saget. De regreso en Puerto Príncipe, fue juzgado y
condenado a muerte por traición y por haber ordenado
matanzas. Fue ejecutado el 15 de enero.
Habiéndo fracasado la anexión a España, el
dominicano Buenaventura Báez había negociado un
acuerdo encaminado a la anexión de la República
Dominicana a los Estados Unidos. El presidente Grant había
exigido en una primera etapa la instalación de una base
naval en territorio dominicano y un lugar en el que pudieran
asentarse colonos negros. A cambio los Estados Unidos
asumirían 1.5 millones de dólares de la deuda
dominicana, pero el Senado estadounidense rechazó la
propuesta y al final quedó en nada.
El 17 de enero el Estado de
Mississippi aprobó las enmiendas decimocuarta y
decimoquinta a la constitución estadounidense. El 26 de enero Virginia fue readmitida en el
congreso de los Estados Unidos.
El 3 de febrero el Estado de Iowa
aprobó la decimoquinta enmienda y así ya eran 28 de
37 los Estados que la habían aceptado (las tres cuartas
partes), lo cual la hacía entrar en vigor. Texas la
aprobaría unos días más tarde (junto con la
decimocuarta) y sólo quedaban sin ratificarla Nueva Jersey,
Delaware, Oregón, California, Maryland, Kentucky y
Tennessee. Ese año el Tribunal Supremo rechazó la
pretensión del Estado de Virginia de que Virginia
Occidental, escindida durante la guerra civil, fuera reincorporada
a su territorio. De este modo, el único cambio territorial
que se había producido durante la guerra fue ratificado
para siempre. Ambos Estados seguían discutiendo sobre
cómo debían repartirse las deudas de Virginia
previas a la guerra.
El dictador paraguayo Francisco Solano López había
emprendido una marcha desesperada que le resultó muy
exitosa, pues logró matar a más de dos mil de sus
hombres en pequeños combates, además de por el
hambre y las enfermedades. El 8 de febrero
llegó a Cerro Corá, donde se dispuso a
esperar a los brasileños que le perseguían.
El gobierno español andaba a la busca de un rey que
reemplazara a Isabel II. Una propuesta fue la de Fernando de
Sajonia-Coburgo, el que había sido rey de Portugal por su
matrimonio con la reina María II, regente durante la
minoría de edad de su hijo Pedro V y padre también
del rey actual, Luis I. Sin embargo, el príncipe
rechazó la oferta y hubo que seguir buscando. Otro
candidato más interesado era Antonio de Orleans, el duque
de Montpensier, que había sido en su día candidato a
esposo de Isabel II y que al final acabó casado con su
hermana Luisa Fernanda. Otro candidato (aunque éste por
iniciativa propia y no del gobierno español) era Enrique
de Borbón, cuñado de Isabel II, con un amplio
currículum revolucionario a sus espaldas (incluso
había solicitado ser admitido en la AIT). Tres años
atrás había sido expulsado de España por sus
ataques al gobierno, y sólo había podido regresar
después de que se fuera la reina. Ahora iniciaba una
ácida campaña electoral con panfletos contra su
primo Antonio. Naturalmente, entre los candidatos autoproclamados
estaba también Carlos María de Borbón, el
pretendiente carlista, que ya se consideraba el legítimo
rey Carlos VII de España.
El general Prim (que rechazaba de plano a cualquier Borbón
como rey de España) había propuesto otro candidato:
Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen, hermano del domnitor
Carlos de Rumanía, cuyo principal inconveniente era que a
los españoles les costaba recordar su nombre (había
quienes lo llamaban Leopoldo de ¡Oleole si me eligen!).
El propio Prim se entrevistó con Carlos Antonio de
Hohenzollern-Sigmaringen, el padre de Leopoldo y Carlos,
para negociar la cuestión, y el canciller Otto von Birmarck
se mostró muy interesado. Sin embargo el emperador
Napoleón III de Francia se opuso rotundamente a que un
Hohenzollern fuera rey de España, de modo que Francia
quedara atenazada en caso de un conflicto con Prusia. Tras la
debida negociación diplomática con el rey Guillermo
I de Prusia, el príncipe Carlos Antonio anunció la
retirada de la candidatura de su hijo. Prim también
había estado tanteando al duque Amadeo de Aosta, el
segundo hijo del rey Víctor Manuel II de Italia, que
también rechazó la oferta.
El 13 de febrero se estrenó el
vals para coro y orquesta Nueva Viena, de Johann Strauss.
No lo dirigió el compositor porque tenía un
compromiso para la misma fecha.
El 14 de febrero desembarcó en
las costas venezolanas un exiliado llamado Antonio
Guzmán Blanco, que había huido del país
el año anterior cuando una multitud partidaria del gobierno
irrumpió en una fiesta que había organizado y
atacó con piedras a los presentes. Llegó al
país sabiendo que contaba con numerosos partidarios y, en
efecto, al cabo de unos días había reunido un
ejército de unos 7.000 hombres con los que puso en jaque al
gobierno de José Ruperto Monagas.
Después de que se hubieran producido algunas evasiones
más de Fort Garry, en vista de que las negociaciones con
los canadienses iban por buen camino, el 15 de
febrero Louis Riel liberó al resto de detenidos
con el compromiso de que harían lo posible por contener la
agitación contra los mestizos y el gobierno provisional.
Pero, desde hacía varios días, diversos grupos de
procanadienses se estaban organizando y reclutando hombres para
deponer el gobierno provisional mestizo. El 17
de febrero los hombres de Riel capturaron a 48 hombres
cerca de Fort Garry, y otros que estaban a punto de
reunirse con ellos huyeron hacia Ontario. Riel quiso que el
cabecilla, el mayor Charles Boulton, recibiera un castigo
ejemplar y un juicio lo condenó a muerte por oponerse al
gobierno provisional. Sin embargo, los negociadores canadienses lo
convencieron para que lo indultara.
El 23 de febrero Mississippi fue
readmitida en el Congreso de los Estados Unidos.
El 1 de marzo un ejército de
unos 2.600 brasileños llegó hasta la posición
de Francisco Solano López, que había logrado reducir
su ejército hasta 409 hombres. La batalla fue una
carnicería, pero esta vez el dictador no pudo huir. Fue
herido de un lanzazo en el vientre y de un sablazo en la frente,
hasta que fue rematado de un tiro por un soldado. Sus
últimas palabras fueron ¡muero con mi patria!
y, así era, había logrado matar a su patria antes de
morir. Se calcula que antes de la guerra el Paraguay contaba con
unos 450.000 habitantes, mientras que ahora quedaban unos 150.000,
de los cuales unos 28.000 eran varones adultos. En algunas
regiones la proporción entre mujeres y hombres era de 20 a
1.
América Latina había conocido hasta entonces
decenas de dictadores despóticos que habían
expoliado y expoliaban más o menos a sus patrias
respectivas, pero jamás ninguno había llegado a
provocar la aniquilación completa de su país como lo
había hecho López, cuya enajenación lo
había llevado a declarar la guerra a dos dos naciones mucho
más poderosas sin más motivo que el orgullo herido
porque una de ellas no había aceptado su mediación y
la otra no se había mostrado dispuesta a colaborar con
él, y luego había preferido llegar hasta la
aniquilación total antes que rendirse y ser desterrado como
lo habían sido tantos otros dictadores indeseables antes
que él. Hoy en día los paraguayos celebran en su
honor cada primero de marzo el Día de los
Héroes, una muestra entre otras muchas de cómo
la gente está dispuesta a divinizar al mismo diablo para no
reconocer la estupidez sin sentido que supuso haberlo seguido
ciegamente. El caso histórico mejor documentado es la
reacción de los seguidores de Jesús cuando se lo
encontraron muerto en la cruz, con la diferencia de que
Jesús era un infeliz que bien podía pasar por hijo
de virgen, mientras que el carácter del dictador paraguayo
sólo induce a situar a su madre en el extremo opuesto de la
virginidad (aunque la pobre mujer pudiera no haber tenido en
realidad culpa ninguna).
(Hablando de estúpidos, el mormón Martin Harris, el
hombre con más elementos de juicio para haber comprendido
—de haber tenido dos dedos de frente— el espectacular fraude que
había sido Joseph Smith, a sus 87 años se
trasladó al territorio de Utah, donde fue aceptado y
rebautizado por la comunidad de Bigham Young. Seguía
jurando y perjurando que había contemplado con sus ojos las
planchas doradas del Libro de Mormón.)
Los pocos focos de resistencia que quedaban en Paraguay
depusieron las armas pocos días después en cuanto se
enteraron de la muerte de López. A mediados del año
anterior se había creado en Asunción un gobierno
paralelo al de López presidido por tres triúniviros:
Cirilo Antonio Rivariola, Carlos Loizaga y José
Díaz de Bedoya. Brasil, Argentina y Uruguay se
pelearon por las condiciones del tratado de paz que
impondrían al Paraguay, y esto dio juego al gobierno
paraguayo para negociar en aguas revueltas y evitar al menos que
todo el país fuera repartido entre los vencedores.
Finalmente Argentina y Brasil se quedaron con una buena parte del
territorio paraguayo y los tres aliados exigieron una fuerte
indemnización que, desde luego, Paraguay no estaba en
condiciones de pagar en ese momento, sino que se
convertiría en una deuda que tardaría años en
saldar. Por lo demás, el país quedó bajo
tutela brasileña mientras se organizaba un nuevo gobierno.
Brasil era en esa época la nación más
próspera de América después de los Estados
Unidos. La afluencia de inmigrantes era cada vez mayor y estaba
experimentando un rápido desarrollo económico. Era
el único país americano en el que la esclavitud era
legal (aparte de las colonias españolas de Cuba y Puerto
Rico). Entre sus pocos, pero enérgicos, detractores estaba
el emperador Pedro II, que, no obstante, carecía de poderes
constitucionales para abolirla, si bien estaba haciendo una
intensa campaña para lograrlo.
La decisión de Louis Riel de indultar a Boulton
había sido tomada como un signo de debilidad por otro de
los prisioneros, Thomas Scott, quien empezó a
insubordinarse contra los guardianes que lo vigilaban, hasta el
punto de que éstos pidieron que fuera juzgado por
insubordinación. En el juicio insultó a todo mestizo
viviente y se mostró violento en varias ocasiones con los
guardias, hasta el punto de que el juez acabó
condenándolo a muerte. Nuevamente hubo intercesiones en su
favor, pero esta vez Riel se mostró inflexible. El 4 de marzo Scott fue fusilado.
Terminada la guerra contra Paraguay, era buen momento para
empezar otra: desde que los colorados uruguayos se hicieron con el
control de su país gracias a la ayuda que Brasil prestara
al ya fallecido Venancio Flores, los blancos habían sido
sometidos a toda clase de persecuciones y amenazas, de modo que
buena parte de ellos no había tenido mejor opción
que exiliarse, principalmente en Argentina. En la madrugada del 5 de marzo, 44 de estos exiliados mal
armados dirigidos por Timoteo Aparicio cruzaron el
río Uruguay.
El 11 de marzo murió el rey
Moshoeshoe I de Basutolandia. Desde primeros de año
había abdicado en su hijo y sucesor Letsie I.
Harto de los ataques de Enrique de Borbón, el duque de
Montpensier lo desafió a un duelo, que se celebró en
Madrid el 12 de marzo, y en el que
Enrique acabó muerto. Sin embargo, la opinión
pública no vio el suceso con buenos ojos. Además los
duelos estaban prohibidos y el duque fue sometido a un consejo de
guerra que lo condenó a un mes de destierro de Madrid. Pero
la consecuencia principal fue que sus posibilidades de ser elegido
rey de España habían disminuido considerablemente.
Enrique de Borbón dejó cinco hijos que fueron
adoptados por su tío, Francisco de Asís.
Ese mismo día el sultán Abdülaziz I
promulgó un edicto por el que se constituía el Exarcado
Búlgaro, es decir, la Iglesia Ortodoxa
búlgara, que adquiría así una
organización propia, aunque seguía supeditada al
patriarca de Constantinopla. Esta medida era una concesión
al creciente nacionalismo búlgaro, que tenía una
gran componente religiosa, y fue apoyada por el embajador ruso en
Constantinopla. El año anterior se había creado en
Rumanía un Comité Central Revolucionario
Búlgaro.
El 16 de marzo se estrenó la
obertura Romeo y Julieta de Chaikovsky bajo la batuta de
Nikolái Rubinstein. El día anterior Rubinstein
había sido declarado culpable en un pleito a causa de un
escándalo relacionado con una estudiante. El público
quiso mostrar su solidaridad con el director y toda la
atención giró a su alrededor. La obertura
pasó inadvertida. Chaikovsky se decidió a aceptar
algunas críticas de Balákirev y se dispuso a rehacer
la pieza. La autocrítica lo llevó a destruir las
partituras de algunas piezas compuestas anteriormente, como el
poema sinfónico Fatum y su ópera El
vóivoda. Ambas fueron reconstruidas tras su muerte a
partir de las partituras para los distintos instrumentos de la
orquesta.
El 19 de marzo Nissage Saget fue
elegido presidente de Haití para un mandato de cuatro
años.
Anna Leonowens se encontraba en Nueva York, donde el año
anterior había abierto una escuela para chicas y enviaba
periódicamente relatos a un periódico de Boston en
los que narraba sus experiencias en la corte del rey Rama IV de
Siam. Ahora los reunía en un volumen que le
proporcionó cierta fama, aunque también algunas
acusaciones de sensacionalismo, así como de exagerar la
influencia que llegó a tener sobre el rey.
El 30 de marzo Texas fue readmitida en
el Congreso de los Estados Unidos. El 31 de
marzo un vigilante de un colegio de Nueva Jersey llamado
Thomas Peterson se convirtió en el primer negro en
votar tras la aprobación de la decimoquinta enmienda. (La
votación era sobre el status jurídico de su ciudad,
Perth Amboy, dentro del Estado). Posteriormente Peterson
sería el primer negro en formar parte de un jurado. Los
negros tenían la mayoría absoluta en las
legislaturas de Mississippi, Luisiana y Carolina del Sur, y
alcanzaron el 40% de los votos en otros Estados ex-confederados.
Esto había provocado una reacción blanca,
principalmente a través del Ku Klux Klan y otras
agrupaciones paramilitares de "demócratas" (valga la
contradicción) la cual a su vez provocó una
reacción por parte del gobierno federal, que ese mismo
día prohibió el uso del terrorismo, la fuerza o el
engaño para evitar el voto de los ciudadanos por motivos
raciales. El presidente recibió autoridad para emplear el
ejército federal contra toda organización que
tratara de coartar el derecho de voto. Durante los años
siguientes, muchos miembros del Ku Klux Klan fueron arrestados y
tratados como terroristas. La ley permitía incluso
suspender el habeas corpus.
En los Estados Unidos de Colombia se celebraron elecciones
presidenciales, y Eustorgio Salgar, perteneciente al
sector radical del partido liberal, obtuvo la victoria frente a
Tomás Cipriano de Mosquera. Pese a ello, Salgar tomó
posesión del cargo el 1 de abril.
El 4 de abril se celebró una
reunión regional en Suiza de la Asociación
Internacional de Trabajadores en la que se produjo un desencuentro
entre un sector marxista y otro bakunista: los bakunistas
consideraban que los trabajadores debían abstenerse de toda
participación en la política, pues esto sólo
servía para preservar el orden de cosas establecido,
mientras que los marxistas veían en la actividad
política una poderosa herramienta de agitación. Ese
año Engels trasladó su residencia a Londres, para
trabajar más estrechamente junto a Marx.
El año anterior había muerto de meningitis la hija
de 13 meses de Edvard Grieg. Una vez repuesto de la desgracia, se
animó a aprovechar la beca que el gobierno le había
concedido para viajar a Italia, y en Roma se encontró con
Liszt, a quien le presentó su concierto para piano y
orquesta. Liszt tomó la partitura que contenía tanto
la parte de piano como la de la orquesta e interpretó ambas
al piano en tiempo real, sin ensayos previos. La audiencia
quedó impresionada, pero Grieg no por ello dejó de
indicarle que había tocado demasiado rápido el
primer movimiento. Liszt le hizo algunas sugerencias para mejorar
la orquestación y, sobre todo, le dio muchos ánimos.
Le dijo: Siga firme en su camino. En verdad le digo que usted
tiene capacidad. Y sobre todo no se deje intimidar. Estas
palabras le servirían de mucho en lo sucesivo.
Los federales argentinos estaban cada vez más descontentos
con Justo José de Urquiza, que había apoyado al
gobierno en la lucha contra el Paraguay y no había apoyado
las rebeliones federales. Por ello, el 11 de
abril unos cincuenta hombres dirigidos por el coronel Simón
Luengo entró en su residencia y acabó con su
vida. Urquiza trató de defenderse con un fusil, pero
recibió un disparo en la cabeza y fue rematado a
puñaladas. Poco después dos de sus hijos
también resultaron muertos. En realidad el ataque lo
había organizado el general Ricardo López
Jordán, cuyo destino, con un magnicidio a sus
espaldas, no podía ser otro: el 14 de
abril fue elegido sucesor de Urquiza como gobernador de
Entre Ríos. Naturalmente, el gobierno nacional no vio esto
con buenos ojos y el 19 de abril se
presentaba en Entre Ríos un ejército de veteranos de
la guerra del Paraguay bajo el mando de Emilio Mitre
(hermano del ex-presidente Bartolomé Mitre). Jordán
consideró su presencia como una agresión y
llamó a los entrerrianos a defenderse del ejército
nacional. En correspondencia, el presidente Sarmiento,
declaró a Jordán en rebeldía dio orden de
reducirlo. Se inició así la típica guerra
civil sudamericana.
El 24 de abril el Concilio Vaticano I
aprobó la Constitución Dogmática Dei
Filius con los contenidos siguientes:
Por lo tanto, todos los fieles cristianos tienen prohibido defender como legítimas conclusiones de la Ciencia aquellas opiniones que se sabe son contrarias a la doctrina de la fe, particularmente si han sido condenadas por la Iglesia y, más aún, están absolutamente obligados a sostener que son errores que tienen la engañosa apariencia de verdad.En suma, que si la razón contradice a la fe, hay que tener fe en que la razón se equivoca. ¡Así cualquiera hace coincidir fe y razón!
El 27 de abril se produjo un golpe de
estado rutinario protagonizado por Tomás Guardia
Guitiérrez, que depuso al presidente costarricense
Jesús Jiménez Zamora y puso en su lugar un
presidente títere llamado Bruno Carranza
Ramírez.
Al mismo tiempo, tras haber obtenido varias victorias decisivas,
Antonio Guzmán Blanco entraba en Caracas. José
Ruperto Monagas firmó la rendición del gobierno y
Guzmán se convirtió en el nuevo presidente, si bien
los seguidores de la "revolución azul" seguirían
oponiendo resistencia durante más de un año, sobre
todo al sur del país.
A pesar de que la ejecución de Scott había
complicado bastante las cosas, las autoridades canadienses
habían llegado finalmente a un acuerdo con los mestizos y
el 12 de mayo su territorio fue
integrado en la Confederación Canadiense como la provincia
de Manitoba.
Tras la retirada de la candidatura de Leopoldo de
Hohenzollern-Sigmaringen, el general Prim había empezado a
barajar otras alternativas, su siguiente opción fue el
duque Tomás de Génova, sobrino de 16
años del rey Víctor Manuel II de Italia. Las Cortes
Españolas habían aprobado su candidatura a
condición de que se casara con una de las hijas del duque
de Montpensier. Sin embargo, al final el duque también se
echó atrás. El único candidato viable
parecía el duque de Montpensier, pero Primo no lo
quería. Así, el 13 de mayo llegó
a escribir una carta al general Espartero, que tenía ya 77
años, preguntándole con mucho tacto si
aceptaría la corona en caso de que el parlamento decidiera
concedérsela. El general rechazó cortésmente
el ofrecimiento en un escrito breve en el que aconsejaba
además no entregar la corona a ningún
príncipe estranjero.
El 20 de mayo el rebelde argentino
Ricardo López Jordán fue derrotado en la batalla de
El Sauce.
El 25 de mayo se estrenó en
París el ballet Coppélia, de Léo
Delibes, la obra que lo llevó a la fama.
Mientras tanto, unos 600 miembros y simpatizantes de la Hermandad
Feniana se reunieron en el Estado de Vermont para llevar a
cabo una nueva invasión al Canadá. La llevaron a
cabo, pero fueron fácilmente rechazados en la batalla de Eccles
Hill, de donde huyeron perseguidos por los canadienses
dejando cinco muertos. Entre las fuerzas británicas que les
hicieron frente estaba el príncipe Arturo, el
séptimo hijo de la reina Victoria, que tenía
entonces veinte años.
Ismaíl Pachá, el virrey otomano de Egipto,
había intentado convencer a Giuseppe Verdi para que
escribiera una pieza (una oda) para la inauguración del
canal de Suez, el año anterior, pero Verdi se había
excusado explicando que "no componía piezas de
circunstancias". El año anterior también se
había inaugurado (con Rigoletto) el teatro lírico de
El Cairo, pero la directiva estaba presionando a Verdi para que
compusiera una ópera para el teatro. Verdi se negó
también, pero cuando se enteró de que la propuesta
podría aceptarla Charles Gounod o, peor aún, Richard
Wagner, cambió de idea. Le presentaron un libreto que le
pareció interesante y el 2 de junio
aceptó poner música a Aída.
Los españoles capturaron a Óscar de
Céspedes, hijo del revolucionario cubano Carlos
Manuel de Céspedes. Le propusieron liberarlo si renunciaba
a la lucha por la independencia, pero su respuesta fue: Díganle
al general Cabellero de Rodas que Óscar no es mi
único hijo: soy padre de todos los cubanos que han muerto
por la revolución. El 3 de junio
los españoles fusilaron a Óscar.
El 4 de junio el gobierno
español aprobó la libertad de vientres para
Puerto Rico, es decir, estableció que los hijos de esclavos
serían libres.
Desde principios de año, con el consentimiento de su
médico, Charles Dickens había iniciado otra serie de
lecturas por Gran Bretaña, para compensar las que
había tenido que cancelar el año anterior. Pero el 8 de junio sufrió un ataque que lo
dejó inconsciente y murió al día siguiente,
el 9 de junio.
A primeros de año, Seguéi Necháyev se
había presentado de nuevo en Ginebra ante Bakunin. Enterado
de que Rusia había solicitado su captura y
extradición para ser juzgado por asesinato, Bakunin
movilizó a la AIT en defensa de su compatriota. Sin
embargo, Negáchev terminó estafando una importante
suma de dinero a sus defensores. Cuando Bakunin comprendió
que había sido engañado le escribió una larga
carta en la que le censura sus métodos inmorales y
manipuladores.
El 25 de junio Isabel II abdicó
en favor de su hijo Alfonso, de 13 años, que se
convertía así en el rey Alfonso XII para los
monárquicos no carlistas, y un candidato más que el
parlamento podía considerar en su búsqueda de un rey
para España. Sin embargo, los recelos a que se convirtiera
en una marioneta de su madre le hicieron ganar muchos detractores.
El 26 de junio Wagner estrenó
en Munich La Valkiria, la segunda parte de su
tetralogía a la que había titulado El anillo de
los Nibelungos.
El 2 de julio Bismarck anunció
que Lepolodo de Hohenzollern-Sigmaringen aceptaba de nuevo la
candidatura a la corona española. La noticia inflamó
a la prensa francesa. El 6 de julio el
ministro francés de asuntos exteriores, Agénor
de Gramont, pronunció un discurso belicista contra
Prusia ante la asamblea legislativa que fue muy aplaudido y del
que la prensa se hizo eco el 7 de julio.
Los periódicos más importantes reclamaban una
declaración de guerra contra Prusia. En Berlín, el
secretario de Estado afirmaba no saber dónde estaba
Birmarck. El embajador francés, el conde Vincent
Benedetti, se trasladó el 9 de
julio a Ems, donde el rey Guillermo I realizaba
una estancia en un balneario. Allí le pidió que
hablara con el príncipe Leopoldo, el cual retiró por
segunda vez su candidatura el 12 de julio.
Estas conversaciones se habían producido a espaldas de
Birmarck, quien al enterarse montó en cólera y
amenazó con dimitir si el rey recibía otra vez a
Benedetti. Sin embargo, el 13 de julio
Benedetti pidió una nueva audiencia y el rey accedió
a entrevistarse con él en un paseo informal. El embajador
solicitó en nombre de Francia que Guillermo I confirmara
por escrito la retirada de la candidatura de Leopoldo, pero el rey
se negó cortésmente a poner nada por escrito sin
consultar antes a Birmarck, así que le dijo que no
tenía más información que el propio embajador
sobre la retirada de la candidatura, pero que le mantendría
informado.
Esa misma noche Guillermo I encargó a uno de sus
consejeros que enviara un telegrama cifrado a Bismark, en
Berlín. El texto enviado decía lo siguiente:
Su Majestad me ha escrito: "El conde Benedetti me ha abordado durante un paseo para pedirme finalmente, de un modo muy indiscreto, que le autorice a telegrafiar inmediatamente al emperador que yo me comprometo a no dar jamás mi consentimiento si los Hohenzollern renovaran su candidatura. Yo he terminado por negarme con bastante contundencia, dado que ni debía ni podía comprometerme indefinidamente de ese modo. Le he dicho, naturalmente, que todavía no he recibido ninguna información y, puesto que él estaba mejor informado que yo, tanto por la vía de París como por la de Madrid, debería comprender que mi gobierno no tenía de momento nada que decir".
Después Su Majestad ha recibido una carta del príncipe. Como Su Majestad había dicho al conde Benedetti que esperaba noticias del príncipe, ha resuelto, aconsejado por el conde Eulenbourg y por mí mismo, no volver a recibir al conde Benedetti a causa de sus reclamaciones, y comunicarle simplemente a través de un ayudante que Su Majestad ha recibido confirmación por parte del príncipe confirmación de la noticia que Benedetti había recibido ya de París, y que no tenía nada más que decir al embajador. Su majestad deja a Vuestra Excelencia que examine si hay o no necesidad de informar directamente a nuestros embajadores y a la prensa sobre la nueva exigencia de Benedetti y de la negativa que se le ha dado.
Cuando Birmark recibió el telegrama, estaba cenando con
dos generales: Helmuth von Moltke, el comandante en jefe
del ejército prusiano, y Albrecht von Roon, el
ministro de la guerra. Hasta el momento estaba convencido de que
su estrategia había fracasado y se planteaba dimitir, pero
tras leer el telegrama preguntó a sus comensales si
creían que sería posible derrotar a Francia en caso
de una declaración de guerra inminente, y la respuesta fue
afirmativa sin reservas. Entonces Birmarck redactó la
siguiente "versión resumida", según sus propias
palabras, del conocido como telegrama de Ems:
La noticia de la renuncia del príncipe heredero de Hohenzollern a sido oficialmente comunicada al gobierno imperial francés por el gobierno real español. Después, el embajador francés aún ha dirigido en Ems a Su Majestad el Rey la exigencia de autorizarlo a telegrafiar a Paris que Su Majestad el Rey se comprometía para siempre a no dar su consentimiento si los Hohenzollern volvieran a proponer su candidatura. Su Majestad el Rey ha rehusado recibir de nuevo al embajador francés y le ha comunicado a través del ayudante de servicio que Su Majestad no tiene nada más que comunicar al embajador.
Acto seguido, "siguiendo las instrucciones del Rey", lo
difundió entre toda la prensa prusiana al mismo tiempo que
lo enviaba a todas las embajadas. En virtud de los acuerdos de
colaboración entre las agencias de prensa europeas, el 14 de julio la noticia aparecía en
los periódicos franceses, que la interpretaron como un
desaire inaceptable hacia el embajador francés por parte
del rey de Prusia. Una muchedumbre salió a las calles de
París gritanto ¡Abajo Bismarck!, ¡Al Rin,
al Rin!
El 15 de julio Émile
Olivier, protegido de Napoleón III y una especie de
primer ministro extraoficial, declaró:
Quiero dejarlo bien claro: Puede suceder que un rey se niegue a recibir a un embajador. Lo que es insultante es la negativa intencional, divulgada en suplementos de periódicos (La Gaceta oficial de Berlín) y en telegramas enviados a todas las cortes de Europa.
En efecto, Birmarck había hecho imprimir un suplemento
especial para divulgar la noticia lo antes posible.
Ese mismo día Georgia fue readmitida en el Congreso de los
Estados Unidos, con lo que ya todos los Estados ex-confederados
habían recuperado la normalidad política.
Por otra parte, una vez resuelto el conflicto con los mestizos,
el gobierno británico transfirió a Canadá
todo el territorio bajo su soberanía en
Norteamérica, excepto la llamada Columbia Británica,
que permanecía como colonia británica independiente.
La Compañía de la Bahía de Hudson
recibió 300.000 libras como compensación por la
expropiación de la Tierra de Rupert.
El 17 de julio Olivier, en una
reunión de estudiantes y obreros en la Bastilla, impulsado
por el clamor generalizado, declara la guerra a Prusia.
Mientras tanto el Concilio Vaticano I discutía sobre la
infalibilidad papal. El Papa había dado orden de mantener
las discusiones en secreto, pero los obispos no consideraron
importante hacerle caso y la información llegaba a la
prensa. Unos periódicos la defendían y otros la
atacaban. Tras muchas discusiones, el 18 de
julio fue aprobada la infalibilidad del Papa en
cuestiones puramente teológicas (cuando define doctrinas de
fe o de costumbres).
El 19 de julio la declaración
de guerra a Prusia se hizo oficial. Bismark logró lo que
quería: todos los miembros de la Confederación
Alemana apoyaron a Prusia sin reservas.
Suiza se declaró neutral en el conflicto, y ambas partes
lo aceptaron. No obstante, desde hacía ya cuatro
días Suiza había movilizado 37.500 hombres para
proteger sus fronteras.
Ese mismo día el gobierno español reconoció
la independencia de Uruguay.
El 22 de julio murió el
compositor Josef Strauss. Durante una gira por Polonia se
había desmayado y su esposa lo había llevado a
Viena, donde murió poco después.
Ese mismo día la expedición alemana al Polo Norte
levantó su campamento en Groenlandia e inició el
viaje de regreso.
El 27 de julio la emperatriz Eugenia
es nombrada regente de Francia, y el 28 de
julio Napoleón III llega a Metz para ponerse al
frente del ejército.
El Comité Central Revolucionario Búlgaro
eligió como presidente al escritor Lyuben Karavelov,
que desde el año anterior editaba el periódico Svoboda,
difusor de las ideas revolucionarias. El 1 de
agosto, en una reunión celebrada en Ginebra,
presentó un programa destinado a fomentar un levantamiento
en toda Bulgaria contra el poder otomano. Para ello se puso en
contacto con Vasil Levski, que desde el año
anterior estaba organizando comités revolucionarios locales
en Bulgaria (mientras que Karavelov se dirigía
principalmente a exiliados búlgaros).
El 2 de agosto un ejército
francés cruzó la frontera alemana y tomó con
escasa resistencia la ciudad de Sarrebruck, que los
prusianos habían evacuado unos días antes.
El 4 de agosto el ejército
alemán (compuesto por unidades prusianas, bávaras,
de Baden y de Wurtenberg) atacó la ciudad de Wissenbourg
y al cabo de dos horas entró en la ciudad, de la que los
franceses tuvieron que retirarse. Luego recibieron refuerzos, pero
no tardaron en ser rechazados por los prusianos.
Ese mismo día las tropas francesas que protegían
Roma empezaron a evacuar la ciudad, en parte para emplearse en la
guerra contra Prusia, en parte porque Napoleón III
quería ganarse el apoyo italiano para ésta.
El 5 de agosto el ejército
prusiano inició una ofensiva contra Sarrebruck. El 6 de agosto los franceses se retiraban de la
ciudad, pero cometieron una serie de errores al no destruir los
puentes sobre el río Sarre, ni el telégrafo
ni las vías ferroviarias, con lo que los alemanes lo
tuvieron fácil para perseguirlos hasta territorio
francés. Allí se libró ese mismo día
la batalla de Forbach-Spicheren, donde los prusianos, que
superaban en número a su enemigo (45.000 hombres frente a
30.000) obtuvieron la victoria, aunque con bastantes más
bajas que los franceses.
Paralelamente, el ejército alemán que había
tomado Wissenbourg, que tras haber recibido refuerzos sumaba
más de 80.000 hombres, había avanzado en territorio
francés bajo el mando del príncipe Federico de
Prusia y derrotó a 37.000 franceses cerca de la ciudad de Wörth,
los cuales terminaron huyendo, perseguidos por los alemanes,
dejando unas 20.000 bajas en el campo de batalla.
El 7 de agosto los prusianos entraron
sin resistencia en Forbach.
Desde que John Cox Stevens ganara con el América
la regata organizada durante la exposición universal de
Londres, nadie había aceptado el reto de reclamar la copa
según lo dispuesto por Stevens, hasta ahora, cuando un
británico llamado James Lloyd Ashbury
desafió a los neoyorquinos con su yate Cambria. La
competición tuvo lugar el 8 de agosto
en Nueva York. Del mismo modo que Stevens había competido
contra catorce barcos del Real Escuadrón de Yates,
ahora Ashbury tuvo que enfrentarse a diecisiete barcos del Club de
Yates de Nueva York. Los neoyorkinos ganaron la que fue la primera
edición de la Copa América.
Mientras tanto otro ejército prusiano ponía bajo
asedio otro puesto fronterizo francés: la ciudad de Bitche,
después de que la guarnición francesa rechazara
varios intentos de ocupación.
Ese mismo día el presidente costarricense Bruno Carranza
presentó su dimisión por sus desavenencias con el
general Tomás Guardia (quien mandaba realmente) y
éste la aceptó inmediatamente. El 9 de agosto Guardia era reconocido como
presidente provisional de Costa Rica.
El 10 de agosto, las tropas francesas
que se retiraban de Wörth empezaron a llegar a la fortaleza
de Toul, que el príncipe Federico de Prusia
fijó como su objetivo siguiente.
El uruguayo Timoteo Aparicio estaba recorriendo el país
reclutando simpatizantes blancos para su causa y ahora se le
unía el general Anacleto Medina con 1.200 hombres.
Con la retirada de Roma de las tropas francesas, la Santa Sede
estaba defendida por unos pocos soldados voluntarios de varios
países que no suponían ninguna amenaza seria ante
una invasión italiana. Sin embargo, el gobierno italiano no
quería entrar en guerra con ninguna potencia europea a
causa de Roma, así que se inició una batalla
diplomática entre Italia y los Estados Pontificios: el Papa
pedía el soporte de las potencias europeas y el gobierno
italiano la neutralidad. Ese mismo día el ministro de la
guerra italiano, Giuseppe Govone, dio órdenes al
general Raffaele Cardona de que protegiera la frontera con
los Estados Pontificios de todo intento de invasión por
parte de cualquier ejército popular que pudiera formarse,
así como reprimir cualquier intento de insurrección
en Italia que propugnara la conquista de Roma.
El 12 de agosto, debido a problemas de
salud, el emperador Napoleón III cedió el mando
supremo del ejército francés al mariscal François
Achille Bezaine.
El 14 de agosto emisarios prusianos
pedían la rendición de Toul. Mientras tanto un
ejército francés que se dirigía hacia Metz
fue interceptado por un ejército prusiano en Borny-Colombey.
Los franceses tenían la superioridad numérica
(83.000 hombres frente a 67.000), pero empeñados en abrirse
paso para llegar a su destino no la supieron aprovechar. Los
prusianos tampoco tenían previsto el encuentro y no
pusieron mucho empeño. Finalmente dejaron el paso libre a
los franceses, pero los retrasaron doce horas, lo que fue decisivo
en los días siguientes.
Mientras tanto el príncipe Federico tomó la ciudad
de Mosela y el 15 de agosto
trató infructuosamente de tomar Toul, así que el 16 de agosto inició un asedio.
Ese mismo día una división prusiana de 30.000
hombres se encontró accidentalmente en Mars-la-Tour
con la vanguardia del ejército francés, los 127.000
hombres bajo el mando del mariscal Bezaine. Creyendo que se
trataba de la retaguardia del ejército que se retiraba
hacia Metz, los prusianos atacaron, y no tardaron en recibir
50.000 hombres de refuerzo que nivelaron las fuerzas. La firmeza
de los prusianos contrastó con la actitud vacilante de los
franceses. La maniobra más destacada fue una carga de
caballería que llevó a cabo el mayor Friedrich
Wilhelm Adalbert von Bredow, que fue preparada bajo el humo
de los cañones, de modo que, en un momento dado, los
franceses vieron salir de la nada la caballería prusiana a
unos 1.000 metros de sus líneas. La "Carga de la Muerte
de von Bredow" tuvo éxito, alcanzó las
líneas de artillería francesas, dispersó a la
infantería francesa. Con ello silenció la
artillería enemiga, sembró el pánico entre la
infantería y neutralizó a su caballería, que
al intentar contraatacar sufrió el fuego de la
infantería francesa, que disparaba a cualquier jinete que
se ponía a tiro, sin entrar pararse a hacer averiguaciones.
Finalmente, el 18 de agosto, se
produjo el choque entre el grueso del ejército
francés (113.000 hombres bajo el mando del mariscal
Bazaine) y el grueso del ejército prusiano (188.000 hombres
bajo el mando del general Helmuth von Moltke). Se produjo en Saint-Privat,
cerca de Metz. La batalla se prolongó durante todo el
día y al anochecer las bajas en ambos bandos eran enormes:
20.000 prusianos frente a 12.000 franceses. Bazaine decidió
entonces retirarse a Metz en lugar de proseguir la lucha al
día siguiente. El 20 de agosto los
prusianos pusieron bajo asedio la ciudad.
Ese mismo día el cardenal Giacomo Antonelli,
secretario de Estado del Papa Pío IX, envió una
petición a los gobiernos europeos para que se opusieran a "las
violencias del gobierno sardo por las que son amenazados".
La mayoría de los países se limitaron a no
responder, mientras que otros contestaron que no era asunto de su
incumbencia.
A las dos de la mañana del 30 de
agosto la guarnición francesa en Bitche hizo una
salida durante la cual destruyó varias instalaciones
prusianas.
En Paraguay se había aprobado una nueva
constitución basada en la constitución argentina, el
triúnviro José Díaz de Bedoya había
dimitido hacía unos meses y el 31 de
agosto lo hizo Carlos Lozaiga. Ese mismo día la
Asamblea Constituyente que había redactado la
constitución cesó al tercero, Cirilo Antonio
Rivarola, y eligió como presidente a Facundo
Machaín.
Mientras tanto el ejército prusiano que asediaba Bitche
recibió refuerzos con la orden de tomar la plaza. Mientras
tanto el mariscal Bazaine trató de romper el cerco de Metz
saliendo con algo mas de 3.000 hombres. Esperaba reunirse con un
ejército de 120.000 hombres que el propio emperador
Napoleón III conducía con la misión de
liberar Metz. Sin embargo, el general von Moltke había
iniciado una maniobra envolvente y el 1 de
septiembre inició un ataque cerca de Sedán
en el que los franceses terminaron completamente rodeados por
200.000 soldados prusianos y bávaros. Por su parte, Bazaine
fue rechazado y se vio obligado a replegarse a Metz.
El Paraguay habría perdido una guerra y la mayor parte de
su población, pero no su dignidad, y no estaba dispuesto a
pasar la vergüenza de ser gobernado democráticamente.
A pesar de que apenas quedaban militares, Cirilo Antonio Rivarola
se las arregló para dar un golpe de estado tan sólo
un día después de que Facundo Machaín hubiera
sido elegido presidente, y se hizo reconocer como presidente
provisional.
El 2 de septiembre, tras varios
intentos frustrados de romper el cerco alemán, sumando ya
17.000 bajas, el emperador Napoleón III ordenó izar
la bandera blanca. Así los prusianos capturaron a 80.000
soldados franceses, entre los que se encontraba el
mismísimo emperador, la rendición fue presenciada
por el propio rey Guillermo I de Prusia y por Birmarck, que
habían acudido a Sedán (aunque manteniéndose
a una prudencial distancia del campo de batalla). También
estuvo presente el general estadounidense Philipp Sheridan, en
calidad de invitado del rey de Prusia. A petición propia,
el presidente Grant lo había enviado como observador a
Prusia. Cuando regresó a los Estados Unidos, su informe fue
que, aunque los prusianos habían luchado muy valerosamente
en cada batalla, no había nada que aprender de ellos.
El 3 de septiembre los alemanes
agruparon los prisioneros franceses en la península de Iges,
que es un gran meandro que hace el río Mosa cerca de
Sedán. Sin apenas alimentos, a la intemperie en una
época de frecuentes lluvias, muchos trataban de escapar
hacia Bélgica. Los centinelas alemanes, distribuidos por la
orilla del Mosa, mostraban descaradamente sus provisiones a los
franceses, al tiempo que disparaban a los que intentaban escapar.
La disentería se extendió entre los prisioneros, en
gran parte porque bebían agua del Mosa, contaminada por los
cadáveres en putrefacción. Mientras tanto
Napoleón III salía de Francia con destino al
castillo de Wilhelmshöhe, en Prusia.
Animados por el éxito de la primera salida, los franceses
de Bitche habían protagonizado otras salidas similares con
cierto éxito, hasta la madrugada del 4
de septiembre, en la que los prusianos ya habían
tomado medidas y estaban alertas y, tras tres horas de combate,
rechazaron a los franceses.
La noticia de la captura del emperador Napoleón III dio
alas en París a los parlamentarios republicanos.
Allí, unos manifestantes invadieron la Asamblea Nacional e
interrumpieron sus actividades, hasta que desde un balcón
del ayuntamiento se proclamó la república (como ya
se había hecho poco antes en otras ciudades del
país, especialmente el Lyon). El gobernador de
París, el general Louis Jules Trochu fue puesto a
la cabeza de un gobierno provisional conocido como Gobierno de
la Defensa Nacional. La multitud invadió
también la residencia de la emperatriz Eugenia, que se
refugió en la casa de su dentista, el estadounidense Thomas
Wiltberger Evans, quien organizó su huida a Gran
Bretaña.
En Londres se produjeron manifestaciones republicanas. En un
encuentro en Trafalgar Square los manifestantes pidieron que se
derrocara a la reina y varios parlamentarios radicales hablaron en
su contra.
El 6 de septiembre terminó la
publicación de Una ciudad flotante, una novela que
Julio Verne había publicado por entregas diarias a lo largo
del último mes en el Journal des débats
politiques et littéraires, que narraba un viaje del
transatlántico Great Eastern. Desde su
inauguración diez años atrás, había
transportado pasajeros durante unos pocos años, pero no
resultó rentable y pronto fue destinado al tendido de
cables submarinos. Durane la Exposición Universal de
París se empleó de nuevo para traer visitantes desde
los Estados Unidos, pero luego volvió a destinarse al
tendido de cables.
Ese día Timoteo Aparicio llegaba a las puertas de
Montevideo y se dispuso a asediarla. En pocos días
llegó a reunir unos 4.000 hombres. No obstante, no
tenía efectivos suficientes para mantener el asedio y
pronto tuvo que enviar sus tropas a otros lugares.
El 8 de septiembre el rey
Víctor Manuel II de Italia escribió una carta al
Papa Pío IX explicándole que era necesario que sus
ejércitos entraran en Roma para "asegurar la seguridad
de Italia y la de Su Santidad". Dos días
después el Papa respondió sucintamente que la carta
que había recibido no era digna de un "hijo afectuoso
que dice profesar la fe católica". Al emisario
italiano que entregó la carta al Papa y recibió su
respuesta, el conde Gustavo Ponza di Sanmartino, le dijo:
Yo no soy profeta ni hijo de profeta, pero os digo que no
entraréis en Roma. Y era cierto: el Papa ni era
profeta ni hijo de profeta (y si su infalibilidad teológica
estaba a la par de su infalibilidad secular...)
El 10 de septiembre el nuevo gobierno
francés envió un comunicado al gobierno italiano en
el que declaraba que "no puede aprobar ni reconocer el poder
temporal de la Santa Sede".
El 11 de septiembre los alemanes
habían emplazado numerosas y potentes baterías
alrededor de Bitche e iniciaron un feroz bombardeo que se
prolongó al día siguiente. Al caer la noche del 12 de septiembre, edificios en llamas
iluminan la ciudad, mientras el humo oscurece el cielo.
También Toul estaba siendo sometida a un intenso bombardeo.
Los prisioneros franceses de Sedán habían sido
distribuidos paulatinamente por Alemania, con lo que sus
condiciones mejoraron sustancialmente. Ese mismo día el "campamento
de la miseria", como se conocía el campo improvisado
de Iges, estaba ya vacío.
En Uruguay se produjo el primer enfrentamiento serio entre los
rebeldes de Timoteo Aparicio y el ejército gubernamental,
dirigido por José Gregorio Suárez, en la
batalla de Paso Severino. Suárez terminó
huyendo por la noche perseguido por los rebeldes.
Una vez su detestado Napoleón III estaba a buen recaudo de
los prusianos Victor Hugo volvió de su exilio y
entró triunfalmente en París.
El 15 de septiembre Bakunin entraba en
Lyon y no tardó en organizar una revolución
socialista.
Desde Sedán, el ejército alemán estaba
avanzando hacia París sin casi oposición y estaba
ocupando posiciones alrededor de la ciudad, preparando un asedio.
Tanto el rey Guillermo I de Prusia como el canciller Birmarck
supervisaban las operaciones desde los alrededores de la ciudad.
Debido en gran parte a que tanto el rey como el canciller estaban
en Francia, Prusia era la única potencia europea que
todavía no había confirmado al gobierno Italiano que
se mantendría al margen en caso de que éste ocupara
Roma, pero finalmente, el 20 de septiembre
llegó un comunicado de Berlín en el que se aseguraba
la no injerencia prusiana en el asunto. Ese mismo día el
general Cardona recibió la orden de entrar en Roma. Su
artillería abrió una brecha de treinta metros en los
muros de la ciudad y el ejército italiano penetró
por ella. La resistencia de los voluntarios suizos, belgas,
austriacos, neerlandeses y españoles fue más bien
simbólica (al parecer, así lo había pedido el
Papa). Cardona pactó una rendición honorable con
ellos y salieron de la ciudad con honores militares.
Para entonces, el ejército prusiano completaba el cerco a París.
El 23 de septiembre Toul, sometida al
incesante bombardeo alemán, terminó capitulando. Ese
mismo día, un globo aerostático, el Neptune,
burló el asedio alemán y salió de Paris,
transportando correo.
Ese día murió en Cannes el escritor francés
Prosper Mérimée.
El 25 de septiembre un segundo globo
aerostático salió de París y se usaron
palomas mensajeras para confirmar el éxito de la
misión. Viendo que los bombardeos contra Bitche no
tenían ningún efecto provechoso, los alemanes los
suspendieron y, en su lugar, se aseguraron de que nadie pudiera
entrar ni salir de la ciudad y se limitaron a esperar. No
obstante, los habitantes de las ciudades cercanas se las
arreglaban para romper el bloqueo e introducir víveres en
la ciudad.
En Roma se organizó un gobierno provisional que fue
reconocido por el general Cardona.
El 27 de septiembre el gobierno
provisional de París regularizó el uso de globos
para transporte de correo y de palomas mensajeras adiestradas para
regresar a París, con lo que se organizó el primer
servicio de correo aéreo de la historia.
El 28 de septiembre Estrasburgo se
rindió a los alemanes. Mientras tanto varios miles de
obreros tomaron las calles de Lyon. Una delegación
entró en el ayuntamiento, pero no encontró a nadie
con quien negociar. Desde el balcón del ayuntamiento,
Bakunin leyó un manifiesto y nombró al general Gustave
Paul Cluseret "general en jefe de los ejércitos
revolucionarios y federativos del sur de Francia". Le
encargó llamar a las armas a la guardia nacional, pero
Cluseret instó a sus miembros a presentarse sin armas en el
ayuntamiento. El resultado fue que los miembros de la guardia
nacional simpatizantes de los obreros acudieron sin armas, pero
los procedentes de los barrios burgueses acudieron armados,
entraron en el ayuntamiento y arrestaron a Bakunin y sus
seguidores. Bakunin fue liberado poco después, pero su
proyecto de revolución había fracasado.
El 29 de septiembre los rebeldes
uruguayos obtuvieron una nueva victoria en la Batalla de
Corralito.
El 2 de octubre se realizó un
referéndum en los Estados Pontificios sobre su posible
incorporación a Italia. El resultado fue de 133.681 votos a
favor frente a 1.507 en contra.
Garibaldi se había puesto a disposición de la
república francesa y, aunque con ciertas vacilaciones,
ésta había terminado aceptando sus servicios. El 7 de octubre fue recibido con entusiasmo en
Marsella. Mientras tanto Léon Gambetta, el ministro
del interior de la república francesa, salió de
París en globo para unirse en Tours al gobierno paralelo
que se había formado al quedar aislada París.
Gambetta confió a Garibaldi la organización de un
ejército al este del país.
Mientras tanto el mariscal Bazaine trataba de salir de Metz, pero
se vio obligado a retroceder y en el intento perdió
más de un millar de hombres.
Ese mismo día murió el sultán Majid bin Said
de Zanzíbar, que fue sucedido por su hermano Barghash
bin Said. Majid había basado la prosperidad de su
reino en el tráfico de esclavos. Bargash firmó un
tratado con los británicos por el que se prohibía la
venta de esclavos en Zanzíbar (pero no abolía la
esclavitud).
En Argentina, los seguidores de López Jordán
acumulaban una derrota tras otra. No obstante, el 12 de octubre logró una sangrienta
victoria en la batalla de Santa Rosa, donde, al frente de
9.000 hombres, derrotó a un ejército de 4.000
soldados nacionales.
El 13 de octubre Garibaldi instalaba
en Dole su cuartel general, donde llegó a reunir
unos 4.000 voluntarios, franceses, polacos, húngaros,
españoles, estadounidenses y sobre todo italianos.
El 17 de octubre los prusianos
ocuparon Luxeuil y Vesoul.
El 18 de octubre un ejército
alemán entró en Châteaudun, ciudad que
había atacado sin éxito unos días antes. Se
produjo una sangrienta batalla en las calles que terminó
con una dura represalia por parte de los alemanes, con asesinatos,
incendios, violaciones y ejecuciones. Al día siguiente
abandonaron la ciudad.
Los asistentes al Concilio Vaticano I habían empezado a
salir de Roma desde el mismo momento en que se declaró la
guerra francoprusiana, aunque el concilio nunca había sido
clausurado. El 20 de octubre el Papa
Pío IX suspendió oficialmente los trabajos del
concilio sin indicar una fecha de reanudación, y ahí
quedó la cosa. Nunca se reanudó ni se
concluyó.
El 21 de octubre los prusianos tomaron
Chartres sin resistencia.
Adolphe Thiers había sido uno de los
mayores partidarios de la guerra contra Prusia, pero en cuanto fue
declarada y se vio que el ejército prusiano era imparable,
cambió de estrategia y empezó a hablar contra la
guerra. Cuando se formó el Gobierno de la Defensa
Nacional, se distanció de él y empezó a
recorrer las cortes europeas en busca de apoyos que pudieran
asegurar a Francia unas condiciones razonables cuando se firmara
la paz. Sin embargo, terminó convenciéndose de que
lo único que serviría para algo sería tratar
directamente con Birmarck. Éste le comunicó que
entre las condiciones que exigía Prusia para firmar la paz
se encontraba la cesión de Alsacia y Lorena. Entonces
Thiers se reunión en Gran Bretaña con la emperatriz
Eugenia, la cual escribió una carta al rey Guillermo I
pidiéndole que renunciara a la anexión de
territorios franceses. El 26 de octubre
el monarca prusiano rechazó educadamente la
proposición desde Versalles:
Señora:
He recibido la carta que Su Majestad ha tenido a bien dirigirme y que me ha evocado momentos del pasado que no puedo recordar sin pena.
Nadie más que yo deplora la sangre vertida en esta guerra que, Su Majestad lo sabe bien, no ha sido provocada por mí. [...]
Yo amo mi país como usted, Señora, ama el suyo, y por ello comprendo las amarguras que llenan el corazón de Su Majestad y las comparto con total sinceridad. Pero habiendo hecho grandes sacrificios por su defensa, Alemania quiere estar segura de que la próxima guerra la encontrará mejor preparada a responder la agresión que podemos esperar en cuanto Francia haya repuesto sus fuerzas y haya encontrado aliados. Es sólo esta consideración, y no el deseo de agrandar una patria cuyo territorio es suficientemente grande, lo que me fuerza a insistir en la cesión de territorios, que no tiene otro fin que el de hacer retroceder el punto de partida de los ejércitos franceses que, en un futuro, vendrán a atacarnos.
Yo no puedo juzgar si Su Majestad estaba autorizada a aceptar en nombre de Francia las condiciones que pide Alemania, pero creo que de haberlo hecho habría ahorrado a su patria muchos males y la habría preservado de la anarquía que hoy amenaza a una nación cuyo emperador había logrado desarrollar prósperamente durante veinte años.
Creed, Señora, a los sentimientos que me hacen un buen hermano de Su Majestad.
Guillermo
Mientras tanto los prusianos entraban en Gray.
El 26 de octubre los blancos uruguayos
volvieron a asediar Montevideo con 5.000 hombres.
En Metz más de 15.000 enfermos se apiñaban en los
hospitales, el agua y los alimentos estaban racionados y la
población empezaba a pedir la rendición. Finalmente,
el 27 de octubre el mariscal Bazaine
cedió a las presiones y rindió la ciudad.
El 28 de octubre los parisinos
lograron arrebatar a los prusianos el pueblo de Bourget, cerca de
la capital francesa.
El 29 de octubre el ejército
alemán entró triunfalmente en la ciudad, donde hizo
unos 150.000 prisioneros y se apoderó de bastante material
de utilidad.
Ese día, tras vencer cierta resistencia, los prusianos
entraron en Dijon.
El 30 de octubre los prusianos
recuperaron Bourget. La noticia llegó a París al
mismo tiempo que la de la rendición de Bazaine (que contaba
con unos 100.000 hombres estado de combatir), y que fue vista como
una traición. Ese mismo día llegó a
París Adolphe Thiers con un salvoconducto concedido por los
prusianos con la finalidad de discutir con el gobierno la
posibilidad de un armisticio. Los rumores sobre una posible
rendición aumentaron la indignación popular, hasta
el punto de que el 31 de octubre se
produjo una revuelta contra el gobierno de Trochu. El motín
fue sofocado, y el 3 de noviembre
Trochu convocó un plebiscito pidiendo el apoyo de los
ciudadanos, y lo ganó por una amplia mayoría, tanto
de civiles como de militares, que votaron separadamente.
Mientras tanto los prusianos intentaron asediar Belfort,
pero la guarnición de la ciudad realizaba salidas
diariamente apoyadas por la artillería, de modo que los
progresos prusianos fueron muy lentos.
La flota francesa era muy superior a la alemana, razón por
la cual Prusia no intentó ninguna acción naval de
envergadura. Sus barcos permanecían en sus puertos o en los
de países neutrales. Por su parte, los franceses no estaban
en condiciones de transportar tropas a territorio alemán,
así que se limitaron a bloquear los puertos alemanes, cosa
que no perjudicaba seriamente a Alemania, que podía
abastecerse perfectamente por tierra. No obstante, en el
transcurso de la guerra se produjeron algunos combates marinos
aislados. Uno de ellos tuvo lugar el 9 de
noviembre frente a las aguas de La Habana, en Cuba, donde
un buque francés descubrió a otro alemán. El
resultado fue indeciso: el barco alemán escapó, pero
el francés quedó muy dañado.
Ese mismo día el parlamento italiano convirtió a Roma en la nueva capital de Italia.
Mientras tanto, un ejército francés obtenía
una victoria sobre otro bávaro en Coulmiers. Esto
se debió principalmente a que los bávaros se
encontraron en inferioridad numérica, fueron tomados por
sorpresa y estaban agotados. Esta victoria permitió a
los franceses recuperar Orleans el 11 de
noviembre.
Los prusianos habían encargado la construcción de
cañones especiales para disparar a los globos que los
parisinos usaban como medio de comunicación (los primeros cañones
antiaéreos de la historia). El 12
de noviembre lograron abatir un globo con dos
tripulantes, que fueron apresados. Los prusianos devolvieron a
París las palomas mensajeras con falsos mensajes de
derrotas francesas, pero los firmaron con el nombre de un
secretario del gobierno que estaba en París, así que
las noticias no resultaron muy creíbles. Desde entonces los
globos salieron de noche, lo que era más peligroso en
cuanto a la navegación, pero más seguro en cuanto a
los prusianos. Ningún otro globo fue abatido (aunque
algunos fueron capturados al aterrizar en lugares imprevistos y a
causa de otros incidentes).
Por esas fechas Birmarck estaba empezando a cosechar los frutos
de la guerra que había sembrado: los reinos de Baviera,
Wurtemberg y Baden, que no se habían unido a la
Confederación Alemana del Norte en el momento de su
creación, pero que estaban apoyando a Prusia en la guerra
contra Francia, se incorporaron a una confederación mayor
que inicialmente recibió el nombre de Deutscher Bund
(como la anterior Confederación Alemana), con el
rey de Prusia como presidente.
El argentino López Jordán se enfrentó con
resultado indeciso a un ejército nacional en la batalla
de Don Cristóbal.
Prim seguía buscando un rey para España que no
fuera Borbón. Falto ya de ideas, volvió a insistir
al rey Víctor Manuel I de Italia sobre la posibilidad de
que su hijo Amadeo aceptara la corona. Se puso como
condición que las grandes potencias europeas dieran su
conformidad, y ninguna puso inconveniente. El 16
de noviembre tuvo lugar la votación en las Cortes
Españolas para elegir al nuevo rey de España. El
resultado fue: Amadeo de Saboya 191 votos, República
Federal 90 votos, duque de Montpensier 27 votos, Baldomero
Espartero 8 votos, Alfonso de Borbón 2 votos,
República Unitaria 2 votos, República 1 voto, Luisa
Fernanda de Borbón, 1 voto, más 19 votos en blanco.
El 18 de noviembre López
Jordán tomó Villaguay.
El 26 de noviembre Garibaldi
intentó expulsar a los prusianos de Dijon, pero
fracasó.
El 27 de noviembre un ejército
prusiano derrotó en Villers-Bretonneux a un
ejército francés que acabó retirándose
y dejando el camino libre al enemigo para tomar Amiens, que tuvo
que ser evacuada.
El 28 de noviembre un ejército
francés que trataba de abrirse camino hacia París se
enfrentó a los prusianos en Beaune-la-Rolande. A
pesar de que eran 35.000 franceses contra 16.000 prusianos, los
franceses acabaron retirándose con 4.000 bajas, mientras
que las bajas prusianas no llegaban al millar.
En Uruguay los blancos tomaron una de las fortalezas que
protegían Montevideo, situada en el Cerro de
Montevideo. Ese mismo día el presidente Lorenzo
Batlle hizo una salida con 3.000 hombres y se produjo un
enfrentamiento que terminó indeciso.
El 29 de noviembre 80.000 soldados
franceses bajo el mando del general Auguste-Alexandre Ducrot
salieron de París por la zona de Champigny,
vigilada por la división de Wurtemberg del ejército
prusiano. Los franceses avanzaron con lentitud y a un alto coste
para ambos bandos. El 1 de diciembre
pactaron una tregua y enterraron a sus muertos. El 2 de diciembre los alemanes contraatacaron y
los franceses empezaron a verse en dificultades, entre otras cosas
porque la temperatura alcanzaba mínimos de 14 grados bajo
cero.
Mientras tanto, 35.000 prusianos derrotaban en Loigny a
un ejército francés de 90.000 hombres, que dejaron
8.000 muertos y 3.000 prisioneros.
El 3 de diciembre los prusianos
estuvieron finalmente en condiciones de bombardear Belfort. Al
principio, la reacción de los asediados fue
enérgica, pero al cabo de poco más de una semana los
prusianos intensificaron los bombardeos y los defensores dejaron
de salir.
Mientras tanto los prusianos lanzaron un ataque sobre Orleans,
que cayó de nuevo en su poder el 4 de
diciembre. Ese día también tomaron Ruan.
Allí los soldados ocuparon la casa de Gustave Flaubert, que
desde entonces tuvo crisis nerviosas.
Ese día Amadeo de Saboya recibió en Florencia a una
delegación española, aceptó definitivamente
la corona y se dispuso a trasladarse a España.
Ese mismo día Ducrot estaba de vuelta en París con
más de 9.000 hombres menos que cuando había salido,
y empezó a presionar a Trochu para que negociara la paz con
Prusia.
El 5 de diciembre los prusianos
entraban en el pequeño pueblo de Dieppe, donde
Alejandro Dumas (padre) se había establecido (en una casa
de campo de su hijo). Ese día murió de un ataque al
corazón. Se le atribuyen más de trescientas obras.
El argentino López Jordán atacó
Paraná con 3.000 hombres, pero fue rechazado por el coronel
Francisco Borges con 1.000 soldados.
El 9 de diciembre, ante el avance
prusiano, el gobierno francés de Tours se trasladó a
Burdeos.
El 10 de diciembre Bismark
logró que los miembros de la recientemente ampliada Confederación
Alemana cambiara su nombre por el de Deutsches Reich
(dominio Alemán) y que el rey Guillermo I de Prusia
recibiera el título de Kaiser (emperador) en
calidad de presidente de la Confederación Alemana.
Ahora sólo faltaba encontrar un buen momento para convertir
este mero "cambio lingüístico" en el establecimiento
de un auténtico imperio.
El 16 de diciembre Timoteo Aparicio se
vio obligado a levantar el sitio de Montevideo para salir al
encuentro de Gregorio Suárez, que se dirigía
avanzaba con un ejército para liberar la capital.
El 17 de diciembre los prusianos
evacuaron Dijon, ante un informe sobre un ejército
francés que se acercaba.
El 18 de diciembre los voluntarios de
Garibaldi se dirigieron de nuevo hacia Dijon, pero se enfrentaron
a los prusianos frente a Nuits-Saint-Georges. Tras un
día de combate, los milicianos se retiraron, perseguidos
por los prusianos. Algunos fueron acogidos por los habitantes de
la ciudad, que les proporcionaron ropa de paisano. Los prusianos
se enteraron y saquearon la ciudad, casa por casa.
El 21 de diciembre los franceses
asediados en París hicieron un intento de recuperar
Bourget, pero la operación fue un fracaso.
El 22 de diciembre murió a los
34 años el escritor Gustavo Adolfo Bécquer. Entre
sus últimas disposiciones dijo: Si es posible, publicad
mis versos. Tengo el presentimiento de que muerto seré
más y mejor conocido que vivo. Y no se
equivocó. Sus amigos organizaron una colecta para recaudar
fondos, que en parte se destinaron a la publicación de sus
obras completas y en parte para ayudar a su familia.
El 24 de diciembre el general Louis
Faidherbe obtuvo una modesta victoria ante los prusianos cerca de
Amiens.
El general uruguayo Gregorio Suárez se las había
arreglado para esquivar durante la noche al ejército de
Timoteo Aparicio que le cortaba el paso, llegó así a
Montevideo, obtuvo refuerzos y provisiones y después se
lanzó contra el ejército blanco, al que
encontró el 25 de diciembre en
la batalla de Sauce, donde obtuvo una reñida y
sangrienta victoria. A su término, Suárez
ordenó degollar a todos los prisioneros.
El 27 de diciembre el general Prim
salió del Parlamento en un carruaje con destino a su casa,
donde tenía que prepararse para salir hacia Cartagena al
día siguiente, para recibir al duque de Aosta, cuya llegada
estaba prevista para tres días más tarde. Por el
camino, el cochero tuvo que detener la marcha al encontrarse dos
carruajes atravesados en la calle. En unos pocos segundos, varios
hombres armados se acercaron al vehículo y dispararon
contra el general, que quedó herido de gravedad. El cochero
logró dar media vuelta y salir corriendo hacia el
ministerio de la guerra, donde Prim fue atendido. La herida de
mayor gravedad la tenía en el hombro. Tenía al menos
ocho balas, de las cuales lograron extraerle siete.
Mientras tanto los prusianos iniciaban un bombardeo sobre
París que se prolongaría sistemáticamente
durante los días siguientes. El 28 de
diciembre Péronne empezó a sufrir
también el bombardeo de un ejército prusiano.
El 30 de diciembre, mientras Amadeo de Saboya desembarcaba en Cartagena, el general Prim moría en Madrid por las infecciones de las heridas sufridas en su reciente atentado. Todo parece apuntar a que los ejecutores del crimen fueron republicanos, pero que el instigador fue el duque de Montpensier, cuya candidatura a la corona había sido combatida por Prim en todo momento. Los culpables nunca fueron capturados. Algunos huyeron a Sudamérica y otros se quedaron en España. El duque silenció a los primeros con dinero y a los segundos haciéndolos asesinar discretamente.
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