Éste es el programa de la Falange como fue publicado en el
diario ABC el 30 de noviembre de 1934. Hemos destacado en azul
sus componentes nacionalistas-católicas, en rojo sus componentes
socialistas (intervención del Estado en la economía,
redistribución de la riqueza, protección social, etc.) y en
verde sus componentes fascistas (autoritarismo, militarismo,
corporativismo, etc.) que en muchos casos —no en todos—
coinciden o presentan grandes similitudes con los planteamientos
comunistas.
Nación, unidad, imperio.
- Creemos en la suprema realidad de
España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la
apremiante tarea colectiva de todos los españoles. A la
realización de esa tarea habrán de plegarse inexorablemente
los intereses de los individuos, de los grupos y de las
clases.
- España es una unidad de destino en lo
universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva.
Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos.
La Constitución vigente, en cuanto incita a las
disgregaciones, atenta contra la unidad de destino de España.
Por eso exigimos su anulación fulminante.
- Tenemos voluntad de Imperio. Afirmamos
que la plenitud histórica de España es el Imperio.
Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. No
soportamos ni el aislamiento internacional ni la
mediatización extranjera. Respecto de los países de
Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de
intereses económicos y de poder. España alega su condición
de eje espiritual del mundo hispánico como título de
preeminencia en las empresas universales.
- Nuestras fuerzas armadas –en la tierra,
en el mar y en el aire– habrán de ser tan capaces y
numerosas como sea preciso para asegurar a España en todo
instante la completa independencia y la jerarquía mundial
que le corresponde. Devolvemos al Ejército de tierra, mar y
aire toda la dignidad pública que merece y haremos, a su
imagen, que un sentido militar de la vida informe toda la
existencia española.
- España volverá a buscar su gloria y su
riqueza por las rutas del mar. España ha de aspirar a ser
una gran potencia marítima, para el peligro y para el
comercio.
Exigimos para la Patria igual jerarquía en las flotas y en
los rumbos del aire.
Estado, individuo, libertad.
- Nuestro Estado, será un instrumento
totalitario al servicio de la integridad patria. Todos los
españoles participarán en él al través de su función
familiar, municipal y sindical. Nadie participará al través
de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el
sistema de los partidos políticos, con todas sus
consecuencias: sufragio inorgánico, representación por
bandos en lucha y parlamento del tipo conocido.
- La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad
son valores eternos e intangibles. Pero
sólo es de veras libre quien forma parte de una nación
fuerte y libre. A nadie le será lícito usar su libertad
contra la unidad, la fortaleza y la libertad de la Patria.
Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a
envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el
destino de la Patria.
- El Estado nacionalsindicalista permitirá
toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo,
y aun protegerá y estimulará las beneficiosas.
Economía, trabajo, lucha de clases.
- Concebimos a España en lo económico como
un gigantesco Sindicato de productores. Organizaremos
corporativamente a la sociedad española, mediante un sistema
de Sindicatos verticales por ramas de la producción, al
servicio de la integridad económica nacional.
- Repudiamos el sistema capitalista, que se
desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la
propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas
informes, propicias a la miseria y a la desesperación.
Nuestro sentido espiritual y nacional
repudia también el marxismo. Orientaremos
el ímpetu de las clases laboriosas, hoy descarriadas por el marxismo, en el sentido de exigir su participación directa
en la gran tarea del Estado nacional.
- El Estado nacionalsindicalista no se
inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre los
hombres, ni asistirá impasible a la dominación de la clase
más débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará
radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto todos
los que cooperan a la producción constituyen en él una
totalidad orgánica. Reprobamos e impediremos a toda costa
los abusos de un interés parcial sobre otro y la anarquía en
el régimen del trabajo.
- La riqueza tiene como primer destino —y
así lo afirmará nuestro Estado— mejorar las condiciones de
vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que
masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos
disfrutan de todos los lujos.
- El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito
para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y
sociales, y la protegerá contra los abusos del gran capital
financiero, de los especuladores y de los prestamistas.
- Defendemos la tendencia a la
nacionalización del servicio de Banca y, mediante las
corporaciones, a la de los grandes servicios públicos.
- Todos los españoles tienen derecho al
trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a
quienes se hallen en paro forzoso. Mientras se llega a la
nueva estructura total, mantendremos e intensificaremos
todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes
leyes sociales.
- Todos los españoles no impedidos tienen el
deber del trabajo. El Estado nacionalsindicalista no
tributará la menor consideración a los que no cumplan
función alguna y aspiren a vivir convidados a costa del
esfuerzo de los demás.
Tierra.
- Hay que elevar a todo trance el nivel de
vida del campo, vivero permanente de España. Para ello
adquirimos el compromiso de llevar a cabo sin
contemplaciones la reforma económica y la reforma social de
la agricultura.
- Enriqueceremos la producción agrícola
(reforma económica) por los medios siguientes:
Asegurando a todos los productos de la tierra un precio
mínimo remunerador.
Exigiendo que se devuelva al campo, para dotarlo
suficientemente, gran parte de lo que hoy absorbe la ciudad
en pago de sus servicios intelectuales y comerciales.
Organizando un verdadero Crédito Agrícola Nacional, que al
prestar dinero al labrador a bajo interés con la garantía de
sus bienes y de sus cosechas le redima de la usura y del
caciquismo.
Difundiendo la enseñanza agrícola y pecuaria.
Ordenando la dedicación de las tierras por razón de sus
condiciones y de la posible colocación de los productos.
Orientando la política arancelaria en sentido protector de
la agricultura y de la ganadería.
Acelerando las obras hidráulicas.
Racionalizando las unidades de cultivo, para suprimir tanto
los latifundios desperdiciados como los minifundios
antieconómicos por su exiguo rendimiento.
- Organizaremos socialmente la agricultura,
por los medios siguientes:
Distribuyendo de nuevo la tierra cultivable para instituir
la propiedad familiar y estimular enérgicamente la
sindicación de labradores.
Redimiendo de la miseria en que viven a las masas humanas
que hoy se extenúan en arañar suelos estériles, y que serán
trasladadas a las nuevas tierras cultivables.
- Emprenderemos una campaña infatigable de
repoblación ganadera y forestal, sancionando con severas
medidas a quiénes la entorpezcan e incluso acudiendo a la
forzosa movilización temporal de toda la juventud española
para esta histórica tarea de reconstruir la riqueza patria.
- El Estado podrá expropiar sin
indemnización las tierras cuya propiedad haya sido adquirida
o disfrutada ilegítimamente.
- Será designio preferente del Estado
nacionalsindicalista la reconstrucción de los patrimonios
comunales de los pueblos.
Educación nacional, Religión.
- Es misión esencial del Estado, mediante
una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un
espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de
las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la
Patria. Todos los hombres
recibirán una educación premilitar que les prepare para el
honor de incorporarse al Ejército nacional y popular de
España.
- La cultura se organizará en forma de que
no se malogre ningún talento por falta de medios económicos.
Todos los que lo merezcan tendrán fácil acceso incluso a los
estudios superiores.
- Nuestro movimiento incorpora el sentido
católico –de gloriosa tradición y predominante en España– a
la reconstrucción nacional. La iglesia y el Estado
concordarán sus facultades respectivas, sin que se admita
intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del
Estado o la integridad nacional.
Revolución nacional.
- Falange Española de las J.O.N.S. quiere
un orden nuevo, enunciado en los anteriores principios. Para
implantarlo, en pugna con las resistencias del orden
vigente, aspira a la revolución nacional. Su estilo
preferirá lo directo, ardiente y combativo. La vida es
milicia y ha de vivirse con espíritu acendrado de servicio y
de sacrificio.
- Nos afanaremos por triunfar en la lucha
con sólo las fuerzas sujetas a nuestra disciplina.
Pactaremos muy poco. Sólo en el empuje final por la
conquista del Estado gestionará el Mando las colaboraciones
necesarias, siempre que esté asegurado nuestro predominio.