Si se admite que en una variedad de sustancias consideradas como fenómenos, esté cada una perfectamente aislada, es decir, que ninguna obre sobre la otra y reciba recíprocamente su influencia, digo entonces que su simultaneidad no puede ser objeto de ninguna percepción posible, y que la existencia de una no podría llevar -por ningún medio de la síntesis empírica- a la de la otra. En efecto, si se imaginara que están separadas por un espacio enteramente vacío, la percepción que va de la una a la otra en el tiempo determinaría en verdad la existencia de ésta última por medio de una percepción ulterior, pero no podría distinguir si el fenómeno sigue a la primera objetivamente o si le es simultáneo.
Immanuel Kant. Crítica de la Razón Pura.

Y yo me pregunto: ¿Por qué estoy harto de leer disquisiciones bobas sobre los aspectos más anecdóticos de la filosofía kantiana y aún no sé de ningún filósofo que haya destacado este párrafo?  ¡Pobre y desnuda vas, filosofía!